Lucía Celasco está atravesando un difícil momento personal. A pesar de su bajo perfil y de que no es muy activa en las redes sociales, la nieta de Susana Giménez decidió utilizar su cuenta de Instagram - en donde tiene casi 300 mil seguidores - para contar que en las últimas horas falleció su perrita, que era su fiel compañera.
“Tunita de mi corazón, gracias por tanto amor, por tu incondicionalidad. Me hiciste demasiado feliz. Te extraño…”, escribió junto a varias postales y videos en los que se reflejaban distintos momentos que compartió junto a su mascota, varios de ellos mientras disfrutaban de la playa.
Inmediatamente, el posteo se llenó de comentarios que le enviaban sus condolencias, pero sin dudas el que más se destacó fue el de su famosa abuela. “Lupi te amo, pensá que fue tan feliz”, le escribió la diva para consolarla. En tanto, la influencer también recibió el apoyo de varios famosos, como Mica Tinelli -que también recientemente perdió a su perro Charly-, su tío abuelo Patricio Giménez, Yanina Latorre, Floppy Tesouro y Agustina Casanova, entre otros.
En el plano laboral, la joven de 27 años abrió hace unos meses un local de moda circular. En este sentido, en una entrevista que le concedió a Teleshow, contó que junto a dos amigas lleva las riendas de la marca The Vintage Hole, de la cual inauguró en abril una sucursal en Palermo. “Al principio era una feria de ropa entre nosotras, donde intercambiábamos prendas que ya no usábamos por diferentes motivos, y un día se nos ocurrió que podíamos empezar a vender para darle una segunda oportunidad a las prendas y así hicimos nuestra primera feria vintage en mi casa, allá por 2013″, explicó en ese entonces.
Aquella experiencia fue todo un éxito, y decidieron que repetirían el evento cada dos o tres meses. A medida que aumentó la convocatoria se dieron cuenta de que necesitaban un lugar más grande, y apostaron por la modalidad de showroom en el mismo espacio de Palermo que hoy vuelve a ser su sede, con la diferencia de que estará abierto al público de martes a sábado, de 15 a 20.
La idea de ser más conscientes en el consumo de la moda y sus consecuencias forma parte de la esencia del negocio que promueven, y por eso ellas mismas se encargan de la curaduría de cada una de las prendas que cuelgan de los percheros. “Creemos que comprar ropa usada es darle una segunda vida útil a las prendas y valorar el producto en sí, consiguiéndolo en perfecto estado a un 50% menos de su valor”, señaló en esa ocasión.
“Siempre tuvimos un público súper fiel que después de la pandemia creció mucho y sabemos que son clientes que están súper informados sobre el medio ambiente, y tratan de aportar su granito de arena para el cuidado del planeta”, aseguró. Antes de la cuarentena obligatoria la mayoría de sus ventas eran en persona, y solo algunos productos estaban cargados en el sitio web. En menos de tres meses fotografiaron más de 3000 variedades de ropa, y no les resultó sencillo organizar la logística de los envíos, así que al principio ellas mismas hicieron algunas entregas. Después fueron perfeccionando el sistema y actualmente marca llega a todo el país.
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