Separados hace una década, Karina La Princesita Tejada y Ezequiel El Polaco Cwirkaluk estuvieron juntos cinco años en los que fueron padres de Sol y se convirtieron en una pareja emblemática de la movida tropical. Sin embargo, su relación tuvo unos cuantos idas y vueltas y algún que otro escándalo mediático, que supieron aplacar con el tiempo enfocados en la crianza de su hija. Y este sábado, la adolescente celebra sus 15 años junto a sus padres como una gran familia ensamblada y acompañada por su novio y una multitud de amigos y familiares que no quisieron perderse el festejo.
La fiesta se desarrolla en un salón ubicado en la zona de La Plata que se mantuvo reservado en el más absoluto hermetismo. Cerca de las 22.30, la homenajeada apareció pero en una gran pantalla que proyectó un video en el que compartió una sentida reflexión en este día tan especial; destacando que en la vida hay tropiezos y éxitos, sinsabores y alegría. El detalle que conmovió a quienes seguían la transmisión por Internet fue que Karina contemplaba el recorrido por la vida de Sol mientras sostenía en brazos a Abril, la hija de su ex con Barby Silenzi, quien también dijo presente luego de su reconciliación con El Polaco.
La pantalla resultó ser un inmenso portón, que se abrió de par en par para que ingrese la homenajeada. De inmediato, se acercaron sus padres a saludarla, primero El Polaco, luego Karina y a continuación sus hermanas Abril y Alma, hija del cantante con Valeria Aquino. También se sumó al saludo inicial Helena, la hija de Silenzi con Francisco Delgado. Una postal de la familia ensamblada y un recuerdo que permanecerá para siempre en sus retinas y sus corazones.
El video fue compartido por la cuenta de Piñeiro Producciones, la empresa que organizó la ceremonia. Y en la previa, mientras los nervios se apoderaban de los presentes, compartió una recorrida por el amplio salón, iluminado con luces tenues y estratégicamente ubicadas para amplificar la sensación de calidez e intimidad. Y en uno de esos paneos, se vio que junto a Karina estaba sentado Nicolás Furman, con quien hace unos días había dado indicios de reconciliación luego de estar un tiempo distanciados. También se vio la mesa principal, que encabezó la quinceañera con un imponente trono, acompañada por dos sillas a los costados para que la acompañen sus mejores amigas.
Los looks se robaron todas las miradas, especialmente el de la cumpleañera. Sol posó para todos los flashes con el vestido de sus sueños: falda de tiro alto con caída natural que aportó volumen en la parte inferior, combinado con un corset de escote corazón, bordado con detalles en color blanco. Y complementó su look con el cabello negro suelto y una tiara que coronó su peinado.
Karina lució un vestido de color rosa viejo con brillo. El diseño de mangas largas cuenta con tajo lateral, cuello estilo polera, y un profundo escote. En cuanto al peinado, optó por el cabello suelto con ondas quebradas y un make up que resaltó su mirada con labial durazno. El Polaco estuvo a composé con la quinceañera, y eligió un traje celeste de tres piezas, compuesto por saco, chaleco y camisa. Con corbata a juego y pantalón del mismo color, combinó los zapatos negros el detalle de los botones del conjunto. Un guiño repleto de elegancia a su fanatismo por el Club Atlético Temperley.
A modo de obsequio de cumpleaños, la homenajeada se dio el gusto de cantar unas canciones en el centro del escenario, acompañada de un piano de color blanco y robándose todas las miradas, una vez más. Sol desplegó las alas de su vestido y el talento de su voz y cantó “Carne y Hueso”, de Tini Stoessel y “When I was your man”, de Bruno Mars. Todos la escucharon en respetuoso silencio y estallaron en una conmovedora ovación al finalizar cada canción. Un hermoso regalo para quien lleva el talento en la sangre, como había demostrado en reiteradas oportunidades en televisión.
Pero si hablamos de regalos, los focos se posaron en su novio, Tomás Benítez. Además de su amor, ambos comparten la pasión por la música y ya han subido a las redes algunas canciones que registraron juntas. En esta oportunidad, el joven formado en el semillero de Cris Morena le obsequió un inmenso oso de peluche que a duras penas pudo meter adentro del ascensor para llevarlo hasta el camarín donde la homenajeada ultimaba los detalles y combatía sus nervios por la fiesta de su vida. Esa que puso a todos a bailar y a cantar y a la que al entrar la madrugada todavía le faltaban unas cuantas sorpresas.
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