Martes de alta exigencia en segunda emisión de Canta Conmigo Ahora, el programa que conduce Marcelo Tinelli en El Trece. Ocho participantes buscaron un lugar en el podio que les permita convertirse en uno de los 24 finalistas. No la tenían sencilla con la vara que había quedado en el estreno y así fueron pasando los concursantes, cada uno con sus diferentes historias de vida pero con la misma vocación artística y el objetivo concreto de poner de pie a los cien jurados.
Con esas ilusiones arribó al escenario Ornella La Ferraro, una mujer de 30 años que se presentó como streamer y que traía una historia ligada al mundo del espectáculo. “Vengo de familia de artistas, mi mamá, Cielito ONeill fue una vedette y cantante muy reconocida en su época”, reveló, quien heredó su nombre de la diva del cine italiano Ornella Muti.
“Amo la música, tengo mucha personalidad cuando canto y vengo acá a disfrutar este gran momento que vamos a vivir”, se entusiasmó en la previa. Con un vestido e lentejuelas brillantes, irrumpió en el escenario con seguridad y micrófono en mano se dirigió a la audiencia en el estudio y en los hogares: “Esta canción se la voy a dedicar a mis dos amores de mi vida que están en el cielo, Dios y mi papá. Me encantaría que ustedes la canten conmigo y también se la dediquen a su amor”, señaló conmovida.
Ornella cerró los ojos en busca de concentración y esperó el pie para versionar “El poder del amor”, de Nathy Peluso mientras el panel de jurados empezaba a levantarse en señal de aprobación. Al finalizar su actuación, se encontró con el conductor Marcelo Tinelli, que la felicitó por su actuación y aprovechó para saludar a su familia. “El sueño de mi hermano Lucas era verme en televisión y al lado de Marcelo Tinelli”, contó, mientras su madre y su hermano aplaudían entre el público.
Fueron 78 los jurados que se pusieron de pie avalando su propuesta, una buena cosecha aunque quedó a nueve unidades de cumplir el objetivo. Sin embargo, se llevó como souvenir las devoluciones de dos figuras de la canción latina. “La personalidad me gusta, tu timbre es muy especial es perfecto para la balada. Hay algunas flores que tendrías que haber hecho y no hiciste, pero vas a mejorar para lo que viene”, dijo Cristian Castro. “Hace años que dejé de ver formas y ahora veo espíritu y alma. Y cuando una persona canta con el alma, canta de verdad, con sentimiento”, aportó el Puma Rodríguez. “Es un sueño hecho realidad estar acá”, se despidió la participante.
Conocida con el nombre artístico de Cielito O’Neill, Eva Olguín fue una de las vedettes de la edad de oro de la revista porteña. Con participaciones tanto en calle Corrientes como en las temporadas de Mar del Plata, su nombre conmocionó a la opinión pública cuando fue brutalmente agredida por su pareja de entonces, el popular humorista Alberto Locati.
El hecho ocurrió en la madrugada del 19 de febrero de 1980, cuando el actor golpeó y ahorcó a la mujer hasta empujarla por la ventana del Hotel Odeón, en Mar del Plata. O’Neill cayó de espaldas desde una altura mayor a los tres metros. “La mesa que sostenía sus bolsos amortiguó el golpe. Costillas rotas, golpes en la columna y los brazos. Milagrosamente salvó su vida”, reconstruyó el periodista Juan Carrá en el diario marplatense El Atlántico.
La pareja se había conocido dos años antes en la misma ciudad balnearia, se casaron y fueron a probar suerte a Las Vegas. Era Eva quien, con un magnetismo particular, brillaba en distintos escenarios mientras Locati tenía apenas un rol secundario. “En el hospital, herida por los golpes y el impacto de la caída, Eva le dirá a la prensa que Alberto le tenía celos profesionales. Que él ya no trabajaba y que en Estados Unidos ella tuvo que mantenerlo. Incluso, en sus contratos agregaba una cláusula en la que obligaba a los empresarios a realizar una doble contratación. Si actuaba Eva, también debía actuar Alberto. Pero de nada serviría eso. Locati no era del agrado del público estadounidense y casi no trabajaba. Por eso empezó a pedirle a Eva que dejara las tablas. Que si él no actuaba, ella debía dejar todo y volver juntos a la Argentina. Pero esos no eran los planes de la rubia escultural”, detalló El Atlántico.
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