Alejandro Maci, director de Santa Evita: “Hay un aspecto negro y escabroso de la historia argentina que es hechizante”

Este martes Star+ estrena la serie basada en una novela de Tomás Eloy Martínez, en la que narra el recorrido, la humillación y las mutilaciones que debió soportar el cadáver de Eva Perón. Aquí, uno de sus creadores revela los secretos de un proyecto que se impuso a la pandemia. Y que muestra a una Natalia Oreiro brillante

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Alejandro Maci cuenta los secretos del rodaje de Santa Evita

Alejandro Maci tiene un largo recorrido como director y guionista en la televisión. Dejó su sello en ficciones recordadas como Botineras, Tumberos, Lalola y Laura y Zoe, que le valieron un Konex de Platino, entre otros reconocimientos. Pero aun con ese recorrido, en su semblante se advierte la ansiedad propia de la previa de cada estreno y el orgullo de saber que tiene entre manos un producto brillante.

Junto a Rodrigo García es uno de los directores de Santa Evita, la miniserie de siete capítulos basada en el best seller de Tomás Eloy Martínez. Una superproducción de alcance mundial que bucea en lo más oscuro de la historia argentina de las últimas décadas y es un reflejo del mundo reciente que tanto golpeó a la industria: “Hemos trabajado muy duro para esto, a veces en tiempos adversos por los contagios. Fue muy complejo desarrollarlo y articularlo con actores que han venido del exterior en épocas donde no se podía viajar. Estamos muy conmovidos, emocionados y expectantes”, dice Maci en diálogo con Teleshow.

Santa Evita se estrena hoy por Star+, coincidiendo con el 70 aniversario del fallecimiento de la ex primera dama, y presenta un elenco de lujo, encabezado por Natalia Oreiro como Eva Perón, Darío Grandinetti como Juan Domingo Perón, Ernesto Alterio como el teniente coronel Carlos Moori Kenig, Francesc Orella como el médico Pedro Ara y Diego Velázquez como el periodista Mariano Vázquez, en una suerte de álter ego de Eloy Martínez.

trailer de Santa Evita

Maci leyó la novela poco después de su publicación, en 1995. Y permaneció en su biblioteca hasta que empezó a trabajar en este proyecto, hace más de cinco años. “Obviamente, después la leí cien veces. Es distinto el abordaje que uno tiene de un texto cuando es un mero lector ocasional a cuando empieza a trabajarlo y ve sus aspectos compositivos y su articulación narrativa”, explica el director.

A medida que habla, repasa en su cabeza la trama, esa que indaga en la vida de Evita pero sobre todo en su muerte, y en la mutilación de su cadáver que sufrió las peores humillaciones hasta que pudo descansar en paz. “El texto es enorme. Es una historia magnífica. Y la vuelve más atrapante el hecho de saber que un alto porcentaje de esa novela decididamente ocurrió”, reflexiona Alejandro.

—¿Cómo llegás al proyecto de Santa Evita?

—Me convocaron cuando Rodrigo García ya estaba trabajando en la adaptación de los libros junto a Marcela Guerty y Pamela Rementería. Cuando yo me incorporé al proyecto ya había una versión del libro así que además de releer la novela, también leí los guiones que ellos tres habían elaborado.

—¿Ya era con Natalia como protagonista?

—Todavía no.

Natalia Oreiro y Dario Grandinetti
Natalia Oreiro y Dario Grandinetti en Santa Evita

—¿Cómo decidieron que ella fuera Eva?

Natalia hizo una extraordinaria audición que vimos con Rodrigo. Ella preparó un trabajo sobre Eva muy groso, muy talentoso, muy interesante, y pensamos que a partir de eso se podía construir un personaje que va y viene en el tiempo. Un personaje de enorme complejidad, con la connotación infinita que puede tener Eva Perón, y con la particularidad de que en este relato tiene un soporte dramatúrgico gigante. Vimos que había alma en su propuesta, que había un trabajo para desarrollar.

—Me gusta esto de que había alma. Tuve la oportunidad de hablar con Natalia y me contó que tiempo atrás ya le habían ofrecido interpretar a Eva en otro proyecto y ella dijo que no estaba lista. Y que ahora, hacer este casting le dio confianza para el papel. A veces nos sorprende que actrices de su popularidad acepten un casting.

—Natalia tiene una idea muy interesante de lo que es el trabajo y hay una idea que para mí es completamente equivocada que es pensar la audición como un examen. La audición no es un examen. De hecho, en lugares como en Estados Unidos los actores consagrados audicionan porque tiene que ver con una tonalidad de abordaje. Nadie va a discutir un talento, se está discutiendo otra cuestión, y hay veces tiene que ver con el concepto de un proyecto no con un intérprete en particular. Natalia lo ve así, y entonces lo toma como una instancia relajada.

—Está increíble Natalia. Y también está maravilloso Ernesto como el coronel Moori Koenig.

—Ernesto es un actor extraordinario. Yo no lo había dirigido, y espero que la vida me dé la oportunidad de seguir trabajando con un actor tan extraordinario y una persona tan enorme que me ha provocado un placer artístico y personal.

Santa Evita requirió recrear escenográficamente
Santa Evita requirió recrear escenográficamente cinco épocas diferentes

—¿Qué fue lo más difícil que encontraste en este rodaje?

—Por un lado, la tonalidad del relato que nos ha ocupado muchísimo a todos. Es decir, dar con la tecla tonal de lo que este cuento requiere, que tiene aspectos decididamente de thriller en su aspecto central. Tiene aspectos melodramáticos respecto de situaciones retrotraídas constructivas de vínculos en el pasado. Y tiene por otro lado una investigación periodística, ese concepto non fiction donde el periodista narrador investigador se pone en escena a sí mismo buscando la materia de lo que está tratando de investigar. Fue muy complejo y fue un aprendizaje enorme para todos. Y a todo esto se le agregó el desafío de la pandemia.

—¿Cuáles fueron las dificultades?

—No había vacunas, con lo cual al principio trabajábamos por Zoom. Después nos juntábamos aterrados; después con barbijos y máscaras, entonces hablábamos y no nos escuchábamos. Fue muy complejo, hubo contagios. Más tarde Natalia y Darío estuvieron aislados por contacto estrecho entonces hubo que cambiar el plan de los protagonistas. Fue un desafío muy grande también para Mercedes Alfonsín y todo el equipo de arte, porque se trabajaba por épocas, entonces no podíamos saltar de una época a otra porque no teníamos la ciudad a disposición. Trabajamos con cinco épocas y cada una hay que construirla escenográficamente, no es solamente ir y poner la cámara.

—¿Cuál fue el momento más feliz durante el rodaje?

—Hubo muchos momentos muy felices. Recuerdo situaciones de rodaje en los que el tiempo vuela, como las escenas vinculares entre Perón y Eva, por ejemplo. El primer encuentro de Eva y Perón no lo olvidaré nunca. Por otro lado, hay aspectos que tienen que ver con los que estamos detrás de cámara. Es muy emocionante lograr ciertas cuestiones en determinados contextos, porque la dificultad solo subraya el placer que da enfrentarla. Y que hoy podamos hablar de la miniserie concluida es algo que todos llevamos dentro porque muchas veces dudamos si esto efectivamente iba a ser posible.

—Es una responsabilidad muy grande contar esta historia y hablar de una mujer emblema como Eva.

—Es una responsabilidad enorme por lo que acabas de decir y también por hacer una adaptación de una de las novelas más grandes de la literatura argentina.

El rodaje de Santa Evita
El rodaje de Santa Evita debió afrontar las dificultades de la pandemia

—¿Qué querés que pase este 26 de julio, que llega tu hijo al mundo?

—Le deseo lo mejor. Deseo que la gente se interese por la historia tanto como nos interesamos nosotros. Hay un aspecto negro, escabroso, de nuestra propia historia que me parece que al margen de lo que acabo de decir es magnético, es hechizante. Espero que esto sea hechizante también para el público, porque la historia es global y se estrena en todas partes, pero también es una historia que tiene su anclaje muy fuerte en la Argentina. Y pienso que también es un interesante espejo, una interesante metáfora para repensarnos y ver qué hacemos, cómo nos conducimos, y te diría hoy, en los años que corren, qué somos capaces los hombres de hacer con una mujer cuando queremos apropiarnos de ella. De qué hemos sido capaces y en qué cosas el mundo enhorabuena está cambiando.

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