“Llamame ahora, por favor, que después me ocupo”, pide Noelia Marzol a Teleshow. Es el mediodía y la bailarina se encuentra en su casa con su hijo Donatello. Su marido, el futbolista Ramiro Arias, está por volver del entrenamiento de Villa Dálmine. Meses atrás, cuando su bebé recién había nacido, había contado a este mismo sitio que el matrimonio se organiza para cuidar al niño que hoy tiene un año. “Nos parece que es un tiempo que no se recupera. Crecen tan rápido, y preferimos estar presentes”, sostiene hasta el día de hoy quien ahora sí cuenta con ayuda de una persona durante algunas horas de la mañana, sobre todo para que ella descanse cuando su cuerpo se lo pide: está embarazada de cuatro meses, esperando a Alfonsina.
A diferencia de su experiencia anterior, la figura de Sex, viví tu experiencia se pidió una licencia durante el primer período del embarazo cuando se enteró que su hija estaba en camino. “Después de Dona -como llama cariñosamente a su hijo- había quedado con 43 kilos. Parí y al mes volví a la obra, luego se me juntó La Academia, la temporada teatral en Villa Carlos Paz... Había quedado muy consumida”, explica la bailarina que debió parar porque en dos oportunidades estuvo al borde del desmayo durante las funciones.
Así fue como le comunicó al director del exitoso espectáculo, José María Muscari, que estaba embarazada y que le gustaría recuperarse físicamente para poder volver a los escenarios. De la misma forma, acordaron que tampoco haría las 10 funciones semanales sino que ella se presenta los jueves y viernes, justamente para medir la actividad. “En ese momento pactamos parar hasta los tres meses de embarazo. Me tiré en el sillón, miré televisión, comí, no hice nada de actividad y recuperé mi peso. Llegué a los 48 kilos, seguí engordando con el embarazo y volví”, continúa quien transita su cuarto mes de gestación y regresó a trabajar con la autorización de su obstetra.
Además, todas las semanas Noelia le envía un video al médico con la coreografía a realizar sobre el escenario para que apruebe los movimientos que puede hacer. “Él me dijo que tengo que seguir haciendo actividad física porque estoy acostumbrada y tampoco puedo ser sedentaria, además, puede afectar la presión. Pero la idea es medir la actividad, por eso hago funciones los jueves y viernes y él chequea la coreografía”.
“Estar arriba del escenario es algo mágico, te calma todo. Me hizo bien volver a trabajar”, resalta quien transita este segundo embarazo con más náuseas que el primero. “Dicen que a los tres meses terminan los malestares, voy por el cuarto y siguen. Pero lo voy sorteando como puedo: me pongo el balde detrás de escena, trato de que me lleve mi marido así no me mareo”.
Justamente por estos malestares es que Noelia cuenta con ayuda extra en su casa cuando el futbolista está entrenando. “Donatello tiene mucha energía”, agrega sobre su hijo de un año, quien hace unos días comenzó a llamarla mamá. “La primera vez me puse a llorar de emoción, ahora me descompongo porque lo repite como un disco rayado”, bromea sobre Donatello, quien además copia a su padre al darle besos a su panza de embarazo. “Es muy chiquito, no creo que entienda que va a tener una hermanita. Ahora estamos por pasarlo a una cama porque ya se trepa en su cuna, que va a quedar para Alfonsina. De a poco irá notando los cambios”, continúa y cuenta que el bebé “está muy mamero y pegote”.
“Yo lo quería llevar al jardín recién a los cuatro años, ¡re posesiva! Pero estamos pensando en que vaya una o dos veces por semana. Creemos que de verdad lo necesita y le hace bien, es muy inquieto. Además, disfruta cuando juega con los primos. Le va a gustar estar con otros nenes”, dice la campeona de La Academia.
La noticia del embarazo no fue una sorpresa ni para Noelia ni para Ramiro. Ambos lo sospecharon luego de una visita de la bailarina a Córdoba, ya que por ese entonces el futbolista jugaba en el club Instituto. “De hecho me hice el test antes de tener un atraso”, aclara quien ya tenía malestares físicos. “Primero dio negativo, lo llamé y le avisé”, dice sobre la prueba que fue a distancia. “Y a los 15 minutos vuelvo al baño y veo una rayita muy tenue. ¡Era positivo!”, recuerda con alegría.
Volvió a llamar a su marido, quien escuchó del otro lado de la línea las mismas palabras que su esposa le había dicho cuando se enteraron que Donatello estaba en camino: “Che, ami, me parece que estoy embarazada”. Se definen como “cero cursis”. De ahí, el diminutivo de amigos. Ya con la noticia confirmada de que agrandarían su familia, el futbolista comenzó a extrañar cada vez más a su pareja e hijo y aprovechó la apertura del libro de pases para buscar un club de Buenos Aires en el que no tuvieran que vivir a distancia.
“Ya sabemos cómo criar a un nene, así que estábamos convencidos de que era varón, lo esperábamos”, continúa quien incluso ya tenía nombre pensado: Francisco. Cuando se enteraron que es una mujer recibieron la noticia con alegría porque en el mismo estudio les comunicaron que gozaba de perfecta salud. “Empezamos a imaginarnos la secuencia con una nena y nos copó la idea, era divertido”.
¿Cómo eligieron su nombre? Fue una recomendación de la madre de la bailarina que estaba con ellos cuando les comunicaron que era una niña. Y la sugerencia fue a partir de los dichos de Noelia sobre la hija que está esperando. “Pobre, traer una mujer tan vulnerable a este mundo. Yo quiero que sea fuerte, independiente, trabajadora. Tenemos que reflejar todo eso en el nombre”, le dijo a su marido en aquella charla.
“Que se llame Alfonsina, por Alfonsina Storni”, comentó su madre. “Lo pensamos un par de días y nos convencimos”, cuenta Marzol, que tiene fecha de parto para los primeros días de enero 2023, pero como Donatello nació prematuro, los médicos le hablaron de la posibilidad de que su segunda hija también se adelante. Es por eso que en diciembre planea “estar tranquila” y esperando la llegada de su beba.
En tanto, aclara que seguirá trabajando en la medida en que su médico la autorice y su cuerpo se lo permita. “Lo vamos viendo semana a semana. La idea es poder seguir haciendo actividad física y siempre cuando sea recomendable para el embarazo. Si en algún momento empiezo con contracciones voy a tener que dejar de bailar”, advierte quien define a sus antojos como “patéticos”: manzana con limón, naranja, melón con jamón, ensalada de repollo.
Mientras esperan la llegada de su segunda hija, Noelia y Ramiro siguen con sus respectivos proyectos profesionales -ella en Sex y él en Villa Dálmine-, pero también trabajan en conjunto y como una sociedad: abrirán una escuela de danza.
Con estos planes, en principio, su idea es “cerrar la fábrica”, sostiene la bailarina y revela que su marido le propuso hacerse una vasectomía. “Vos ya pasaste por dos embarazos, los dos partos, tomaste pastillas durante años. Es hora de que yo le ponga el cuerpo”, le dijo a su esposa. En tanto, todavía analizan la situación ya que están buscando alternativas para revertirla llegado al caso de que más adelante quisieran tener un tercer hijo.
“Hoy, vamos por esa. No pensamos en otro hijo. Después, nunca se sabe. Con Dona estábamos convencidos de que queríamos otro y ahora estamos convencidos de que no queremos más. Aunque todo puede cambiar”, concluye Noelia Marzol.
SEGUIR LEYENDO: