En mayo de este año, Verónica Lozano cayó desde una aerosilla a siete metros de altura en un centro de esquí de Aspen, Estados Unidos y las impactantes imágenes preocuparon a todos. La conductora tuvo que someterse a una compleja cirugía de talones que derivó en un cronograma estricto de recuperación. Con actitud positiva y la fuerza de voluntad como bandera, logró superar cada meta hasta que pudo volver al trabajo y de a poco recuperar su cotidianeidad. Y por estos días, celebra la vida con unas merecidas y gratificantes vacaciones en un ambiente de ensueño.
Verónica disfruta de su tiempo en las paradisíacas playas de la Polinesia junto a su pareja Jorge Corcho Rodríguez y su hija Antonia. Y con ellos también se encuentra Analía Franchín, también junto a su familia, testigo y sostén de aquel momento dramático en el que vio cómo su amiga se escurría entre sus manos sin poder hacer nada. Y entre atardeceres multicolores, aguas cristalinas y el contacto permanente con la naturaleza, Lozano compartió diferentes postales de su descanso con sus seguidores de Instagram.
El grupo se hospeda en un exclusivo complejo de casas flotantes ubicado en Tahití, la isla principal de la Polinesia Francesa. En las imágenes se la ve animándose a las actividades de cierto riesgo, aun con el recuerdo fresco del accidente. Se mostró buceando en las irresistibles aguas cristalinas del Pacífico y nadando en las profundidades del mar con el resguardo de un salvavidas a mano. “Por si las moscas. Ya tuve bastante”, escribió ironizando sobre su propia experiencia.
Además de disfrutar de la naturaleza en todas sus formas, la conductora aprovechó para lucir los coloridos diseños de su exclusiva cápsula de ropa y para degustar la gastronomía típica del lugar, abundante en frutas y pescados. Un combo ideal para pasar días y noches bien cerca del paraíso, antes de retomar su rutina habitual en el magazine de Telefe
Luego de su accidente en Aspen, Lozano sufrió la fractura de ambos tobillos, y a los pocos días fue operada en Colorado. De vuelta en Buenos Aires, empezó la rehabilitación, primero con las botas ortopédicas, luego con vendaje y finalmente después de que le sacaran los puntos pudo volver a usar zapatillas, aunque siempre sin hacer fuerza de apoyo. “Paciencia, alegría, gratitud, amor”, fueron las cuatro palabras con las que describió sus sentimientos al ver cómo estaban sanando sus pies a lo largo de este último tiempo. A los pocos días volvió a trabajar y de a poco fue recuperando la cotidianeidad.
De esta manera, la conductora se tomó unos días de su programa Cortá por Lozano, actualmente a cargo de Paula Chaves. y por el que este año se hizo el segundo Martín Fierro de su colección. Sin dudas, fue uno de los momentos más emotivos de la gala realizada en el Hotel Hilton, donde recibió su premio junto a su equipo y en medio de una gran emoción. “Hace seis años que hacemos este programa hermoso, en pandemia pusimos lo mejor, sin saber lo que iba a pasar, generando contenido y realmente soy muy pero muy feliz”, aseguró.
Durante sus palabras, le agradeció a las autoridades del canal por darle la posibilidad de incorporarse rápido a trabajar: “La discapacidad es un mundo que descubrí nuevo, que por suerte me están ayudando a salir. El laburo dignifica sobre todo en una situación compleja”, señaló conmovida antes de enumerar sus compañeros actuales y pasados a quienes hizo partícipe del premio. “Hacen que hagamos un programa hermoso todos los putos días de nuestras vidas”, cerró con el brazo en alto, el premio en la mano y la felicidad de estar viva.
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