Si bien no es una regla escrita, los casos de grandes celebridades que triunfan en Hollywood y que traen consigo una mochila muy pesada son muchos. Se trata de personas -porque eso son al fin, detrás del estrellato- que lograron salir adelante y cobrar popularidad más allá de que sus inicios debieron sortear grandes dificultades, no solo en sus carreras sino en sus vidas. Y cuando esto sucede, parece tener otro valor el camino recorrido.
Lo que también suele suceder es que, ya con la notoriedad adquirida, la gran mayoría abre públicamente esa puerta para sacar a la luz sus secretos más oscuros, o los más traumáticos. Quien tiempo atrás rompió el silencio fue Cara Delevingne, una de las actrices más versátiles de la industria. Una profesional de esas que todo director quiere en su elenco por lo que genera, pero también por su capacidad de ponerse en la piel de distintos personajes según lo requiera el guion. Si hay alguien que no está encasillada en un rol, esa sin dudas es esta artista nacida el 12 de agosto de 1992 en Londres.
Su debut ocurrió en 2012 cuando, con tan solo 20 años, la convocaron para la película Anna Kareninna, un drama que le sirvió para que todos los británicos terminaran hablando de ella, de una nueva figura que estaba surgiendo. Dos años más tarde el cine se rindió a sus pies cuando fue parte del elenco del thriller psicológico The Face of an Angel. Antes Delevingne había deslumbrado en las pasarelas como una de las modelos preferidas de la firma Victoria’s Secret, hasta que decidió correrse del mundo de la moda para abocarse de lleno al séptimo arte.
En 2015 llego a la meca hollywoodense. Fue en Ciudades de papel, una película infantojuvenil con la que supo conquistar a otro estilo de público, que rápidamente la adoptaría. Cara se volvió una referente para niños y adolescentes, y partiendo de esa base empezó a escalar a una gran velocidad. Esto lo confirmó cuando protagonizó Peter Pan ese mismo año. En 2016 cobró una gran notoriedad con Escuadrón suicida, filme surgido del comic con Harley Quinn, Joker y distintos personajes del mundo de los villanos. Más acá en el tiempo, en 2020 protagonizó Toda una vida en un año, un drama de gran repercusión que todavía se puede ver por las distintas plataformas de streaming. Y en este 2022 es una de las figuras de la segunda temporada de Only Murders in the Building.
Su difícil infancia
Pero detrás de este presente hay una primera etapa de su vida en la que todo el tiempo estuvo al borde del abismo. En su casa vivió situaciones que la marcaron hasta el día de hoy por culpa de la enfermedad de Pandora, su mamá, quien, siendo adicta a la heroína, se llevó por delante parte de la infancia y la adolescencia de Cara. La actriz terminaría revelando que buscó crecer en el los medios para alejarse de Londres y poder encontrar algo de paz.
“Mi infancia fue bastante triste. Mi madre luchó contra su adicción a la heroína durante años y ahora está escribiendo sus memorias. De niña sufría mucho porque no podía pasar demasiado tiempo con ella y cuando tenía 15 años padecí una gran depresión”, comentó la artista en una entrevista con la revista Ok!
Todo eso ocasionó un sinfín de repercusiones en Cara, que se vieron reflejadas en otros ámbitos, como en el escolar, por ejemplo. Cuando sus compañeros se fueron enterando de lo que pasaba en su casa, el maltrato se volvió recurrente. Le hacían bullying de manera sistemática, al punto de no querer ir más. Fueron años difíciles. “El colegio era una pesadilla para mí y la vida me parecía horrible. Fue entonces cuando descubrí que la interpretación era lo único que me hacía sentirme viva”, remarcó.
Su mamá cayó en la adicción antes del nacimiento de Cara y de sus hermanas, Poppy y Chloe. Siempre vivió en constante tratamientos, pero cuando parecía que estaba limpia, una vez más llegaba la recaída. Además, en una de sus tantas repercusiones le diagnosticaron trastorno bipolar.
Cara remarcó que todo lo que sucedía en su hogar le generaba cierto desconcierto. Sin pasar por alto que el inicio de todo fue cuando era apenas una nena, llegó un momento en el que la confusión se apoderó de ella: “Siento que mi vida fue muy estresante porque había bastante caos, no estaba segura de si la gente estaba bien o no”.
Lo sufrido en la Escuela Bedales le trajo problemas emocionales que la empujaron a dejar el colegio antes de finalizarlo. Sentía que los docente del establecimiento no la acompañaban y esto hizo que diera un paso al costado. “Me retiré y realmente solo quería poder demostrar que no era la holgazana que pensaban que era. Cuando tienes problemas de salud mental, no puedes ver nada, te ciega”, recordó en otra nota, esta vez para Harper’s Bazaar.
Si bien Delevingne habló de aquellos años, prefiere no explayarse demasiado. Es una puerta que mantiene entreabierta, antes que hacerlo de par en par. “Mi único límite está en lo que cuento sobre mi vida privada. Sigo pensando que resulta más fácil ser yo misma para poder decir que así es como soy yo”, explicó. Y la referencia también tiene que ver con su sexualidad.
Si bien hoy se declara pansexual, en un comienzo le costó asimilarlo. A los 17, cuando dejó todo para empezar su carrera como modelo, también tuvo que enfrentar ansiedad y depresión. Contó que por entonces todavía no tenía clara su orientación sexual. Esto la llevó a distintas búsquedas hasta que comprendió que su atracción es por las personas, indiferente del género.
“Conozco a mucha gente que se preocupa mucho por lo que dice o hace, y que intenta decir solo lo que el público quiere oír. Yo no puedo vivir de esa manera. Sigo pensando que me es más fácil ser yo misma para poder decir que así es como soy yo”, manifestó Cara Delevingne, dando por finalizado el asuento. Hoy transita el camino que eligió de esa manera, sin importarle el qué dirán. Disfrutando de su madre, que pudo recuperarse, y escribiendo su propia historia, sin abandonar sus convicciones.
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