Ivana Nadal, íntima: “Cuando tenía cinco trabajos me sentía exitosa pero no era feliz”

Después de haber comenzado un camino espiritual que la puso en el foco de la polémica, la modelo desembarcó en una plataforma de contenido para adultos

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Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)
Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)

Se bajó de la cresta de la ola para emprender un camino espiritual. Y, paradójicamente, terminó parada en el foco de la tormenta. Sin embargo, Ivana Nadal no se arrepiente de ninguno de los pasos que dio en su vida. Sabe que no todo el mundo está dispuesto a escuchar su mensaje. Y que muchos, incluso, lo consideran peligroso. Pero ella se mantiene firme en su postura. Y asegura que, después de un largo recorrido, finalmente encontró su felicidad cuando aprendió a disfrutar del presente sin ningún tipo de culpa.

—Este presente te encuentra como protagonista de Playboy Celebrities en la plataforma HOTGO.TV ¿Cómo te llegó la propuesta y por qué la aceptaste?

—Creo que el momento era el oportuno. Yo no lo tenía pensado, pero enseguida me di cuenta de que era algo orgánico y que estaba lista para experimentar eso que, quizá, antes no había querido hacer. Hay un paso muy delgado entre mostrarse en una foto en ropa interior y hacer un desnudo. Pero sentí que era una propuesta pensada para mí, con mucho respeto y con un equipo espectacular. La idea es relanzar Playboy en Argentina y yo sería la primera celebrity de este país en sumarse al proyecto.

—¿Qué es lo que grabaste, puntualmente?

—Se trata de una serie de entre 8 y 10 videos, de dos minutos cada uno aproximadamente, que se van a lanzar este jueves. Y, en cada uno de ellos, la cosa arranca con ropa y termina conmigo desnuda.

—¿No pusiste ninguna condición?

—Solo una: que no exista el plano ginecológico...No quería un primer plano con las piernas abiertas, porque hacer un desnudo ya me parecía un montón. Pero tengo que decir que me sentí muy cómoda. Y lo bueno es que, los que se suscriban, no me van a fumar a mí sola sino que está lleno de conejitas que también permiten ver su contenido. De todas formas, yo lo hice como una manera de experimentar, porque creo que para eso vinimos por más que nos cueste un poco entenderlo. Y porque pienso que tenemos que darnos cuenta de que somos seres espirituales en un cuerpo humano que es sexual, aunque desde chiquitos nos condicionen con ese tema.

—Convengamos que nuestra sociedad nos hace creer que lo “natural” es estar con ropa y no desnudos como nacemos...

—¡Totalmente! Igual, no vamos a andar desnudos por la vida porque hay “acuerdos” sociales que uno fue aceptando a lo largo del tiempo. Y ahora no es que vamos a pasear en bolas y va a estar todo bien, porque hay leyes que te prohíben eso. Fijate que hasta se armó un debate sobre el tema de las madres que amamantan en público...Y a todos nos cuesta un poco cuestionar aquello que nos marcaron como algo vergonzante, más si hay una religión de por medio o una familia más estructurada. De todas formas, estaría bueno que cada uno pruebe en su casa lo que siente al estar sin ropa y se anime a investigar su propio cuerpo.

—Teniendo en cuenta que estas producciones son pagas, ¿no pude resultar contradictorio que sigas un camino espiritual y, en paralelo, estés lucrando con tu cuerpo?

—Por supuesto que este trabajo es pago, como todo laburo. Y, en algún punto, puedo entender la confusión. Tampoco me agrada tener que estar justificando cada acción que ejecuto en mi vida, porque estaría bueno que cada uno experimente con la suya en lugar de opinar de la del resto. Pero yo también estuve en ese lugar. Y parte de todo este camino es aceptar que el otro sea diferente. En este caso, lo que puede pasar es que se confunda lo que es una religión con la espiritualidad.

Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)
Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)

—Explayate.

—La religión, generalmente, tiene un poco más de leyes y condicionamientos, que te llevan a la culpa. En cambio, la espiritualidad se trata de saber que sos el único responsable de tu vida y de tus actos. En este caso, tiene que ver con esto de sentir el cuerpo que tenemos. Porque si bien somos seres espirituales, tenemos un cuerpo tridimensional, humano, que siente. Así que, lejos de ser una cosa o la otra, el hecho de amigarte con tu envase tiene muchísimo que ver, incluso a la hora de usar nuestra respiración como medicina, para sanar.

—Entramos en un tema escabroso porque, si bien hay muchos libros que hablan de las enfermedades como consecuencia de cuestiones emocionales y de pensamientos, el mensaje que vos quisiste dar en un contexto de pandemia te valió muchos ataques...

—Creo que todo sucede como tiene que ser. No por lavarme las manos, yo me hago responsable de mis actos. Pero entiendo que es el camino que elegí para sanar y evolucionar. Y considero que, si bien en su momento me sentí muy atacada, eso fue porque me lo tomé muy personal cuando en realidad los que me agredían no iban por la vida tirando amor sino que insultaban a todo el mundo. Yo entiendo el contexto. Pero tampoco es que yo fui sacudiendo a la gente para que piense como yo. Ni me metí en los programas de televisión a hablar. La realidad es que yo fui a mi Instagram a compartir un pensamiento y una experiencia personal. Y después los medios expandieron eso a su merced, dando su opinión y formando una idea en el público.

—¿Pero no pensás que, siendo una influencer a la que siguen tantas personas, podía ser peligroso decir que si uno se daba amor el coronavirus no le iba a llegar, que no había que usar barbijo o que no había que vacunarse?

—Es que yo creo que lo que les bajaba a las personas su poder nato de defenderse de determinados virus, bacterias y enfermedades, era justamente no laburar la confianza en uno mismo. Por eso sigo bancando que es mucho más peligroso el mensaje que se puede consumir en los medios de comunicación que el que uno puede experimentar en carne propia. Además, me parece que es subestimar a las personas el hecho de pensar que porque yo diga que hagan algo lo van a hacer.

—Es verdad que el miedo, como cualquier situación estresante, baja las defensas...

—Es que todo lo que yo digo, aunque en algún punto pude parecer delirante, lo dicen también muchos que tienen diez millones de títulos. La medicina oriental que es la más vieja de todas, trata con plantas naturales y con la respiración, que es nuestra principal herramienta. Lo que pasa es que no nos enseñaron a respirar, sino que respiramos inconscientemente. Y si no le prestamos atención a lo que sucede en nuestro cuerpo cuando la respiración se altera, nunca nos vamos a dar cuenta de que es lo que alimenta al sistema inmune y qué lo debilita. Y cuando nosotros tenemos miedo, se libera el cortisol que es una hormona peligrosísima para nuestro cuerpo que lo único que hace es bajar nuestras defensas. Entonces, ¿para qué consumir medios de comunicación si lo que podemos hacer es experimentar nuestra propia vida?

—Pero insisto con el contexto: esto que se puede conversar con tranquilidad ahora, en el pico de la pandemia podía generar confusión.

—Porque se pone mi mensaje en un lugar en el que parece que estoy diciendo algo peligroso para la humanidad. Y yo estoy diciendo algo bueno. Mi plateo era: “Respiren aire puro, utilicen la respiración para sanar, no se ahoguen, miren el sol y salgan un poco, que no está pasando todo lo que están diciendo que está pasando. ¡La gente no se cae en la calle!”. Yo salí, experimenté y pude vivir otra cosa. ¿Por qué yo no puedo decir eso y en la tele pueden decir, porque se lo mandaron de más arriba, que murieron 449.568 personas...?

Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)
Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)

—¿Vos decís que no son ciertos los muertos por Covid?

—Eso es inchequeable. Yo a partir del momento en que empecé el camino de la espiritualidad, comencé a aplicar la palabra “incomprobable” que me cierra en un montón de casos. Puedo leer un libro entero, pero si lo que me dice no lo puedo experimentar yo elijo si creerlo o no. Acá es lo mismo.

—Pero hubo mucha gente que perdió a sus seres queridos...

—Es incomprobable el por qué de las muertes, la cantidad y el número de hisopados. Es mi creencia y no quiero imponerle esta idea a nadie, pero yo si no lo puedo comprobar lo dudo.

—¿Cómo repercutió en tu familia esta posición que te valió tantas críticas?

—La realidad es que mi mamá era mi primera hater. A ella le costaba un montón escuchar mis videos en Instagram, cuando empecé a comunicar desde no sé muy bien donde. ¡Qué se yo! Por ahí leía o sentía algo y, simplemente, me ponía a grabar. Y mi intención nunca fue hacerle mal a nadie. Pero mi vieja no podía con eso y yo sufría. Y, de repente, ella se empezó a permitir escuchar y se dio cuenta de la resistencia que uno genera hacia lo que no entiende. De hecho, actualmente tenemos charlas de conciencia muy profundas. Por eso, yo hoy acepto y abrazo a todas las personas que quieran insultarme, denigrarme o descalificarme, porque lo que hace que ellos emanen esas palabras de su ser es el miedo a lo desconocido. Y yo los entiendo, porque mis padres y mi abuela también estaban guardados y anotando la gente que se había muerto. Pero no hay algunos que pueden porque tiene privilegios y otros que no. La espiritualidad es lo que somos y de lo que se trata es de sentirlo.

—Hubo quienes te cuestionaron por hablar desde tus viajes preguntándote de qué vivías y vos respondiste que “del amor”. Pero la realidad es que estamos en un mundo material en el que el dinero es necesario. ¿Cómo te mantenés?

—Aclaro que si yo contesté que vivo “del amor, del aire y del sol”, es porque el cuerpo humano, básicamente, es amor y necesita del sol y de la respiración para mantenerse fuerte. El sol nos fortalece el sistema inmune a otro nivel, por eso es que guardarnos en la pandemia era lo que peor nos hacía. De todas formas, yo considero que existen millones de excusas para no comenzar a cambiar y generar eso que tanto deseamos ser. Y cuestionar al otro para lo único que sirve es para que no hagas nada de tu vida. Ahora, ¿cómo hago para ganar dinero?

—Esa sería la incógnita.

—Trabajo desde los 14 años como modelo. Hice campañas publicitarias. Y, cuando arranqué en la tele a los 19, primero hacía notas en un programa de golf. Después, a los 20, me pasé a TyC Sport donde trabajé a la noche. Más tarde arranque en Telefe. Hice cuatrocientos millones de cosas que me encantaron y la pasé bárbaro. Pero buscaba sentirme plena y, realmente, eso no me satisfacía. Así que en un momento me animé a renunciar a todos mis trabajos, que eran cinco, y literalmente dije: “Necesito viajar”. ¿Para qué más me servían mis ahorros guardados si lo único que tengo es mi presente?

—¿Ahí te agarró la pandemia?

—Sí, pero fue perfecto porque me ayudó a hacer este viaje interior y darme cuenta de un montón de cuestiones que tiene que experimentar cada uno, porque si yo tiro las herramientas van a decir que soy una delirante. Pero mi mensaje es que se propongan encontrar lo que quieren experimentar y dejen de compararse con el otro. Porque yo, supuestamente, había logrado eso que se considera que es el éxito. Me sentía exitosa, pero no era feliz. Porque no tenía paz. Estaba moviéndome constantemente de un lado para el otro. Y terminaba haciendo un personaje armado por la sociedad. No era que lo actuaba, yo en ese momento lo sentía así. Pero cuando me empecé a sacar un poco todo eso de encima me di cuenta de que ahí no estaba la felicidad.

Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)
Ivana Nadal (Fotos: Playboy Celebrities)

—¿Ahora la encontraste?

—Sí. Me siento muy en paz. ¿Y sabés dónde encontré la felicidad? En la aceptación y en el presente. No en pensar en que quiero más y ver cómo lo puedo generar, sino en la tranquilidad de soltar el control y dejar que las cosas fluyan. Porque, en definitiva, cada vez que quise planificar algo no me salió ninguna.

—¿Este dejar fluir también incluye tu pareja con Bruno Siri, con quien de momento estás distanciada físicamente?

—Con el Negrito construimos una relación hermosa, que más allá de la pareja tiene que ver con lo humano. Fuimos creciendo un montón y nos mostramos transparentes desde el primer día, no creando caretas que después son irremables. Y planteando nuestros miedos, pero tomándonos nuestros tiempos para procesar lo que nos pasa y buscar respuestas en lugar de reaccionar con los patrones tóxicos que uno va absorbiendo a lo largo de la vida. Pero bueno, él ahora está viajando por los Estados Unidos y creo que después se va a ir a Europa, así que no sé cuando vamos a coincidir nuevamente en algún lugar.

—¿Y cómo se lleva esto? Porque, más allá de la conexión espiritual, hay un contacto físico que es necesario...

—Sí, por supuesto. Nos recontra extrañamos y nos lo decimos todo el tiempo. El abrazo, el olorcito de la piel...Son cosas que cuando uno está enamorado te parecen exquisitas. Pero priorizamos el presente de cada uno. Y, si en este momento no estamos juntos físicamente, es porque seguro va a venir algo mejor. Así que confiamos en que nos vamos a volver a ver antes de lo que podamos llegar a planificar.

—¿Vos vas a quedarte en el país?

—Tengo ganas de viajar. Pero bueno, como te dije, vivo el presente.

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