El 1 de diciembre de 2017, Costa tomó una decisión que le cambiaría la vida. Aquel día, la humorista se sometió a un bypass gástrico para poder adelgazar. Cuando comenzó el tratamiento, pesaba 170 kilos. Antes de entrar al quirófano había adelgazado el 10% de su peso para poder someterse a la intervención. “De la enfermedad de la obesidad no te curás nunca. Es una adicción, como el alcoholismo, o el que juega. Y esa adicción a la comida la tenemos siempre, pero ahora físicamente no podés comer en cantidad”, había dicho a Teleshow, un año después de haber sido operada.
Lo cierto es que hoy Costa sigue trasmitiendo mensajes destinados a aquellos que también por la misma situación y, en las últimas horas, lo hizo a través de su cuenta de Instagram, donde además compartió una imagen de su antes y después. “TRANSformada (de ésta foto hablamos en El club del Moro -el programa de La 100 que conduce Santiago Del Moro y del cual ella forma parte)”, comenzó expresando. Y explicó: “La foto 1 yo hacía de Susana Giménez, en Sitges y en el 2011. La otra (encorsetada claro) es del sábado pasado en Los Toldos. 100 kilos aproximadamente. Y una vida en el medio”.
En ese sentido, reflexionó: “Siempre es bueno volver a mirarme. Como para recuperar el empuje. Y si yo pude, todos podemos. Hay que buscar ayuda porque solo no se puede. Y aplicar el solo por hoy”. “Solo por hoy voy a cuidarme y a veces solo por esta hora voy a cuidarme y así, de tanto repetirlo, se transforma en una manera saludable de vivir la vida ¡Fuerza y adelante!”, cerró. Inmediatamente, el posteo se llenó de miles de “me gusta” y de comentarios, entre los que se destacó el de Julia Zenko. “Gracias. Te admiro”, le escribió la cantante.
En enero, la actriz le había brindado una profunda entrevista a María Laura Santillán para Infobae, donde se había referido al tema: “Es una operación brutal, literalmente. Te abren, te entran por el ombligo y te cortan el estómago, imaginate. Para mí fue una gran herramienta, pero hubo un proceso anterior que yo había hecho con mis médicos. A mí no me interesaba la vida”. Y contó cómo mejoró su salud: “Es una gran herramienta que te sirve para hacer un bajón de peso interesante, importante, y durante el primer tiempo, por un año es magia. Es mágico. Después vuelve todo lo anterior. Yo me levanto pensando qué voy a comer. Es mi primer pensamiento. Pero el primero de verdad. ´Empanadas árabes´ digo. Ahora elijo que puedo comer una y no catorce. Todos los días. Es una adicción. Yo entendí con el tiempo que hay que aprender a negociar con el impulso y con la adicción. Antes hasta bañarme me costaba.”.
Además, en esa nota también había hablado sobre el abuso que sufrió a los 14 años. “Yo lo vivía como una aventura. Hoy que tengo 40 años me doy cuenta que no puedo estar con una persona que tenga 14 años porque me da repulsión. Pero yo no lo viví con horror, me parecía fantástico. Y ahí está el horror. Ahí es donde tiene que haber un adulto que diga ´no´. Es en el único lugar donde yo pienso en la muerte del otro como reparación, cuando hay un abusador, cuando hay un violador”.
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