Cayetano habló de sus problemas con el juego: “Necesitaba apostar una cifra que me lastimara en caso de perder”

El periodista fue entrevistado por Migue Granados y contó cómo fue que transitó la ludopatía

Cayetano contó cómo empezaron sus problemas con el juego (Audio: La Cruda)

En una entrevista con Migue Granados, Nicolás Cajg, más conocido como Cayetano, volvió a hablar de cómo entró en la ludopatía y cómo trabaja cada día para superarla. “¿Siempre estabas pensando en eso al fin? O sea, ¿te aumentaban el sueldo y lo linkeabas directamente con: ‘Ahora tengo más para jugar’?”, quiso saber Granados. “En una época lo empecé a linkear con: ‘Ahora tengo más para devolver’. Y ahí es donde empezó a ser un problema”, le resumió el conductor.

“¿Y por qué, cómo se generó eso? ¿Pedías prestado?”, indagó el humorista que pasó por Peligro Sin Codificar. “Porque hay un momento en el que vos ganás 10 y gastás 5. Y con los otros 5, jugás. Hay otro momento en el cual ganás 12, gastás 6 y jugás con 8... Ya no te alcanza y para llegar a esos 8, tenes que pedir dos. Porque igual después se lo devolves”, explicó.

“Y así se convierte en una rueda en la cual ya no me divierte jugar con la mía, porque no hay ningún riesgo, porque es la mía. La adrenalina pasa a ser jugar más que lo que uno puede pagar. Y ahí es donde empiezan los problemas grandes”, agregó Cayetano. Y para probar su punto, dio un ejemplo. “Si yo te digo a vos, que te gusta jugar pero no sos jugador: “Dale, juguemos un piedra, papel o tijera a cinco pesos... 5 pesos, no pasa nada’”, planteó y Migue le respondió: “Ni juego por cinco pesos”.

Cayetano

“Exacto. A mi me pasaba que tenía que irme a una cifra que me lastimara en caso de perder para sentir esa adrenalina. Ya no la sentía con plata que podía pagar”, cerró Cayetano en una charla para el podcast La Cruda.

El año pasado, el periodista había hablado por primera vez de su adicción al juego en un mano a mano con Gastón Pauls para el ciclo Seres Libres (Crónica HD). “Si repaso mi vinculación con el juego, con las apuestas, me doy cuenta de que aposté siempre, desde la escuela primaria, a los 10 u 11 años”, contó. El conductor de Metro recordó las consecuencias físicas que sufrió por su ludopatía y cómo con ayuda logró salir. Además, contó que uno de los momentos más duros fue cuando por las deudas que contrajo por apostar tuvo que entregar la llave del departamento que le dejó su abuela, sobreviviente de Auschwitz, antes de morir.

Aunque en ese entonces era literalmente un juego, en retrospectiva puede darse cuenta de que su vínculo por las apuestas comenzó cuando era muy chico: “Armaba torneos en los recreos de quinto grado de ping pong, sonaba el timbre, juntaba las mesas, llevaba una red, paletas y pelotitas, todos me tenían que dar un peso y organizaba, juegan Gastón contra Cacho, sonaba el timbre, me llevaba la mitad y el campeón se llevaba la mitad. No era apostar, pero era una vinculación entre jugar y la plata”.

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Fue por esos años, cuando se separaron sus padres, que un verano en la casa que la familia alquiló en Miramar, su papá le enseñó a jugar al blackjack y al póker, cosa que él aprendió entusiasmado. “Tengo una vinculación de toda la vida, después fue creciendo el tiempo que le dedicaba, el dinero que apostaba hasta que se apoderó de mí”, dijo, y describió el proceso como “paulatino”, a la vez que reconoció que a lo largo de los años fue “bastante consciente de que tenía un problema”.

A su vez, era eso lo que le gustaba ya que su “adrenalina estaba vinculada a vivir en problemas” y explicó: “La vida me aburría, un embole, no me alcanzaban las cosas que me pasaban, podía apostar en fútbol, diez mil pesos al Boca-River, pero no me divertía, me divertía apostar la cifra que me complicara la vida. Si había ganado 50 en el mes, apostar 10 no me divertía, me divertía apostar 60″.

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