Pablo Rago, reflexivo: “Una vez terminé llorando en el balcón por algo que me dijo mi hijo”

A tres días de su regreso al teatro con la obra Network, el actor charló con Teleshow sobre sus proyectos, el amor y los pilares de su vida. Desde el debut actoral acompañado de su hermano Marcelo su carrera fue en ascenso, y tras 46 años de trayectoria confiesa que los nervios siguen apareciendo antes de un estreno. Durante la pandemia apostó a la convivencia con su novia y formaron una familia ensamblada que fue un soporte fundamental en los tiempos difíciles que atravesó

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Pablo Rago, a solas con
Pablo Rago, a solas con Teleshow: los inicios de su carrera en el mundo de la publicidad, su paso por Clave de Sol, Amigos son los amigos y el estreno de teatro que lo entusiasma

La vocación puede ser una duda existencial durante un buen tiempo, una búsqueda que incluye muchos ensayos de prueba y error para descubrir cuál será esa pasión que nos acompañará, incluso en los momentos donde la duda vuelva a visitarnos. Cuando se combinan la intuición, la experiencia y la sensación de estar en el lugar correcto, la magia se transforma en algo tangible. Algo similar sintió Pablo Rago cuando estuvo frente a las cámaras por primera vez a los cuatro años, acompañado de su hermano Marcelo, y se dio cuenta de que le gustaba interpretar personajes.

Durante una distendida charla con Teleshow, el actor repasa algunos momentos de su carrera, el flechazo de amor que lo sorprendió gracias a un intercambio de mensajes en las redes sociales, y los nervios por su regreso a las tablas en Network, la obra que se estrena el próximo jueves 14 de julio en el Teatro Coliseo.

“Estoy muy emocionado porque nunca participé de un proyecto con semejante despliegue técnico. Te diría que bastante ansioso, además”, admite durante la comunicación telefónica. El entusiasmo se percibe en su voz, y cuenta que empezaron a ensayar con sus compañeros de elenco –Florencia Peña, Coco Sily, Cesar Bordón y Eduardo Blanco- hace más de dos meses, pero al ver que instalaban 150 metros de pantallas led junto a las escenografías móviles que componen un estudio televisivo montado sobre el escenario, quedó asombrado.

La ficción está basada en la película del mismo nombre, escrita por Paddy Chayefsky y protagonizada por Faye Dunaway y Robert Duvall, que se llevó cuatro estatuillas en los Oscar en 1977. La trama se centra en Howard Beale, un presentador de noticias con más de 25 años de trayectoria en televisión, a quien le comunican que lo van a despedir. La sensación de injusticia e impotencia lo lleva a hacer un insólito y dramático anuncio en su programa, que lleva a un aumento de rating nunca antes visto y, por ende, a muchas incógnitas sobre el futuro del programa.

Pablo Rago, Florencia Peña, Coco
Pablo Rago, Florencia Peña, Coco Sily, Cesar Bordón y Eduardo Blanco en la piel de sus personajes en Network: la obra estará de jueves a domingo en el Teatro Coliseo

La propuesta teatral cuenta con la dirección de Corina Fiorillo y la versión fue adaptada por Juan José Campanella. “Mi personaje es el que corta el bacalao, es el jefe máximo, el mandamás, y sus palabras son un detonante para el protagonista, que lo interpreta Coco; me parece que él va a sorprender mucho porque no lo tienen asociado quizás a un papel así”, destaca Pablo sobre su compañero. También garantiza que, aunque el guion fue escrito hace más de cuatro décadas, resulta un vivo reflejo de los medios de comunicación y mantiene una sorpresiva vigencia.

En consonancia con los récords que rompió el filme cuando se estrenó, Rago también cuenta con un mérito propio: trabajó en las únicas dos películas argentinas que ganaron un Oscar, La historia oficial (1985) y El secreto de sus ojos (2009). El actor se toma con humor esta coincidencia: “Algunos me dicen que traigo suerte con ese tema, pero yo digo que muchos directores y productores, cuando tienen que elegir a un solo actor en una terna, piensan: ‘Elijamos a este, a lo mejor nos ganamos un Oscar...’”.

“Fuera de chiste, tengo muchos nervios. Hoy me desperté congestionado y con un poco de tos, y mi novia me decía: ‘Desde que te conozco que en cada estreno te congestionás, o te duele la cabeza, o la panza’. La verdad es que me sigue pasando, después de 46 años, ponerme nervioso”, confiesa. Así surge en la conversación el nombre de Tamara, la pareja de Rago desde hace seis años.

Pablo Rago y su pareja,
Pablo Rago y su pareja, Tamara, llevan seis años juntos y conviven como familia ensamblada

Aunque el actor suelta una carcajada cuando define su habilidad para el manejo de Instagram como “malísima”, reconoce que la red social fue el puntapié del romance. Intercambiaron mensajes y cuando se conocieron personalmente se dieron una oportunidad. Rompieron con el prejuicio en torno a los 21 años de diferencia de edad entre ambos y se convirtieron en una familia ensamblada: ella es madre de Uriel, de nueve, y él de Vito, de 19, fruto de su relación anterior con María Carámbula.

La pareja cultiva el bajo perfil, y en contadas ocasiones expresaron su amor de manera pública en el mundo virtual. Durante la última temporada teatral en Carlos Paz, Rago republicó una tierna postal donde se los veía abrazados al borde de la pileta, que su novia tituló: “Amor mío”. Él, devolviéndole el gesto, la compartió en sus stories y expresó: “Salió el sol porque llegaste vos”. Acto seguido, publicó un video con una libreta y un claro mensaje: “¡Seamos felices! ¡Lo demás no importa nada!”.

—Después de más de dos años con las restricciones por la pandemia, estás de estreno en el teatro nuevamente. ¿Cómo te estás sintiendo?

—Fue mucha la incertidumbre de que se volvía o no se volvía, y cuando se volvió, fue con menos gente. En verano estuve haciendo giras con la obra Mi mujer se llama Mauricio, pero tenía muchas ganas de volver a Buenos Aires, instalarme y hacer temporada acá, así que es un sueño cumplido. Cuando por fin parece que llega el día de mostrar un espectáculo, en realidad recién empieza, porque una cosa es imaginar la reacción del público y otra es cuando verdaderamente pasa. Eso puede modificar la actuación, y esos son los nervios que sentimos los actores antes de estar cara a cara con los espectadores.

—¿Estás con otros proyectos en paralelo o te estás dedicando exclusivamente a este nuevo personaje?

—Anteriormente filmé la película Los Conspiradores, con Guillermo Francella, pero ahora me estoy focalizando solo en esto. Somos más de 20 actores en escena y también hubo que acompañar las agendas de cada uno, porque por ejemplo Flor (Peña) y Coco (Sily) están con programas de televisión todos los días. Todos estamos agradecidos de volver a trabajar a full, que a mí no me había pasado hasta ahora.

Rago, Sily, Peña, Blanco y
Rago, Sily, Peña, Blanco y Bordón serán los protagonistas de la versión teatral de Network, ficción que originalmente fue estrenada como película en 1976

—En 2015 te animaste a conducir TVR y la experiencia duró cinco temporadas. ¿Te gustaría volver a ese rol en algún momento?

—Fue puro disfrute, era como un chico festejando su cumpleaños todos los sábados. Estar viendo mi programa preferido de la tele y además ser el conductor fue una de las mejores cosas que me pasó. Fui de caradura, no tenía experiencia como conductor y los primeros meses estaba medio incómodo, haciendo el mismo trabajo que cuando ensayo una obra de teatro: buscando el personaje. Pero a medida que pasaba el tiempo me iba soltando, siendo yo mismo, reaccionando con lo que me pasaba en el momento, además de que teníamos invitados y el programa fue adquiriendo identidad. Me gustaría muchísimo volver a hacer algo con Gabriel Schultz. Nos hicimos amigos desde el momento en que empezamos a trabajar y nos entendemos muy bien.

—En tu Instagram una vez compartiste que tu hijo te dijo: “Si no fueras mi papá, serías mi mejor amigo”. ¿Qué sentiste en ese momento?

—Me lo recordás y me emociono la verdad. Ese día nos estábamos riendo mucho de algo que yo había dicho y me dijo esa frase. Terminé llorando en el balcón, le dije que salía a fumar un cigarrillo para disimular mi emoción. Fue el mejor halago que me pudo dar. Tiene los pies sobre la tierra a sus 19 años, y me sigue acompañando muchísimo. Más allá de que él tiene su vida social muy ocupada, siempre me pregunta cómo me va en el trabajo y más que nada se preocupa por cómo estoy en lo personal. Está muy pendiente y disfruta mucho de los trabajos que hago.

Pablo Rago y su hijo
Pablo Rago y su hijo Vito, fruto de su relación con María Carámbula

—Contaste que apostaron a la convivencia con tu pareja. ¿Cómo fue dar ese paso juntos?

Estamos viviendo los cuatro juntos hace un año y medio. Nos entendemos muy bien, y los chicos se hicieron muy amigos también, porque para un nene de nueve años de pronto tener un hermano de 19 que juega al fútbol y a la Play, es como vivir en una nube. A su vez para Vito que el más chico le diga que lo admira y le haga preguntas está muy bueno. Se acompañan mucho. El otro día Uriel hizo la promesa de lealtad a la Bandera y me dijo: “No podés faltar porque vos sos Belgrano” (risas). Estuve en el acto, él tenía que actuar y eso le generó muchos nervios porque nunca lo había hecho, le daba vergüenza, pero fue alucinante formar parte de ese momento.

—Interpretar a Manuel Belgrano renovó el público que te conoce desde hace cuatro décadas y ahora también te reconocen los más chicos…

—Completamente, está buenísimo. Todos los años para el 20 de junio repiten la película y la dan mucho en los colegios. Este verano una vez fui a comprar a un kiosco y había una pareja más o menos de mi edad con un nene de no más de 12 años que le preguntaba por qué me pedían fotos. El papá le dijo que me mirara bien, que él me conocía, y después vino a sacarse la selfie con Belgrano (risas).

—Por lo que se puede ver en las redes tenés una fan número 1: tu mamá.

Sí, mi mamá es la cholula número uno. Soy el mayor de cuatro varones, y ella es una genia. La adoro, me bancó muchísimo en los momentos difíciles.

Luego de hacer temporada en
Luego de hacer temporada en Carlos Paz con Mi mujer se llama Mauricio, Pablo Rago formará parte del elenco de Network en la capital porteña

—Tu familia debe haber sido tu sostén hasta que llegó la resolución donde fuiste sobreseído de la denuncia por abuso sexual.

—Fue un momento muy triste y muy inesperado. Me costó contener a mi mamá porque fue la que sufrió más. No paraba de ver la tele y escuchar las cosas que se decían. Yo le pedía que hiciera oídos sordos, pero ella me decía: “Vos tenés que salir a defenderte”, y yo le contestaba: “No tengo nada de qué defenderme, no hice nada malo”. Pero la Justicia actuó rapidísimo, fue un mes y medio de angustia, hasta que salí para continuar con mi vida como corresponde. Un amigo me prestó su casa en San Clemente y me fui con mi mamá, mi novia y los chicos. Nos fuimos todos a la playa y la pasamos súper bien, sintiendo el cariño de la gente todo el tiempo. En medio de eso salió el fallo que dictaba que yo no tenía nada que ver con ese asunto y ese fue el momento en que lo disfruté el doble. Volví renovado y lo celebramos en familia.

—¿Te sorprendió el apoyo que te brindaron algunos colegas?

—Me sorprendió que tanta gente me llamara para ver mi evolución cada semana. Gente muy conocida e importante me dejaba mensajitos preguntando cómo estaba y si necesitaba algo. Sentir ese apoyo de personas que trabajaron conmigo y de otros que me conocen desde muy chico fue muy importante para mí. La gente también te quiere a través de los personajes, y cuando salía muchos me saludaban para darme fuerzas.

—En ese momento pediste que “todas las mujeres fueran escuchadas” y llamaste a la reflexión sobre los tiempos judiciales. ¿Cómo ves el panorama hoy?

—Dije algo que siempre pensé, no es que lo empecé a pensar a partir de que se iniciara la causa. Una mujer no solo tiene que ser escuchada sino que la Justicia tiene que actuar lo más rápido posible. Un caso como el mío te afecta muchísimo, seas una persona pública o no. Cuando hay una denuncia falsa te perjudica en lo personal y en lo laboral. Cuanto más rápido actúe la Justicia, más rápido se esclarecen las cosas. Insisto en que la mujer tiene que ser escuchada atentamente y que se tienen que modificar muchos aspectos ante una denuncia por violencia, acoso, abuso o violación. No hay que olvidarse que antes le decían a la víctima: “¿Y vos qué hiciste para que te pegara?”. Hay un nuevo paradigma que me parece perfecto que haya cambiado.

—En septiembre vas a cumplir 50, y 46 de trayectoria en la actuación. ¿Vas a festejarlo?

—Voy a hacer un fiestón como nunca hice. No solía hacer grandes festejos, pero este año se lo merece: dejar lo negativo atrás y que vengan las buenas vibras.

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