Si hablamos de las series más exitosas de los últimos años, la mención a Stranger Things es casi obvia. Se trata de un proyecto que empezó casi tímidamente, destinado a los adolescentes, pero que supo conmover al público de todas las edades. Capítulo a capítulo se fue volviendo más atrapante, y eso se ve reflejado en lo que está aconteciendo actualmente, con la cuarta temporada, y a la espera de una quinta -y última- que ya fue anunciada, aunque sin fecha precisa de estreno.
El producto escrito y dirigido por los hermanos Matt y Ross Duffer, y que se emite por Netflix, vio la luz allá por julio de 2016. Desde entonces, las críticas positivas se multiplican. La historia se sitúa en los años 80, en Hawkins, un pueblo ficticio de Estados Unidos. A partir de la desaparición de un joven y de la llegada de Eleven (Millie Bobby Brown), una niña con poderes, se empieza a desarrollar el argumento.
En cuanto a los actores, en un elenco con mayoría de adolescentes, todos se toparon con una fama extrema y repentina. Todos en edad escolar cuando arrancó el proyecto, el primer cambio lo vivieron ahí: en la mirada perpleja de sus compañeros y maestros. Pero también en la calle, en los restaurantes, en los comercios, en cada paso que antes era habitual y que desde Stranger Things ya no lo será, porque la fama los alcanzó como una ola que los terminaría arrasando.
Algo de esto vivió a Finn Wolfhard, quien no hace mucho confesó que desde que se convirtió en una estrella a nivel mundial su vida se modificó por completo. Sin ir más lejos, se refirió al trastorno que lo persigue desde el mismo instante en el que la fama se apoderó de su ser cuando lo convocaron para ponerse en la piel de Mike Wheeler, uno de los protagonistas. Comentó que todo lo que viene viviendo desde los 14 años interfiere en su vida cotidiana de una manera que lo abruma.
Wolfhard nació en Vancouver, Canadá, el 23 de diciembre de 2002. Su debut en la pantalla se produjo en comerciales, hasta que a los 12 años tuvo su ansiado debut televisivo cuando lo convocaron para Los 100, una serie de ciencia ficción. Al año siguiente se sumó a Supernatural y también tuvo su estreno en cine como parte del elenco del filme Aftermath. Más allá de estos trabajos. que se dieron casi en simultáneo, en ese entonces no había conseguido trascender. Sí a nivel local, pero no mucho más allá.
En el medio de todo esto desarrolla una faceta musical que no muchos conocen. Cuando todavía vivía en Canadá, antes de explotar a nivel mundial con Stranger Things, fue vocalista y guitarrista de una banda llamada Calpurnia. Sacaron un par de discos, pero en 2019 el grupo se disolvió. En ese momento, Finn y otro amigos formaron The Aubreys. En 2020 lanzaron Soda & Pie, el primer disco, que contiene solo tres canciones.
Habituado a los sets de filmación y al vértigo del escenario en un recital, Wolfhard confesó que sufre cada vez que ve una cámara y se genera una aglomeración. En una entrevista que dio en 2017, en la presentación de una nueva temporada de Stranger Things, remarcó que padece ansiedad. Si bien esto estaba controlado en su momento, las sensaciones que suele experimentar se acrecentaron desde que su figura tomó otra repercusión. Cada vez que tiene que filmar una escena, su cuerpo empieza a realizar movimientos extraños que él no puede controlar.
Esto llevó a que sus padres visitaran a distintos especialistas para tratar de dar con un tratamiento adecuado, pero les dijeron que lo único que Finn puede hacer son distintos ejercicios para aplacar los síntomas, y que de esa manera no termine afectando otras situaciones de su vida diaria. “El trastorno me lo diagnosticaron desde muy joven. Para controlarlo respiro profundo y trato de meditar, tengo un terapeuta con el que hablo y tomo medicamentos”, precisó el actor. “Cuando me pasa me centro en lo que sucede en mi cabeza, buscar pensamientos que me ayuden a alejar esos temores”. Al mismo tiempo enfatizó en que el trastorno se manifiesta frente a las cámaras o cuando se encuentra rodeado de mucha gente, nada menos que lo que está viviendo desde el fenómeno de Stranger Things.
Es entonces cuando suele refugiarse en la música. En este sentido, no sale de su casa sin los auriculares inalámbricos, que lo acompañan a todos lados. Cuando ve que el trastorno está por surgir, una de sus salidas es buscar su música preferida en el celular, colocarse los auriculares y compenetrarse en la melodía, dejando todo el resto en un segundo plano.
Ante esta realidad, se le abren dos caminos. Sostiene que disfruta de la actuación y de lo que vive en un escenario, pero padece todo el resto, lo que viene con el reconocimiento: no pueda salir de su casa, porque apenas pone un pie en la vereda se le acercan un montón de fanáticos. Solo quieren saludarlo, pedirle una selfie, manifestarle su admiración, pero el cuerpo de Finn no lo recibe de la misma manera, y es ahí cuando lo sufre.
Pese a todo, Wolfhardse encargó de avisar que no dejará su trabajo. Procura adaptarse para que los dos mundos antagónicos en cuanto al disfrute y el padecimiento, puedan convivir en él. Por lo pronto, se refugia en su familia, en los amigos y en su novia, la actriz Elsie Richter, a quien presentó como su pareja hace un año.
No obstante, no hay fotos juntos. Si bien Finn reconoció públicamente el noviazgo, en sus redes no se muestra con Elsie. Las pocas postales que hay son de paparazzis que los hallaron en la vía pública, y no mucho más. En definitiva, esta también es su otra lucha: la de tratar de pasar lo más desapercibido posible, aunque ese resulte el trabajo más difícil de realizar.
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