Felipe Fort compartió una foto inédita y exótica de su papá, Ricardo

Aunque el chocolatero mostraba siempre todo lo que hacía en televisión o Youtube, aún quedan cosas de él nunca vistas. Esta vez fue su hijo quien develó una divertida imagen de unas vacaciones

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Martita, Ricardo y Felipe Fort
Martita, Ricardo y Felipe Fort (Instagram)

Aunque pasaron casi nueve años de su muerte y él solía mediatizar todo, muchos aspectos de la vida de Ricardo Fort continúan siendo misteriosos, especialmente todo lo que tenga que ver con lo que hacía con sus hijos Martita y Felipe, quienes en febrero cumplieron 18 años. Así, aunque parezca extraño, aún quedan fotos inéditas de “el Comandante”, como lo apodaron sus fanáticos.

Fue su hijo quien a través de sus historias en Instagram compartió una foto de cuando él era pequeño, tendría unos seis años aproximadamente según se puede ver, con su papá y con unos invitados muy particulares: tres coloridos guacamayos. Uno de ellos reposa en brazos del nene cual si fuera un bebé, mientas que los otros dos, uno cuyo color predominante es el naranja y otro el turquesa, están parados sobre los hombros del chocolatero, cual si fueran loros de piratas de caricaturas.

Felipe Fort compartió una foto
Felipe Fort compartió una foto inédita de su papá

En la postal Ricky, que luce bermuda y remera negra y toma afectuosamente de los hombros a su hijo mientras ambos sonríen, tal vez algo nerviosos por la presencia de las aves, ante la lente de la cámara.

No es la primera vez que el mellizo de Martita comparte fotos familiares. Una de las primeras que subió y que estás anclada en su feed en la red social donde tiene más de medio millón de seguidores, es un retrato de su padre con él y su hermana recién nacidos, uno en cada brazo. “Feliz Día”, escribió junto con ese posteo que realizó en junio del 2017, en alusión al Día del Padre.

Alguna vez también escribió junto con una trilogía de instantáneas de Ricardo, “Te extraño”. Además, es su foto de perfil de Instagram no tiene una foto propia, sino una de su papá, cuando tendría unos veinte años, luciendo un traje negro con camisa banca y moño.

Martita y Felipe nacieron en febrero del 2004 gracias a una subrogación que él realizó en Los Ángeles. Desde hacía tiempo quería ser padre y gracias a la ciencia y a la ayuda económica de su padre Carlos, pudo concretar el deseo. En ese momento fue su amigo Guillermo Peyrano quien lo acompañó a realizar los trámites a Estados Unidos. Sin embargo, al momento de recibir los bebés estuvo solo.

Ricardo estaba comiendo un asado con amigos en la casa que tenía en un country cuando lo llamaron desde Estados Unidos para avisarle que la subrogante había roto bolsa. De inmediato voló a Los Ángeles: “Llegué al parto y me dejaron cortar el cordón umbilical de mis hijos”, contó él en una entrevista.

Como los bebés nacieron antes de las 40 semanas y eran muy chiquitos, tuvieron que estar quince días en incubadora y el flamante papá no se movió de su lado. Cuando fueron dados de alta la flamante familia se instaló unas semanas en Miami. “Primero estuvo su amigo Claudio Borges, ex entrenador de Diego Maradona, con su mujer y su hija y después su ex cuñada Karina, la mujer de Eduardo. Ellos le sacaron las papas del fuego, porque él no quiso tomar a una chica allá y su mamá le quiso mandar una niñera y tampoco aceptó”, recordó Guillermo hace un tiempo a Teleshow. Recién una vez que estuvieron todos los papeles hechos pudieron venir los tres a la Argentina y recién ahí los pequeños conocieron a sus abuelos.

Tiempo antes de morir, como si supiera que partiría joven, Ricardo realizó un poder a través del cual le cedía si algo le pasaba la tutela de sus hijos a su ex pareja y amigo Gustavo Martínez. El personal trainer se había operado de la rodilla hacía unos años y generosamente el empresario lo invitó a pasar el tiempo de rehabilitación a su casa, como de inmediato los cuatro, (y sumando a Marisa la niñera de los chicos) congeniaron a la perfección, decidieron que seguirían viviendo juntos.

Así las cosas, tras la partida de Ricardo en noviembre del 2013 Gustavo se hizo cargo de los chicos y de todo lo que tuviera que ver con ellos. Diez días antes de que la mencionada tutela terminara ya que los mellizos cumplirían 18, tomó la drástica decisión de quitarse la vida. Luego se supo que tenía depresión y Alzheimer.

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