Inseparables, desde que se convirtió en madre Luciana Salazar comparte el minuto a minuto de su vida con su hija Matilda. Desde los looks idénticos que comparten hasta cada paso que da la pequeña: piruetas, acrobacias y gracias. Esta vez, le tocó el turno de separarse porque la pequeña de cuatro años viajó por primera vez sola en avión sin su mamá. El viaje planeado: la niña se encontraría con su tía Camila en España. Entonces, la modelo compartió en sus redes todo el recorrido hasta acompañarla que llegó a destino.
Así, desde la mañana, fue registrando cada uno de esos momentos. En pequeños videos y fotos que fue subiendo a sus stories desde la mañana temprano, se pueden ver los preparativos antes de embarcar. “Dale, Matu arriba, que te vas de viaje”, se la escucha decir para convencer a la pequeña de salir de la cama. “Dale que te vamos a extrañar, ¿de qué te reís?”, bromea. Mientras que también escribió: “A alguien le cuesta levantarse”. Cosquillas y risas mediante, la chiquita por fin acepta la invitación de su madre para levantarse.
Tras el desayuno, la modelo subió una foto de su hija ya lista junto a la valija y escribió: “Empezaron sus vacaciones largas. A visitar a su tía con sus abuelos”. Una vez subida al avión, Luciana compartió una nueva imagen a sus casi dos millones de seguidores: “¡Aaaaaayyyy te amo! ¡Ya te extraño!”. Y en otra publicación contó: “Mi pollita siempre viajó con mamá en avión. Lo nerviosa que estoy, que llegue ya”.
Luego, para tranquilizar a sus seguidores que en todo momento creyeron que la nena estaba viajando sola sin compañía, volvió a aclarar que Matilda estaba en compañía de sus abuelos. Horas después, finalmente, pudo volver a respirar tranquila y llevarla tranquilidad a todos: su hija llegó bien a España. “Mi piojita llegó bien”, aseguró.
Una estafa virtual
Hace un tiempo, Luciana advirtió que un perfil que se declaraba club de fans de su hija había cambiado su galería de manera drástica y comenzó a publicar otros contenidos que nada tenían que ver con la pequeña de cuatro años. Entre la indignación y el enojo, se comunicó a través de los mensajes privados y se sorprendió al ver la respuesta de quien resultó ser una víctima de estafa virtual.
La cuenta en cuestión superaba los 100 mil seguidores y fue creada en julio de 2019, cuando la niña tenía dos años. La propia Luciana era uno de los followers que solía darle likes a los tiernos posteos, y por este motivo no tardó en notar que había desaparecido la foto de perfil y todas las imágenes del feed. “¿Qué pasó? ¿Dejaste de ser del fans club de mi hija y te quedaste con sus seguidores?”, le consultó a través de la mensajería directa de Instagram. Luego mostró una captura de pantalla del chat que mantuvieron, donde además intercambiaron audios.
Finalmente, el nuevo dueño de la cuenta y la modelo llegaron a un acuerdo, porque esa persona había sido estafada ya que había comprado la cuenta de buena fe. “Hoy me entero que volvió a poner las fotos de mi hija y me ofrece quedarme con la cuenta. Un acto de honestidad que valoro muchísimo. Lo cuento porque me parece lindo compartir este gesto tan poco visto últimamente. Gracias de corazón”, remarcó. Después de contar la experiencia que tuvo, alertó sobre las irregularidades que ocurren en el mundo virtual. “Estafan a la gente y usan a mi hija para ganar seguidores y después hacen negocios vendiéndolas”, reclamó.
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