“Fue una desgracia con suerte”, asegura Esmeralda Mitre en diálogo con Teleshow. Este domingo, la actriz protagonizó un accidente automovilístico cuando circulaba por la Ruta Provincial 41 en el cruce con la Ruta Nacional 8, en la zona de San Antonio de Areco. Según se supo, ella manejaba un Surán blanco que terminó siendo impactando por un Peugeot, y las primeras versiones indicaban que los conductores de los dos vehículos habían sido derivados al Hospital Municipal Emilio Zerboni. Pero, de acuerdo a su testimonio, no hubo lesionados tras el golpe.
“Fue un choque en la Ruta 8 y la 41, en el cruce que está muy mal hecho...Yo venía por la 41 y me embistió un auto que se cruzó entrando a la autopista por la que yo circulaba. Pero, por suerte, ninguna de las dos partes salió herida”, indicó Esmeralda, que estaba camino a su casa de campo. Y negó haber tenido que ser asistida por personal médico. “Estaba haciendo denuncias y trámites en San Antonio de Areco”, dijo.
Según informó la cuenta Areco Alerta, que publicó la foto del momento posterior al choque, en ese mismo puente “hace pocas semanas hubo otro siniestro con el luctuoso saldo de un joven fallecido”. En este caso, en cambio, no hubo que lamentar heridos, aunque el representante de Esmeralda, Marcelo Villanueva, sí debió hacerse revisar por personal médico a raíz de un dolor en el pecho que no revistió gravedad.
A principios de año, en una extensa charla con este medio, Esmeralda se había expresado sobre diferentes temas, pero en especial, sobre la soledad. “Yo no quiero tener nada tranqui en el amor. Nada. Quiero un tipo fuertísimo. Interesante. Que se coma el mundo. Con quien tengamos muchas cosas que hacer, que pensar y libros que discutir. Alguien que disfrute con mis planes tanto como yo con los suyos. Y bueno... entonces, cuesta”, había dicho con gracia.
Y había asegurado no admitir relojes. Dijo que no se dejaba correr por el tiempo, ni por los hombres, ni siquiera por la biología. Y mucho menos por la maternidad. “Tengo diez óvulos congelados para ser mamá cuando yo decida”, reveló. Y luego explicó: “Nunca sentí el deseo de tener hijos con Darío (Lopérfido) y ese fue uno de los motivos de la separación. No quise. No sentí ganas con él. Pero sé que en algún momento esa necesidad va a aflorar. Mi ginecóloga me dijo: ‘Hasta los 45 no debés ni preocuparte’”. Mientras tanto, la actriz aseguró estar disfrutando de esta soledad que le toca transitar. “No la de crisis. La chiquita. La que elijo cuando llego por las noches, conecto mis playlists al sistema surround y bailo hasta la madrugada”, aclaró.
En la misma charla, Esmeralda había recordado a su padre, Bartolomé Mitre, y había hablado de su madre, Blanca Isabel Álvarez de Toledo. Pero también hizo referencia a los conflictos familiares y cómo estos la afectaron. “La soledad es una transición que no le deseo a nadie. Un gran tren que te pasa por encima y te obliga a rearmarte”, describió. “Un día reaccioné. La muerte se había llevado a papá. El divorcio a mi marido. Y una disputa, familiar y judicial, a mis hermanos. Miré a mi alrededor y estaba sola. Entré en crisis. Y como en toda gran crisis, se filtró la depresión. Sí, me deprimí”, admitió luego.
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