Se aferró a la esperanza hasta el último segundo. Sin embargo, el pasado 3 de junio, Vanesa Aranda tuvo que transitar el peor dolor que puede experimentar una madre: la muerte de su hijo. Lautaro Coronel, conocido por todos como El Noba, llevaba diez días internado en la terapia intensiva del Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce Dr. Néstor Carlos Kirchner luego de haber sufrido un accidente mientras circulaba con su moto. Y, aunque los médicos hicieron todo lo que estuvo a su alcance, falleció con solo 25 años de edad y todo un futuro por delante.
“Esta semana fue terrible, se acerca la fecha y me pongo peor porque recuerdo lo que pasó. Es muy difícil para todos”, expresó la mujer en diálogo con TN, a pocas horas de que se cumpliera el primer mes de la triste partida de su hijo. Y agregó: “¿Cómo estoy? Estoy. Trato de estar bien, pero hay días que no consigo tener paz ni tranquilidad. Se me hace pesado, extraño el día a día y cada día que pasa para mí es peor”.
Vanesa contó que le duele la ausencia de Lautaro y la siente en las pequeñas cosas, como en los saludos que ya no recibe por las mañanas o los mensajes con los que la hacía sentir siempre acompañada. “Me mandaba todos los días o me llamaba. ‘Ma, ¿tomamos mate?’ o ‘¿Qué vamos a comer?’. Por ahí me preguntaba si había ido a trabajar o me avisaba que se había olvidado las llaves. Quizás para la gente es una tontería, pero para mi era mucho y ahora se me hace pesado”, explicó.
“Es imposible no llorar, ese dolor en el pecho que tengo no me lo saca nadie. Hay momentos en los que estoy bien, pero a veces no puedo”, señaló la mujer, que pasó toda la internación de su hijo instalada en un motorhome frente al hospital. Hasta allí, los fans del cantante llevaron cientos de cuadros, banderas y fotos en honor al músico. “Le agradezco a la gente el cariño. No puse cuadros ni nada de las cosas que nos regalaron porque me hace mal. Las veo y soy un mar de lágrimas”, dijo Vanesa al ser consultada sobre esos obsequios.
La mujer, que sigue viviendo en una casa plagada de recuerdos de su hijo, confesó: “No caigo, sigo esperando que aparezca por la puerta”. Y contó el motivo por el que se obliga a escuchar la música de El Noba: “Es que cuando lo pasan en la radio, lloro. Entonces me pongo su música para acostumbrarme, porque sé que lo voy a escuchar siempre”.
Vanesa, que trabaja como encargada en un edificio, contó también lo difícil que le resultó volver al trabajo. “Hay muchos días en que no puedo, no tengo ganas, no quiero venir. Pero a mi hijo no le gustaría verme así. Por suerte, tanto los de administración como la misma gente son excelentes y me comprenden, no tengo palabras con ellos”, aseguró.
Y también hizo referencia al emprendimiento de pastelería, que difunde a través de su cuenta de Instagram. “De a poco voy armando mi lugar y, cuando esté hecho, veré si sigo con mi trabajo. A mí me gusta mucho lo que hago, pero tendré que complementar los horarios porque con las redes, la demanda de tortas va a crecer”, dijo. Y luego reflexionó: “Tengo que ponerme bien por mis hijas, mi marido y mi nieta. Sé que me va a llevar tiempo, pero también sé que él me va a ayudar”.
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