Julieta Díaz sorprendió al hacer una revelación sobre los premios Martín Fierro que ganó a lo largo de su carrera: entre 2003 y 2010, la actriz ganó cuatro estatuillas otorgadas por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentina (APTRA) por sus trabajos en 099 Central, Soy Gitano, Locas de amor y Valientes.
Lo hizo invitada a No es tan tarde, el ciclo que conduce Germán Paoloski por la pantalla de Telefe. “¿Usted tiene cuatro Martín Fierro o tiene más? Ya cuatro es mucho”, le comentó el anfitrión, y la actriz no precisó en la cantidad de estatuillas que levantó en los últimos años. “Más o menos, sí”, se limitó a responder.
De inmediato, Paoloski dejó entrever que conocía la historia, qué había hecho la actriz con los premios, e hizo un comentario con el que la invitó a contarlo en primera persona. “Porque viste que dicen que ganar un Martín Fierro te abre puertas. En el caso de ella, las mantiene abiertas porque tiene las estatuillas sosteniendo las puertas”, dijo el conductor en su ciclo.
“La verdad es que lo que pasaba es que en un momento los puse todos en la biblioteca -contó la actriz- Tengo varios, gracias a Dios, pero parecía un poco que faltaba la luz dicroica. Qué ego. Después, lo que hice fue esconderlos en el placard porque me daba vergüenza”, agregó quien está protagonizando la obra Las irresponsables junto a Gloria Carrá y Paola Krum en el teatro Astros.
Luego, explicó el verdadero rol que cumplen las estatuillas en su nuevo hogar: “Cuando me mudé a esta casa, las puertas se me cerraban porque son muy pesadas y dije: ‘no está mal’. Porque están ahí”. Y aclaró: “Estoy orgullosa de tenerlos pero también es una humorada decir los uso para esto. Es un premio importante pero también es sólo un premio”.
“Y tienen una función. Se lucen y se usan”, agregó Germán Paoloski.
Recientemente, la actriz, que también se lanzó como cantante, contó un episodio que vivió su hija Elena, de siete años. “Empezó el colegio con una maestra integradora, que es el requisito de los chicos con discapacidad en la escuela. Y pasó una mala situación con una maestra integradora muy irresponsable que la dejó, se fue, de un día para el otro dejó de venir y mi hija se sintió muy rechazada”, dijo sobre la niña que nació con parálisis cerebral.
“Mi hija preguntaba: ‘¿Dónde está? ¿Por qué se fue? ¿Se enojó?’. Se sintió rechazada. Fue muy desagradable, muy feo y muy poco profesional”, agregó por ese entonces y dijo que si bien ya consiguieron a otra persona que ocupe su lugar, nada le garantiza que esto no le vuelva a suceder. “Es algo que puede pasarte muchas veces en el año entones es muy angustiante. Es un espacio muy difícil, estamos esperando que el nomenclador de discapacidad aumente para las maestras y toda el área de discapacidad. Es un trabajo que se paga muy poco y es difícil de conseguir alguien que se quede. Se necesita de mucha vocación. Esta chica con la que empezó Elena resultó ser una persona muy irresponsable. Sé que es común, a Inés Estevez le pasa lo mismo con sus chicas”, concluyó Julieta Díaz.
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