El sábado Leo Montero dijo presente en PH: Podemos hablar (Telefe) y habló a corazón abierto sobre su infancia en Villa Carlos Paz, su llegada a Buenos Aires y su camino hacia los medios de comunicación. Durante la charla Andy Kusnetzoff lo sorprendió al recordarle su romance con Gabriela Sabatini a fines de los ‘90, y el conductor reconoció que tuvieron una gran exposición mediática en aquel entonces. También rememoró algunas anécdotas del tiempo que pasaron juntos junto a la familia de la mítica tenista.
Frente a la mirada atenta de Juana Repetto, Silvestre, Josefina Pouso y Edith Hermida, el periodista pasó al punto de encuentro cuando la consigna era contar alguna cita romántica fallida. Después de relatar la vez que un amigo le organizó una cita a ciegas que salió completamente mal, Kusnetzoff aprovechó la temática para preguntarle por un noviazgo el pasado: “¿Usted salió con Sabatini?”.
“Sí, claro”, afirmó Montero sin vueltas, y luego aclaró que fue un fugaz affaire que vivió con intensidad allá por 1998. “Fue un romance más conocido de lo que duró, habremos estado 40 días en realidad”, reveló. Cuando le consultaron cómo quedó el vínculo con la deportista tras la ruptura, respondió: “Para mí Gaby es un amor, es divina, una persona espectacular, con una familia hermosa, así que con ella todo re bien siempre”.
“¿Es verdad que no funcionó porque perdieron al pádel?”, lanzó Andy en tono de humorada, enterado de uno de los detonantes de la separación. “Perdimos sí”, lamentó Leo, mientras el conductor remarcaba que era “imposible perder teniendo a Sabatini en su equipo”. Entre risas, Montero explicó lo que sucedió: “Pasa que lo que hacían los hijos de p... era tirármela a mí; jugaban Ova y el primo, y todos juegan bien”.
“No mejor que Gaby al tenis, pero al pádel se las rebuscaban. Yo era el peor de los cuatro, jugaba con Gaby en la quinta de ellos, y como jugador de básquet lo mío era hasta ahí, encima iban todas las pelotas al cuerpo, para molestarme a mí”, aseguró. A la hora de recordar las razones por las que el noviazgo no prosperó, Montero lo atribuyó a la edad: “Éramos muy chiquitos, que se yó”, haciendo referencia a que eran veinteañeros. Después de aquel viaje en el tiempo, le mandó un saludo a su esposa desde hace 18 años, Malu Tedesco.
De bajo perfil, Montero sorprendió con algunas confesiones sobre su adolescencia y la muerte de su madre. “Mi mamá murió muy joven, cuando yo tenía 19 años. Ella había tenido algo que en ese momento ni se llamaba así si quiera, un ACV”, contó conmovido. Además explicó que las palabras que le dijo durante su adolescencia las lleva en su corazón hasta el día de hoy. “Me da un poco de vergüenza decirlo, pero yo le decía que quería ser profesor de educación física, kinesiólogo o periodista, y ella me respondía: ‘Vos sos pintón y tenés facilidad de palabra, tenés que estudiar periodismo’”.
“Le hice caso y fue lo mejor que me pasó en la vida”, sentenció, y también dedicó algunos minutos para describir su llegada a la capital porteña. “Los que vinieron del Interior me van a enternder con esto que voy a decir: Buenos Aires es una piña de Tyson”, reconoció. “No sabía a dónde ir, con miedo, con esperanza, con ilusiones, sin conocer nada, con el bolsito con tu VHS, tu casette; la verdad es que vine de cero”, recordó con las emociones a flor de piel. “Soy bastante perseverante y terco y dije: ‘No vuelvo hasta que no consiga laburo’”, remató.
“Después con mi amiga Verónica Lozano estuvieron en AM diez años”, comentó Kusnetzoff para ilustrar el recorrido del joven que llegó de la provincia de Córdoba y construyó una sólida carrera. “Iba a ser por tres meses y terminó siendo una década; de hecho todos los que están acá hoy estuvieron invitados en AM alguna vez”, recordó.
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