Este sábado, Gerardo Rozín hubiera cumplido 52 años. Y Ricardo Montaner no quiso dejar de recordarlo. El productor y creador de La Peña de Morfi (Telefé) falleció el pasado 11 de marzo luego de luchar contra un cáncer cerebral. Pero, tiempo antes de su partida, había realizado su última entrevista teniendo ni más ni menos que al cantautor argentino-venezolano del otro lado de la mesa.
“Te extraño amigo...Celebro tu vida con los mejores recuerdos...”, comenzó escribiendo el coach de La Voz Argentina (Telefé) en un posteo que subió a su cuenta de Instagram. Y junto al mismo, publicó tres fotos: en la primera se los ve a ambos disfrutando de un día al aire libre recostados en unas reposeras y, en las dos siguientes, se los ve compartiendo su última charla televisada.
Enseguida, el intérprete de Déjame llorar continuó: “De regalo nos quedó nuestra última entrevista que atesoro y comparto con todos los que te conocieron y los que no tuvieron esa dicha. En casa te extrañamos todos”.
Hace apenas unas semanas, Montaner ofreció un mini recital privado en el mítico Café de los Angelitos porteño para presentar su nuevo disco: Tango. Y allí, frente a su familia y un selecto grupo de invitados entre los que figuraban Guillermo Francella, Claudia Villafañe, Palito Ortega, Alejandro Lerner y Guillermo Francella, entre otros, aprovechó para hacer referencia a su amigo Rozín. “Él fue el primero en decirme que ya era el momento de hacer el álbum de tango y yo no le hacía caso. Hacía 18 años que me lo venía diciendo, desde que nos hicimos amigos en Canal 9, dónde él tenía un programa que se llamaba La pregunta animal”, señaló Ricardo.
Y luego reveló que, el año pasado que había estado radicado en la Argentina para hacer el reality de talentos que conduce Marley, Rozín había aprovechado para “confabular” con el productor Diego Nuñez, hasta que él aceptó que había llegado el momento de grabar este disco. “Gracias a ellos hicimos este repertorio. Y debo reconocer que mi corazón late diferente pensando que nuestro querido Gerardo no está físicamente con nosotros. Pero me reconforta saber que hubo una pregunta que yo le hice en una entrevista, la última que hizo él y me la hizo a mí. Tuve ese honor. Yo le pregunté algo parecido a si creía en Dios. Y me dijo: ‘Cuando estoy cerca de ti’”.
En ese día tan especial, Montaner se había mostrado conmovido por todos los recuerdos que le generaban su nuevo trabajo. “Gracias por acompañarme a cumplirle la promesa que le hice a mi abuelo Laurentino, cuando estábamos allá en Valentín Alsina en la calle Florida, en un asado. Un día mi papá logró que le prometiera que alguna vez iba a grabar un disco de tango. El tango se hace esperar, pero el tango espera. Y hoy me recibe en compañía de muchos amigos. Me siento emocionalmente golpeado para bien, es un día cargado de emociones”, había dicho sobre el escenario.
Y continuó: “Pero, de alguna manera, con estas pocas canciones me reconcilio con ese Ricardo chiquito que fue de prepo desarraigado a los siete u ocho años, y dejó a sus amiguitos con los que jugaba pelota en la cortada y que creyó que iban a ser sus amiguitos para siempre. A ese Ricardo que se fue enojado con piedras en los bolsillos de un trajecito celeste que le compró su mamá, porque creía que podía bajar las ventanillas del avión para tirarlas para abajo. Con ese Ricardo chiquito, me estoy reencontrando esta noche”.
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