Nazarena Vélez sorprendió a sus compañeras de LAM (América) y hasta al propio conductor, cuando confesó que está distanciada de Georgina Barbarossa hace casi una década. La panelista explicó que seis años atrás creyó que podrían recomponer sus diferencias, pero volvió a desilusionarse por un gesto de su colega y a partir de ese momento no volvieron a cruzarse ni limaron asperezas. Entre la indignación y la tristeza, aseguró que no trabajaría nuevamente con la actriz.
“Una vez conté que no la quiero, pero la conozco hace más de veinte años, siempre tuve una relación muy linda y la contraté para Los Grimaldi y para la tele; nos hicimos muy amigas, yo creía que era amistad, pero no”, dijo en un comienzo. Luego Ángel de Brito recordó la explicación que había brindado Barbarossa sobre los motivos por los que dejó la exitosa obra teatral en la segunda temporada. En una entrevista con Susana Roccasalvo la comediante aseguró: “Estaba arreglado en mi contrato, y cuando vivía Fabián (Rodríguez) nos ayudaba en la gira un poco, y yo podía seguir grabando Dulce amor y otras cosas, pero al tener una tragedia Nazarena salió a trabajar de lunes a lunes, cosa que yo no podía hacer”.
Al escuchar sus palabras, la angelita sostuvo: “Me decepcionó Georgina; íbamos a comer siempre, nos hicimos amigas y cuando pasa lo de Fabián yo necesitaba un mes porque no me podía poner de pie, me había quedado en la calle y mi marido ya no estaba, me estaba volviendo loca”. Compungida al recordar la muerte de su exesposo en 2013, aseguró que el productor teatral Javier Faroni le propuso que la reemplazara Belén Francese durante un tiempo para que pudiera transitar el duelo y ocuparse de su familia.
“Georgina, tan amiga, tan amorosa, de estar todo el tiempo conmigo. Vino de hecho a la comisaría a reconocer el cuerpo de Fabián, y un montón de cosas, dijo: ‘No, porque Belén no va a vender, la que vende ahí es Nazarena, y yo necesito ganar plata’”, sentenció. Y agregó: “Es mentira lo que dijo ahí, no dijo que era eso de lunes a lunes, porque yo se lo iba a acomodar, la necesitaba a Georgina, y sentí algo como: ‘¿Enserio no me bancás? Necesito ponerme de pie’”. En este sentido, reconoció que no quiso trabajar con ella e ingresó Luisa Albinoni.
“Había ganado muchísima plata durante los dos años de Grimaldi; hace más de diez años era fortuna y hasta hoy seguiría siendo fortuna lo que ganó”, comentó. Por último, reveló otra de las razones de su enojo: “Cuando pasó lo de Bárbara con Federico (Bal), Barby cerró con Muscari una obra que se llamó Coqueluche, y Georgina en el medio del quilombo se bajó; para mí porque es muy amigas de Carmen (Barbieri), y ahí dije: ‘Sos una soreta’”.
“Yo capaz me equivoqué y creí que éramos más amigas de lo que éramos en realidad”, expresó resignada. “Tuvo actitudes de soreta y no volví a hablar con ella, no quería escucharla tampoco y su representante me dijo que era una cuestión económica, porque no iban a facturar lo mismo si yo no trabajaba en ese momento; igual también es entendible que no me quieras bancar porque ella tenía que hacerse cargo de un montón de cosas, eso es real también”, completó. Sobre el final se mantuvo firme y remató: “Pero yo pensé que era diferente; era el sostén de su mamá, de sus hijos, pero se ve que hay prioridades, nunca nos volvimos a cruzar. Yo a Georgina no le daría trabajo”.
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