Frente a uno de los tres pianos de la sala, colgado en un cuadro en la pared, el poster de ‘The Wolf’, tema estelar que acumula más de 152 millones de visitas en YouTube, se destaca por sobre los demás adornos. En la de enfrente, las guitarras, los bajos y hasta una batería completan la sala estudio de Siamés, un ambiente que parece tener todo a la mano para componer y que no haya barreras a la creatividad.
Con sus rizos color violeta, Juan Manuel “Blakk” Kokollo se sienta en un segundo piano y empieza a tocar mientras Guillermo “Stoltz” Stölzing y Barbie Williams se suman con sus voces para interpretar uno de sus temas, ‘The Best’. Como si fuera un norte a seguir o a superar, en el extremo del instrumento descansa una versión vinilo de su segundo álbum Home, el cual vienen de presentar en su gira internacional por México.
La banda argentina volvió a romper las barreras, marcar la línea y allanar el camino para los artistas latinoamericanos que hacen música en inglés y sueñan con brillar en el exterior. “Quedó demostrado que a la gente no le importa donde nacimos. El prejuicio no estuvo porque primero estuvo su gusto, luego descubren de dónde somos y ya está, les gustó”, asegura “Stoltz”, cantante y guitarrista, quien junto a “Blakk”, tecladista y sintetizador, fundaron el grupo. Con el tiempo se sumaron Barbie Williams, Gonzo Rooster, Mariano Lanus y Nikko Taranto, baterista de Trueno y Seven Kayne.
Las manos se agitaban en el aire, el suelo temblaba con el salto del público y los celulares encendían sus luces en lo alto. Mientras miles de fans se abalanzan sobre ellos, cientos de estrellas amarillas irrumpían en el aire y sonaba ‘Summer Nights’, otro de sus hits que ya suma más de 18 millones de reproducciones en las plataformas digitales. Con shows totalmente agotados así vivió la banda sus fechas en su recorrido internacional.
Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla fueron algunos de los lugares por donde giró el grupo. En 2020, antes de la pandemia, el fenómeno también se había repetido en Estados Unidos, donde tocaron en el Trees de Dallas, lugar que recibió a Nirvana, Pearl Jam, entre otros. Así dejaron en claro que la música no conoce fronteras.
Sus canciones en inglés se convirtieron en una puerta de entrada a cualquier parte del mundo. Sin embargo no siempre fue así, hubo quienes les recomendaron cantar en español y hasta discográficas de renombre que les sugirieron cambiar su estilo si querían tener una oportunidad. ”Estamos en la época correcta para romper ese prejuicio. En Argentina siempre estuvo la cultura de cantar en inglés. Cuando presentamos los demos del primer disco fuimos a golpear la puerta a todas las discográficas, nos dijeron que estaba buenísimo pero que si lo hiciéramos en castellano tal vez tendríamos posibilidades. Ahí dijimos que no porque no era lo nuestro”, explica Kokollo mientras charla con Teleshow.
Suecia, Brasil, India, Francia, la banda de Indie Rock es escuchada en todas partes del mundo y parte de eso se debe a los éxitos de su primer álbum Bounce into the Music, el cual tiene sencillos como ‘The Wolf’. El fenómeno de este tema pone a la banda a la altura de artistas masivos. Por ejemplo, el video más popular de Duki en esa plataforma ronda las 158 millones; Sin Culpa, el más viralizado de Lali Espósito 138 millones; Sin Querer, y el más visto de The Rolling Stones 64 millones; Anybody seen My Baby.
Esto no solo demuestra que la industria no siempre tiene la verdad, sino también que las plataformas democratizan la demanda de nuevos artistas, así lo analiza Blakk: “Es re fuerte que tengamos las mismas views que los grandes, hay veces que nos perdemos un poco en eso. Es un placer enorme y orgullo lindo decir ‘mirá todo lo que se logra, el alcance, la cantidad de ciudades y partes del mundo donde se llega’. Más aún porque no somos una moda, ni hacemos un género que sea tendencia ahora como trap o reggaetón, es más mérito”.
Esa distinción, que próximamente los llevará a tocar en su última fecha en Argentina, el 18 de junio en el Teatro Vorterix, también fue posible gracias a sus videos animados, a cargo del estudio Rudo, los cuales están inspirados en la cultura animé japonesa. Así logran un papel importante en la reinterpretación de sus canciones. “A la gente que nos escucha le gusta jugar con las letras y la imaginación e inventan historias y le buscan la vuelta. Nosotros armamos letras donde sea libre albedrío, como que dejamos que cada uno saque su interpretación”, afirma Williams.
Un fiel reflejo del gusto de la banda por el país oriental puede verse en la tapa de su último disco Home, el cual tiene un ‘kanji’, un símbolo japonés que representa hogar y familia. “Yo consumo mucho animé, creo que a todo Siamés le gusta. Soy fanático de Miyazaki gracias a que me lo mostró Stoltz”, asegura Kokollo. A lo que la vocalista agrega: “A mi me gusta mucho Sailor Moon, Dragon Ball obviamente. Miyazaki también. No me olvido más de cuando miramos la princesa Mononoke, me lo mostró Koko y no lo podía creer, mirá que El viaje de Chihiro es tremendo pero este era genial. Quedé como wow”.
Tanto ese gusto de los miembros de la banda, como la impronta que tienen en sus videos, se deben en su gran mayoría a Stoltz. El músico logró combinar las pasiones que lo acompañaron desde chico cuando, en lugar de jugar al fútbol en la tarde, prefería dibujar, estudiar caricatura, ver Robotech y super campeones. “Es loco poder juntar la música con la animación y los videojuegos. Y eso me gusta del video de ‘The Wolf’, realmente se reinterpreta la cultura japonesa, ahí no ves a Miyazaki o a Akira Toriyama copiados. El diseño de personajes y de estética remite, pero es personal y eso lo hace especial”, dice el vocalista mientras se acomoda su remera de Pokémon y agrega entre risas: “Yo les quemo un poco la cabeza para que vean animé o videojuegos”.
- ¿Cómo se conocieron?
Kokollo: - Entre 2010 y 2018 hacía una fiesta en Roxy, yo era el Dj, programaba bandas. Una amiga en común me dijo que tenía que conocer Stolzi. Cuando lo conocí vi lo bien que cantaba en inglés, el timbre de voz, como disfrutaba en vivo, y yo decía esto no lo vi antes. Alguien que entienda el idioma y se sienta realmente cómodo. Ya debemos estar en los 10 años que nosotros empezamos a hacer música.
- ¿Es importante el apoyo de una discográfica para vivir de la música?
Kokollo: - Con las fiestas que hacía me daba cuenta que todos los artistas estamos atrás del salvador, que aparezca alguien, que tocamos acá y nos vea alguien, no es el único camino y eso no tiene que detenerte. Con lo de YouTube somos el ejemplo de que sin una discográfica, sin un magnate detrás es posible hacer carrera. Nosotros mismos íbamos a golpear la puerta de las discográficas y no era ahí, no es que si no conseguimos un sello, un manager o alguien que tenga plata no se puede lograr, hay que buscar otra manera.
- ¿La música los ayudó a superar momentos duros?
Kokollo: - Con el primer disco, Bounce into the Music, al principio jugábamos con la idea de salvarse a través de la música, pero en definitiva fueron momentos oscuros, bajoneros, fuertes, en mí personalmente de desamor, sentimental y con la vida. Sentía que había laburado años y que nada avanzaba, ni la música, las relaciones y volcarnos en la música fue la salvación, lo único que me motivó era el disco que estábamos haciendo.
Stoltz: - Y cuando escribimos ‘Mr. Fear’ yo estaba más o menos en lo mismo, un momento más duro, ataques de pánico, ansiedad. Koko me dijo ‘bajemos esto a una canción para exteriorizarlo’ y salió genial.
- ¿Qué les transmite la gente sobre su música?
Kokollo: - Con ‘The Wolf’ mucha gente conectó por el lado de ansiedad, depresiones, superar los problemas, hicimos una conexión con el público. Saltó la ficha de que hay muchísima gente en el mundo que se siente incomprendida, sola, abrumada por el mundo.
Stoltz: - Hay gente a la que le ayudó a superar problemas y a unir familias. Nos escriben muchos papás y mamás diciendo que somos la primera banda que escuchan juntos entre madres e hijos.
- ¿Qué les devuelve el público?
Kokollo: - Otro éxito que logramos es cuando alguien nos escribe de algún país diciendo que tiene ataques de pánico o trastornos y pone ‘The Wolf’ y se calma, y ahí decimos ‘fuaaa, hicimos algo bueno’. Ese tipo de cosas nos dan mucha satisfacción.
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