La actitud rocker de The Strokes y la luminosidad de Lorde brillaron en Primavera Sound 2022

En Barcelona, la jornada del viernes también tuvo a The Smile -proyecto de Thom Yorke y Jonny Greenwood, de Radiohead-, M.I.A. y Khea

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Julian Casablancas, de The Strokes (Fotos: Gentileza Primavera Sound)
Julian Casablancas, de The Strokes (Fotos: Gentileza Primavera Sound)

Durará más en tu cabeza que en tu móvil”, se leía en el “código de convivencia” planteado por Primavera Sound para que la experiencia del disfrute sea plena sin verse relegada por querer registrarlo todo en el teléfono. Sugerencia que también cabe a la hora de patear una ciudad como Barcelona: la muchedumbre que se congregó en el Parc del Fòrum ante el llamado de la música, un rato antes estuvo dispersa entre sus calles hipnóticas, el sello de Gaudí, el ecléctico street art, incontables tiendas y los tentadores kilómetros de playa.

Igual de amplio como el menú de esta urbe, así se presentó el viernes en el festival. Y de entre las tantas postales que dejó la jornada, una de las que quedarán para siempre en la memoria serán los incontables “just kidding” (”estoy jodiendo”) que soltó una y otra vez Julian Casablancas a lo largo del show de The Strokes. El habitual modo standupero del cantante es el matiz sucio y desprolijo, el desequilibrio justo que termina de volver encantadora a esta banda con actitud rocker sin necesidad de descontrolar las cosas del todo.

Provocaron el primer suspiro cuando en la pantalla apareció el logo stroke en colores argentinos y salieron a escena cinco minutos después de lo pautado. Antes de que suene el primer acorde de “Bad Decisions”, ya tenían a su multitud en un bolsillo, la cual terminó de estallar al oír la voz de Casablancas. Y con “Hard to Explain”, retribuyeron la energía levantando el primer gran pogo en lo que va del fin de semana: un gesto definitivamente atípico entre un público que en general opta por bailar en el lugar o conversar demasiado, en lugar de cantar y agitar sus canciones favoritas.

Las sombras de Julian Casablancas y Albert Hammond Jr. bajo el símbolo de The Strokes
Las sombras de Julian Casablancas y Albert Hammond Jr. bajo el símbolo de The Strokes

Perdonen por lo de la semana pasada”, se excusó Julian por el faltazo que debieron pegar siete días atrás, ya que estaban programados en el primer tramo del festival pero debieron cancelar por un caso de coronavirus en la banda. “Igual, eso no es problema de ustedes... Fue por el covid o algo así. Lo tuvo Nikolai (por Fraiture, el bajista)... ¡Just kidding! Fui yo”, se rió el cantante, quien además de bromear, entre tema y tema bebía sorbos de seis vasos distintos, a ritmo barcelonés. “La vida en gira implica buenos hábitos, disciplina...”, dijo antes de empinar el enésimo trago.

Entre los puntos altos del set de estos padrinos díscolos de la última ola del indie, sonaron recientes como “The Adults Are Talking” y “Brooklyn Bridge to Chorus” (los coros multitudinarios de los riffs de estas dos reafirmaron la idea de que The New Abnormal, el disco que el grupo editó en el primer cuatrimestre del 2020, le salvó la pandemia a muchísima gente), pero también algunas de su primera cosecha, como “Someday”, “Under Control” y “Take It or Leave It”.

Como suele ocurrir con The Strokes, sus shows van de mayor a menor y terminan casi en fade out. En el caso de ayer, fue con una versión un par de tonos abajo de “Under Cover of Darkness” y una tapada como “Threat of Joy” para el final definitivo. El grito de “One more song! One more song!” (la versión anglo del “una más y no jodemos más”) no hizo mella en los neoyorquinos y abandonaron el escenario después de saludar.

Julian Casablancas, el frontman bromista
Julian Casablancas, el frontman bromista

Justo antes había sido el turno de Lorde, a la hora de los últimos destellos de sol y antes de que la tarde se convierta en noche. Nadie mejor que ella para ese momento de la jornada, con su Solar Power a cuestas, el cual representa un paso más en su transición desde lo oscuro hacia lo luminoso. Al revés que la mayoría, la neozelandesa creció en edad y su vida cada vez más adulta aparenta ser menos enroscada de lo que se podía deducir de las canciones de su debut Pure Heroine o del elocuente Melodrama.

Rara y encendida, sobre el escenario utilizó cada escalón de una escalera medio The Truman Show que nacía de una esfera de aspecto satelital. Ahora sonríe más, dice que la primavera es su estación favorita, se sonroja, halagada, cuando su gente corea temas como “Liabity”, “Royals” o “Mood Ring”, luce la piel curtida por el sol y parece no querer dedicarle tiempo a nimiedades como una rutina de skincare.

Lorde (Foto: Toto Pons)
Lorde (Foto: Toto Pons)

De todos modos, algunas cosas nunca cambian: mientras a su alrededor todo -el repertorio, la ropa de su banda, el marco- era de paleta clara, ella vistió un ajustado y agujereado catsuit negro. Y para brillar un poco más, se aplicó algo de glitter a los costados de su mirada. De a poco, fue subiendo la intensidad y llegó a su pico justo en el final, cuando entregó la pomposidad de “Solar Power”, dejando a todos con ganas de más.

El público de Primavera Sound disfrutando de Lorde con los últimos destellos del sol
El público de Primavera Sound disfrutando de Lorde con los últimos destellos del sol

Ya era sábado cuando M.I.A. salió a escena, después de un par de años sin presentarse en vivo. Adelantada a su tiempo, la rapera inglesa con raíces de Sri Lanka se presentó en modo caja de ritmos y montó su adhesivo combo pop y bailable, transformando al festival en una enorme pista de baile. En la pantalla, el mundo se convertía en una enorme bola espejada, mientras que la luna, alta en el cielo, pareció mimetizarse con esa imagen. “Borders”, “Bad Girls” y la infaltable “Paper Planes” fueron parte de la banda sonora del momento.

Casi en simultáneo y en uno de los anfiteatros que tiene el Primavera Sound, tenía lugar la nueva reencarnación de Thom Yorke y Jonny Greenwood, parte fundamental de Radiohead. El proyecto se llama The Smile y, por intensidad, interpretación y repertorio, fue uno de los picos en lo que va del festival.

Thom Yorke con The Smile
Thom Yorke con The Smile

La voz atribulada y atronadora de Yorke podía escucharse desde varios metros antes de llegar al escenario, que pareció quedar chico por la cantidad de gente que se juntó. A la vez, era el marco perfecto para contener todo su hechizo. Junto al carácter “pulpo” de Greenwood -del piano a la guitarra, y de ahí, al bajo con arco- y el ritmo frenético de Tom Skinner en la batería, el cantante fue la guía a través de este sauna de lava eléctrico y electrónico.

Los links con Radiohead son inevitables y por momentos, el pulso de temas como “Thin Thing”, “The Opposite” o “You Will Never Work in Television Again”, dan la sensación de estar ante una versión sintetizada y menos orquestal del grupo inglés. Pero las cosas se vuelven más difusas cuando el trío entra en fase de jam volátil. “Que tengan un gran fin de semana”, deseó Yorke segundos después de la última del set, una versión de la solista “Feeling Pulled Apart by Horses”. En eso estamos, Thom.

Thom Yorke y Jonny Greenwood. ¿Radiohead? No, The Smile
Thom Yorke y Jonny Greenwood. ¿Radiohead? No, The Smile

Entre las opciones fuertes que tuvo la programación del viernes y que, una vez más, obligaba a elegir para donde rumbear y perderse de todo lo demás, se destacaron la fina estampa distorsiva de distorsión de Jesus & Mary Chain y el desparpajo de Courtney Barnett.

Muñidos de su característico y oscuro enjambre guitarrero, los escoceses capitaneados por Jim Reid reconstruyeron su propia leyenda al revivir pequeños clásicos como “Reverence” y “Just Like Honey”. En tanto, la rocker australiana aprovechó su hora soleada para presentar algunas de su último disco Things Take Time, Take Time, como “Rae Street” (con la que abrió), “Oh The Night” y “Before You Gotta Go”.

El público del Primavera Sound llenó desde temprano cada rincón del Parc del Forum
El público del Primavera Sound llenó desde temprano cada rincón del Parc del Forum

Mientras muchos ya encaraban la retirada, una pequeña multitud se quedó a terminar la noche en los escenarios principales con la propuesta disonante de Run The Jewels. Con la dosis justa de arenga y rap, edificaron versiones despojadas y potentes de tracks como “Oh My Darling Don’t Cry”, “Blockbuster Night Part 1″ y “holy calamafuck”.

Khea fue el componente argentino del viernes en Primavera Sound (Fotos: Gentileza Primavera Sound)
Khea fue el componente argentino del viernes en Primavera Sound (Fotos: Gentileza Primavera Sound)

Más temprano, el color argentino lo puso Khea. El hitboy había llegado a la ciudad la mañana anterior y repartió su tiempo entre algo de turismo, continuar su rutina deportiva y tomar algo de sol. Finalmente, el viernes por la tarde presentó su pícaro blend romanticón de trap y reggaetón, para motivar al movimiento frente a su escenario con temas como “Donde estás”, “Vete” y “Wacha”.

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