Alberto Cormillot y Estefanía Pasquini consolidaron su relación con el nacimiento de su hijo Emilio el 17 de septiembre de 2021. La llegada del pequeño trajo mucho amor de la familia, en especial para sus dos hermanos mayores: Adrián y Renée, fruto de la relación anterior de Cormillot con Monika Arborgast, que falleció en 2017.
El médico, de 83 años, y la nutricionista, de 36 años, se conocieron en 2012, cuando ella comenzó a trabajar en la clínica de él. La relación en principio era de jefe y empleada, pero en 2018 comenzó a nacer el amor, que se hizo público luego de que la Licenciada en Nutrición publicara en sus redes varias fotos juntos. Finalmente, la pareja se casó el 8 de diciembre de 2019, en una ceremonia íntima y bajo un total hermetismo, en Villa Devoto.
En una entrevista reciente, Adrián Cormillot explicó cómo es la relación con la madre de su hermano menor en el ciclo Detrás de escena (AM 540): “Con Estefi nos llevamos muy bien y antes de que ella sea pareja de mi papá, fuimos compañeros en la clínica por más de 10 años”. Además, aclaró en el programa conducido por Daniel Gómez Rinaldi, Mariana Brey, Nico Peralta y Romina Carballo: “Cuando él se casó con una chica tan joven, que encima es hermosa y es una bomba, lo felicité”.
Luego, el médico clínico reveló qué apodo utiliza con Estefanía desde que se enteró de su embarazo: “A ella yo la apodo ‘mamucha’ desde que nació Emilio y la banco a muerte porque es la madre de mi hermanito menor”. Por último, explicó el motivo por el que no quiso ser el padrino: “Me ofrecieron ser su padrino pero lo rechacé porque ya soy el hermano y con eso tengo bastante responsabilidad, además de que tengo otros ahijados”.
Desde que nació Emilio, Pasquini disfruta de la maternidad, sin embargo, la búsqueda de su hijo no fue tan sencilla como muchos imaginaban. Así lo contó en un sentido posteo de Instagram que escribió en diciembre pasado: “Sin lugar a duda estas fiestas fueron totalmente distintas a las del año pasado...”, comenzó reflexiva junto a varias postales de la Nochebuena. Y continuó: “El 24 a la noche del año anterior me agarró llorando desconsoladamente, por lo que no había podido ser... Por un año donde ya estaba perdiendo todas las ilusiones de ser mamá, harta de los fracasos, harta de inyectarme cada día y cada año sin lograr nada, con toda mi familia diciéndome, ya vamos a poder (porque ya era un objetivo de todos) claramente necesitaba escuchar eso... No importaba si era verdad o mentira, pero necesitaba que alguien lo dijera...”.
Por último, Estefanía cerró con un mensaje esperanzador: “Un año después acá estamos... Con Emilio en brazos, ningún pronóstico pudo con nosotros, por eso siempre digo, no compres lo que te dicen o lo que te dice tu cabeza con ese ´no vas a poder´. Deséalo tanto y búscalo, que a la vida no le quede otra que dártelo”.
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