“Eran solo dos días en Nueva York y terminaron siendo los más lindos de mi vida. ¡Sí, quiero! ¡Para siempre quiero!”.
Cuando Julieta Puente y su novio, Facundo Miguelena, planearon sus vacaciones para ella eran los días más esperados porque venían de meses de mucho trabajo y realmente necesitaban descansar. Para él, en tanto, tenían otro condimento. Desde hace dos meses que tenía todo organizado: irían dos días a Nueva York, antes de recorrer los parques de Disney para luego ir disfrutar de las paradisíacas playas de Jamaica, y allí, durante un paseo en helicóptero, le haría una romántica propuesta de casamiento.
Su familia y amigos también lo sabían. Estaban todos al tanto, menos Julieta, claro. Aunque la periodista algo llegó a imaginar. “Me parece que en este viaje viene sorpresa”, le dijo al nadador que competía representando a la selección Argentina, pero él la desestimó de inmediato. Antes -y habiéndolo consensuado- él quería cumplir una meta personal. “Por eso lo descarté por completo”, cuenta Puente a Teleshow, desde Orlando, en donde continúa disfrutando de sus vacaciones con su ahora futuro esposo.
Ya en Manhattan, Facundo le pidió a Julieta -reconocida por llevar adelante el proyecto de entrenamiento Cardio de la Felicidad, del cual él también es productor- que se comprara “algo lindo” para ir a la excursión que habían acordado: sobrevolar Nueva York en helicóptero. Miguelena también es piloto, pero esta vez ocuparía el lugar de un turista más y se sentó al lado de su novia. La semana anterior había calculado todo: viajó por trabajo -es piloto de una aerolínea comercial-, compró una cámara para grabar la propuesta y se acercó hasta allí para probarla y ver en dónde colocarla para retratar las imágenes que se volvieron virales. Además, dejó todo acordado con la empresa organizadora de aquella excursión.
La idea original era realizarla por la noche, sin embargo ese día llovió y les sugirieron que lo hicieran por la tarde. Facundo estaba nervioso, Julieta no entendía por qué, pensó que por su rol de piloto. Sin embargo, él quería que todo saliera tal cual lo había planeado meses atrás. Desde la Argentina, todos los amigos y familiares estaban atentos a las novedades. “Yo no entendía por qué me decían que disfrutara tanto de esa excursión”, recuerda la ex participante de La Academia.
Ya en el aire, y justo cuando sobrevolaban el Central Park, el piloto del helicóptero les dijo a Julieta y Facundo que podían sacar sus pies. Ella lo hizo primero, tomó algunas imágenes con su celular y se dio vuelta para pedirle a su novio que le tomara otras. Sin embargo, él tenía otros planes: la esperaba con el anillo en sus manos. “Me quedé en shock”, revive la periodista aquel momento. “No lo esperaba para nada”, admite quien lloró de emoción, de felicidad de sorpresa. Y dijo que sí. Que quería ser su esposa y pasar el resto de su vida a su lado.
“Prometo dar hasta lo que no tengo por verte sonreír toda mi vida”, resaltó Facundo. Y recién ahí, luego del sí, logró relajarse y disfrutar de la excursión. “¿Por qué tanta emoción? Porque vivimos 50 años en tres años y medio. Cruzamos de todo, pero lo más importante fue nunca haber frenado”, consideró el nadador.
Julieta y Facundo están de novios hace tres años y medio. Y sin quererlo, Fede Bal terminó siendo su celestino. Por ese entonces, ella trabajaba en las redes sociales de eltrecetv y viajó a Mar del Plata a entrevistar al actor, que compartió aquella entrevista en sus redes sociales. El nadador, amigo del hijo de Carmen Barbieri y oriundo de la ciudad costera, le preguntó por la periodista en cuestión y entró a mirar sus fotos de Instagram, pero no la siguió.
Ese día, la instructora se fijó quiénes habían visto sus Historias y descubrió a un tal Facundo Miguelena. “¡Epa! ¿Quién es este papi?”, pensó y dio el puntapié inicial: comenzó a seguirlo, le escribió un mensaje privado y le pidió su celular. Fue por todo. Hablaron durante 15 días sin parar, hasta que él fue a visitarla a Buenos Aires. Se pusieron de novios en la tercera cita. “Ni nos conocíamos casi, pero nos vimos y supimos que éramos el uno para el otro”, asegura Julieta.
El primer año de relación lo mantuvieron a distancia. Y el 2020, por la cuarentena estricta, el nadador se retiró y comenzó a dedicarse de lleno a su profesión de piloto comercial. Se mudó a Capital Federal con Julieta y desde entonces no se separaron nunca más, excepto cuando viaja por compromisos laborales.
Ahora bien, habiendo pasado seis días de aquella propuesta de matrimonio, entre parque y parque de Disney, Julieta y Facundo comenzaron a fantasear con su casamiento que, advierten, no será tradicional: “Nos aburre. Nos copa algo más atípico, más bien un festival”.
Si bien no tienen fecha confirmada, su idea es celebrarlo entre febrero y abril 2023. “Vamos a invitar a nuestros íntimos, que igual son bastantes, pero queremos que esté la gente que tiene que estar. Y nadie más. Que sea divertido, ya tenemos ideas locas muy graciosas”, concluye la periodista que tiene poco más de medio año para organizar la boda de sus sueños, aquella con la que sellará su romántica historia con Facundo, el amor de su vida.
SEGUIR LEYENDO: