Florencia Peña contó qué se tatuó a su exmarido poco antes de separarse: “Manotazo de ahogado”

La conductora reveló algunos secretos detrás de sus tatuajes y explicó como tuvo que modificar el que se hizo dedicado a Mariano Otero

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Florencia Peña contó qué se tatuó a su ex poco antes de la separacion

Durante su visita a Intrusos, Florencia Peña se abrió a las preguntas del público a partir de la web, en el segmento que se propone indagar qué es lo que la gente busca en los famosos en los servidores de Internet. Y uno de los resultados derivó a la cuestión de los tatuajes, una cultura que la conductora abrazó de grande con tanta pasión que al día de hoy perdió la cuenta de la cantidad de veces que la tinta pasó por su cuerpo.

En este sentido, la conductora de La p... ama sorprendió al revelar que incursionó en el universo de los tatuajes de grande, y que el primero que se realizó fue en relación a Mariano Otero, el padre de sus dos hijos mayores. Pero lo más curioso es que tomó la decisión cuando la pareja estaba en crisis y la separación era prácticamente inevitable.

Con su habitual honestidad y sentido del humor, Flor contó por qué había tomado la decisión. “El primer tatuaje que me hice fue porque me estaba separando de Mariano y dije ‘manotazo de ahogado. Me tatúo un Mariano’. Él me tenía tatuada en el corazón y yo nunca le había retribuido el tatuaje, así que dije ‘es ahora’, señaló la actriz de Casados con hijos. A continuación, detalló que se hizo la inscripción en la espalda, y en un tamaño importante. Sin embargo, la reacción de músico no fue la que ella esperaba. “Cuando llegué a casa se lo mostré y me miró como diciendo ‘no había necesidad’. La cuestión es que nos separamos y quedé con un Mariano”, contó entre risas.

 Florencia Peña y Mariano
Florencia Peña y Mariano Otero 162

Siempre en el mismo tono, no se mostró arrepentida de su decisión aunque una vez que se hizo efectiva la separación, decidió reformular el tatuaje: “Me saqué el ‘no’. Como soy María Florencia, me saqué el ‘no’, me hice un firulete y tengo un ‘María’”, señaló con picardía. Y para que no tengan que pasar por el mismo que ella, se permitió aconsejar al panel y a los televidentes en el caso que quieran tatuarse el nombre de una pareja. “Hay que hacérselo en japonés por cualquier cosa”, bromeó Florencia.

En una charla a solas con Teleshow, la conductora se había referido a su separación de Otero como el segundo “anuncio devastador” de su vida, cuando una tarde de octubre de 2011, el músico dijo “hasta acá”. Allí describió a la pareja como “dos artistas con un vínculo intenso, para bien y para mal”, y señaló que él no toleró su modo tan suelto de afrontar la popularidad. Lo que le impidió compartir su carrera como lo hizo con sus hijos, criados de estudio en estudio. Entonces se fue. “Se fue y nunca más volvió”, recordó Florencia, que creyó que ese sería su fin.

Una década después, Florencia describe a Otero como un gran maestro. Porque, como señala: “Él tuvo la sabiduría de darse cuenta antes, el valor de correrse de un sitio en el que, aunque pareciera cómodo, ya no era feliz, y la admirable convicción para negarse a mis desesperados intentos de reconquista. Hoy deduzco que cada uno de sus ´no´, me abrían la cabeza”. Durante ese tránsito de “doloroso desarraigo”, dice haber entendido de qué va el amor: “Que matrimonio no es correr del trabajo a casa, ni fusión, ni empaste, ni fagocitación ni monogamia, y que es posible compartir la vida desde las individualidades muy firmes”. Entonces revela: “Gracias a ese dolor, vislumbré cuál sería el tipo de pareja que quería para el resto de mi vida. Y así solté mi verdadera naturaleza”

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