La expectativa por el estreno de Cobra K era mucha. Y es que, después de un par de años cerrado, el Teatro Premier iba a reabrir sus puertas para volver a montar una revista a pleno glamour. Y las figuras convocantes, cuyos rostros podían verse en la marquesina de la Calle Corrientes, no podían ser más llamativas: Nito Artaza como capocómico, Vicky Xipolitakis como primera vedette, Ingrid Grudke como figura invitada, Gladys Florimonte como humorista, Guillermo Fernández como atracción musical, Marcelo Toscano como actor y Adriana Chaumont, que forma parte de la producción y dirección artística, como vedette principal.
Sin embargo, días antes del debut previsto para el 12 de mayo, empezaron los problemas. Y es que, disconforme con las instalaciones de los camarines y el hilo conductor de la obra, Grudke decidió presentar su renuncia. La modelo contó que los ensayos habían sido escasos y que el detonante para que se decidiera a abandonar el espectáculo había sido una fuerte discusión entre Chaumont y Artaza, a quien en un primer momento le habían prometido el rol de director general. La versión oficial, sin embargo, fue que Ingrid se había sentido molesta al enterarse de que la encargada de cerrar el espectáculo, por contrato, sería solo la griega.
Lo cierto es que, con una semana de retraso, la obra levantó el telón el 19 de mayo con una función a la que los mismos protagonistas definieron como “un ensayo con público”. Y aunque desde el primer momento la boletería funcionó muy bien, los problemas continuaron. Para empezar, la producción había tentado a Charlotte Caniggia para ocupar el lugar que había dejado vacante Grudke. Pero luego su mánager, Fabián Speroni, aseguró que no habían cumplido con lo que le habían propuesto de palabra y que querían que la mediática participara solo de las funciones de los fines de semana y por la mitad del dinero acordado.
Luego, según lo que reveló Melody Toscano, otra de las atracciones de la obra, siguieron los enfrentamientos entre Chaumont y Nito, quienes no dudaron en discutir una y otra vez frente al cuerpo de baile comandado por Ariel Pastocchi, por diferencias en relación a al armado del espectáculo. Pero, el fin de semana pasado, las cosas habrían pasado a mayores luego de que Vicky obligara a rearmar todos los cuadros por otro compromiso laboral que tenía arreglado de antemano.
Xipolitakis tenía un acuerdo comercial para asistir al recital que la colombiana Karol G ofreció el sábado en el Movistar Arena, para lo cual ya había pedido la autorización correspondiente. Pero alguien omitió avisarle a Artaza que, para que la griega pudiera retirarse antes de la función, tenían que modificar casi toda la rutina de la obra. Así las cosas, minutos antes de que dieran sala Nito se enojó y se fue, supuestamente, al kiosco del hall de entrada donde permaneció durante unos quince minutos. Y, según dicen, hasta habría amenazado con no salir a escena.
En ese lapso, se habría dado una fuerte discusión entre Chaumont y Marcelo Toscano, ya que mientras la primera quería retener al capocómico a toda costa, el segundo habría dicho que la obra se podía hacer igual sin él. Cuentan, incluso, que el hombre se habría encerrado en su camarín para no escuchar los gritos y que Adriana habría intentado abrir la puerta del mismo a las patadas.
Lo cierto es que, profesional como es, Nito hizo la función como corresponde frente a una platea repleta. Y se las ingenió para sacar adelante un cuadro en el que imita al Papa y debe interactuar con Vicky, aún sin contar con su partenaire, quien tampoco apareció en el saludo final. El público, hay que decirlo, no percibió estos inconvenientes. Sin embargo, nadie sabe cómo seguirá todo entre las bambalinas de esta obra que, a pesar de ser un éxito, no deja de generar conflictos.
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