Luisana Lopilato, Felipe Colombo, Benjamín Rojas y Camila Bordonaba son cuatro nombres que muy pocos adolescentes de principios de los 2000 olvidarán. Es que ellos fueron los protagonistas de Rebelde Way, la ficción juvenil éxito de Cris Morena que comenzó a emitirse un 27 de mayo de 2002. Tiras adolescentes existieron muchas, pero en ese momento esta ficción fue disruptiva por sus líneas argumentales: se trataban temas como el bullying y la anorexia, aunque claro, el enfoque de hoy seguramente sería distinto. Pero lo cierto es que hace poco más de un año la serie llegó a Netflix y su éxito fue arrollador: nuevas generaciones se encontraron con el programa, algo que sigue sorprendiendo a su creadora.
En aquel entonces, Argentina estaba sumida en una crisis sin precedentes, hacía solo meses que el presidente Fernando De la Rúa había renunciado a su cargo, en medio de un clima hostil y serios incidentes. Pero en este difícil contexto, y luego del suceso de Chiquititas, Cris decidió crear su propia productora, desde donde después surgieron éxitos como Floricienta, Alma Pirata, Casi Ángeles y Aliados.
El éxito de Rebelde Way fue inmediato, pero lo cierto es que en ese entonces, su actores eran muy chicos y el éxito los sorprendió. No había antecedentes de bandas que surgieran de ficciones y luego tuvieran vida propia, independientemente de la ficción. Y eso pasó con Erreway, y sus protagonistas, que no podían salir a la calle sin que los fans se les agolpen para pedirles un autógrafo. Claro, en esa época no existían las selfies.
El furor de los fans
“Fue como un boom exagerado, a nivel profesión y personal. Yo estaba en segundo o tercer año del secundario, y en el colegio todo el mundo lo miraba. Todo fue un montón. No sé si en algún momento me la creí seguramente sí y mis viejos me bajaron de un hondazo porque nunca me permitieron dejar de ser quien era, porque soy una mina de barrio, pero bueno, en el momento se te vuelan un poco los pajaritos”, comenta a Teleshow la actriz Mica Vázquez (Pilar en esa ficción), una de las integrantes del elenco que en ese momento tenía 15 años y era, junto con Lopilato, la más chica.
Victoria Maurette, que interpretaba a Vico, una de las mejores amigas de Luisana, también coincide en la explosión mediática que vivieron. “Como era chica, no tenía la capacidad de ponerme a pensar lo que estaba sucediendo porque tampoco había redes sociales en ese momento. Nunca pensé que seria un programa que trascendiera tanto. Al hacer giras te dabas cuenta de lo que realmente estaba sucediendo con la gente. Pero me costó muchísimo la fama, fue muy duro para mí”.
El exceso de fanatismo lo vivían a diario y Mica lo grafica con anécdotas: “Siempre pienso cuando nos fuimos a Israel, era una locura hacer dos o tres show por día. Nos tenían que cerrar los lugares para comer porque no podíamos caminar por la calle, íbamos con seguridad. Era raro ese éxito en un país tan lejano”. “Las giras sin dudas fueron muy increíbles, la de Israel principalmente. Nos tuvimos que cambiar de hotel porque los fans se alojaron ahí. Ibas al ascensor y te encontrabas con chicos gritando. O estabas en la combi yendo al estadio y veías a los chicos trepándose a los autos, de repente te sentís un Rolling Stone”, aporta Victoria.
Coco Maggio, que encarnaba a Tomas Ezcurra, el mejor amigo de Rojas en la ficción, también cuenta una increíble anécdota que hace dimensionar el furor que generaban: “Me acuerdo una vez, en plenas grabaciones, teníamos un bache libre y fuimos con Pablo (Heredia) al Parque de la Costa. Era un martes a las 2 de la tarde, y no pudimos entrar. Se abalanzaron como 200 pibes, no sé de dónde habían salido, pero bueno tampoco fue muy inteligente la movida. Nos fuimos corriendo, los de seguridad nos ayudaron. Se daban ese tipo de situaciones”. Y retrata otro desopilante momento que vivió en aquella época: “Estábamos caminando con un amigo por la calle y pasamos por la vereda de enfrente de un colegio, caminando. Mi amigo dice ´empiezan a gritar en 3,2,1´. Y pasó eso, terminaron de contar y empezaron a gritar. Pasé por enfrente, mirando el piso, no podía creer que me reconozcan de tan lejos”.
Jazmín Beccar Varela fue una de las pocas que eligió seguir un camino por fuera de la actuación. En la ficción interpretaba a Luján, y ella coincide con el fervor que sentían de los fans. “A mí me tocó justo el momento del viaje de egresados. Y recuerdo estar en la situación de no poder ir al boliche. Me tenía que ir a las dos y media de la mañana porque me rodeaban y se me acercaban tanto que me tenían que sacar. Pero no porque me hacía la estrella, sino porque nunca podía terminar de entrar en la movida y disfrutar”, rememora.
La intimidad de las grabaciones
Pero claro, las largas jornadas de grabación, los shows y las giras exigían muchas horas de convivencia. “No tengo recuerdos malos, quizás porque yo soy una persona que no es conflictiva, no me gusta pelear. Por ahí hubo alguna situación, pero para mí todo fue positivo”, destaca Mica. En ese sentido, le quedaron muchas amistades de su paso por Rebelde Way: “Hoy soy muy amiga de Coco (Maggio), de Benja (Rojas), de Muni, pero siempre hablo por separado. Alguna que otra vez hicimos una juntada”, explica Vázquez.
Maurette también cuenta algunas intimidades del detrás de escena. “Como en el colegio, siempre tenés un grupo con el que te llevás mejor. Pero laboralmente las diferencias entre cada uno no importaban. A la hora de actuar o estar arriba de un escenario, nos disfrutábamos bastante. Yo me llevaba muy bien con Felipe, Benja, Angie Balbiani. Con Luisana también me llevaba bien, pero obviamente teníamos diferentes edades, entonces por ahí con Angie que era más de mi edad compartíamos más, charlábamos otras cosas. Pero en líneas generales me llevaba bien con todos”.
“Era un colegio, como una clase de secundaria. Era muy divertido. Yo grababa mucho con Diego Mesaglio y con Benja Rojas, y la química fue real, nos hicimos muy amigos. Salíamos de las grabaciones y nos íbamos a Luján a la casa de Diego a pasar el fin de semana, o a La Plata, donde vivía Benjamín. Se armó ese grupo de salidas”, aporta Coco. Y suma: “Mica (Vázquez) fue mi pareja a los dos años y hoy se ha vuelto una de mis amigas más confidentes, al punto de que hace dos semanas estuvo acá en Perú de visita con su pareja y su hijo”. Y destaca la labor de los protagonistas: “Felipe, Benjamín, Luisana y Camila aportaron mucho porque eran cuatro pibes súper sencillos, que nunca se la creyeron y venían trabajando con Cris hace tiempo, y esa experiencia era importante, porque a mí me enseñaron un montón”.
En ese sentido, Jazmín también recuerda el detrás de escena. “Tenía mucha afinidad con Cami, Mica, Diego Mesaglio, Benja... pero la verdad es que nos llevábamos todos espectacular, no hubo nunca un problema de ego ni de bandos. Éramos un grupo de amigos”. Y rememora las tentadas que tenían en muchas de las tomas: “Las escenas de aula eran imposibles de grabar porque siempre nos reíamos. Coco y Diego siempre nos hacían reír. Hilda (Bernard, que hacía de una de las profesoras) nos padecía. Nos tirábamos papeles, o siempre uno se distraía, pero una vez que nos ponían los puntos, lo hacíamos perfecto”.
Mismo origen, “cuatro caminos”
Camila Bordonaba (Marizza Pía Spirito): Después del furor de Rebelde Way, trabajó en algunas ficciones más -por caso, volvió a compartir un protagónico con Luisana en Atracción x4-, pero luego decidió alejarse del ruido de Buenos Aires y hoy está viviendo en el sur, donde trabaja en un espacio cultural, la cooperativa Hacedora de Arte. “Es súper personal, después de un tiempo decidió alejarse y la representa 100 por ciento esa decisión. Ella es muy determinada”, comenta Beccar Varela, con quien hoy Bordonaba sigue teniendo una fuerte amistad.
Luisana Lopilato (Mía Colucci): En su caso, la historia es más que conocida. Siguió brillando en múltiples ficciones argentinas, quizás lo más destacado fue Casados con hijos, la sitcom que hizo junto a Guillermo Francella, Florencia Peña y su hermano Darío y que el próximo verano la llevará a calle Corrientes. Se casó con el cantante canadiense Michael Bublé y hoy también brilla en Netflix gracias a su protagónico en Pipa, la tercera parte de la saga que incluye Perdida y La corazonada.
Felipe Colombo (Manuel Aguirre): Siguió su camino tanto en la actuación como en la música. Por caso, trabajó en varias tiras de Pol-ka y también fue una de las figuras de Sex, la obra éxito de José María Muscari. En televisión, su último trabajo fue en La 1-5/18, la ficción de la productora de Adrián Suar que llegó a su fin en marzo.
Benjamín Rojas (Pablo Bustamante): Continuó trabajando en algunas tiras de Cris Morena, como Floricienta y Alma Pirata, y luego también fue figura en otras productoras. Pero se abocó en mayor medida al teatro, donde ya es una fija en las producciones de Nico Vázquez, que también es su gran amigo. En ese sentido, hoy está de gira con Una semana nada más, que rompió récords de localidades agotadas.
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