Ricardo Montaner presentó su disco de tango: “Gerardo Rozín fue el primero en decirme que tenía que hacerlo”

En el mítico Café de los Angelitos, el cantautor argentino-venezolano presentó su disco Tango rodeado del afecto de sus familiares, colegas y amigos

Ricardo Montaner en el Café de los angelitos (Fotos: Nicolás Stulberg)

El lugar no podía haber estado mejor elegido. Para la presentación de Tango, su nuevo disco, Ricardo Montaner optó ni más ni menos que por el mítico Café de los Angelitos. Sobre la alfombra roja desplegada sobre la esquina de Avenida Rivadavia y Rincón, pasaron sus hijos, Mau y Ricky, su nuera, Stefi Roitman, Guillermo Francella, Claudia Villafañe, Palito Ortega, Alejandro Lerner y Guillermo Francella, entre otros invitados. Y el cantante argentino venezolano dejó en claro que, finalmente, la música tradicional del Río de la Plata lo había alcanzado. Como sucede siempre.

Al son de La última copa, Montaner hizo su aparición sobre el escenario. Al finalizar el tema, se dirigió a su público diciendo: “Gracias por acompañarme a cumplirle la promesa que le hice a mi abuelo Laurentino, cuando estábamos allá en Valentín Alsina en la calle Florida, en un asado. Un día mi papá logró que le prometiera que alguna vez iba a grabar un disco de tango. El tango se hace esperar, pero el tango espera. Y hoy me recibe en compañía de muchos amigos. Me siento emocionalmente golpeado para bien, es un día cargado de emociones”.

Mau, Ricky y Stefi Roitman fueron a apoyar a Ricardo Montaner

Y continuó: “Pero, de alguna manera, con estas pocas canciones me reconcilio con ese Ricardo chiquito que fue de prepo desarraigado a los siete u ocho años, y dejó a sus amiguitos con los que jugaba pelota en la cortada y que creyó que iban a ser sus amiguitos para siempre. A ese Ricardo que se fue enojado con piedras en los bolsillos de un trajecito celeste que le compró su mamá, porque creía que podía bajar las ventanillas del avión para tirarlas para abajo. Con ese Ricardo chiquito, me estoy reencontrando esta noche”.

Enseguida, Montaner comenzó a entonar Nostalgias. Entonces se ocupó de agradecerle a la orquesta del maestro Andrés Linetzky y a todos los que lo ayudaron a hacer realidad su nuevo disco. Para empezar mencionó a Diego Nuñez. Y luego se detuvo a destacar al recordado Gerardo Rozín. “Él fue el primero en decirme que ya era el momento de hacer el álbum de tango y yo no le hacía caso. Hacía 18 años que me lo venía diciendo, desde que nos hicimos amigos en Canal 9, dónde él tenía un programa que se llamaba La pregunta animal”, señaló Ricardo.

Ricardo Montaner junto a su esposa, Marlene Rodríguez

Y luego reveló que, el año pasado que había estado radicado en la Argentina para hacer La Voz Argentina por Telefe, Rozín había aprovechado para “confabular” con Diego, hasta que él aceptó que había llegado el momento de grabar este disco. “Gracias a ellos hicimos este repertorio. Y debo reconocer que mi corazón late diferente pensando que nuestro querido Gerardo no está físicamente con nosotros. Pero me reconforta saber que hubo una pregunta que yo le hice en una entrevista, la última que hizo él y me la hizo a mí. Tuve ese honor. Yo le pregunté algo parecido a si creía en Dios. Y me dijo: ‘Cando estoy cerca de ti’”.

De inmediato, Ricardo entonó una canción que le había sugerido Gerardo: Nada. Luego, igualmente emocionado, Montaner contó una anécdota de su mamá con Mariano Mores, compositor del que ella era fanática y del que se había llevado un disco cuando tuvo que ir a vivir a Venezuela, junto al de Sandro y el de Palito Ortega. “Eso me acompañó durante mi niñez y mi adolescencia, fueron mis primeras influencias musicales”, dijo el cantante. Y luego comenzó a entonar Cuartito azul.

Ricardo Montaner en pleno show en El Café de los Angelitos (Nicolás Stulberg)

Después de esto, Ricardo anunció “la última” canción de la noche, justificándose en el hecho de que los mozos no iban a servir la cena hasta que terminara el show. Pero lo cierto es que, después de agradecer la presencia de su familia y todas las figuras que habían ido a apoyarlo, comenzó a interpretar El día que me quieras mientras una pareja de baile hacía una coreografía detrás suyo. Y para terminar, a pedido del público, hizo un tema más que dejó a todos extasiados: el legendario tango Uno.

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