En 2001, la primera edición local de Gran Hermano revolucionó la televisión argentina. El reality show de origen holandés prometía mostrar la vida en directo las 24 horas del día y sus participantes se volvieron celebridades de la noche a la mañana. Pero pocos casos como el de Tamara Paganini, finalista del programa, que sufrió en carne viva los embates de la fama. Al salir de la casa, tuvo un shock impensado de popularidad y un sinuoso recorrido mediático, con sus correspondientes luces y sombras, hasta que se retiró por completo de los flashes para encarar una nueva vida.
Recién en el último tiempo, y cuando ya pasaron 20 años de aquella explosión, Tamara se mostró algo reconciliada con su pasado. “Estoy empezando a sanar”, contó en una entrevista con Ángel de Brito en LAM, donde contó algunos de los momentos límite que tuvo que vivir una vez que dejó la casa. “La gente te ama o te odia, pero en ese momento el hater te escupía literalmente en la calle. Me pasaba de ir caminando con mi novio y dos pibas de 20 años se me pararan enfrente y que me dijeran ‘puta de mierda’”, señaló semanas atrás.
Este martes, Tamara volvió a dar una nota, esta vez en un móvil de Todas las tardes, el programa de El Nueve que conduce Maju Lozano. Desde el restaurant que tiene su pareja junto a unos socios, y mientras degustaba uno de sus platos, la ex Gran Hermano presentó a Sebastián, que miraba la nota desde una de las mesas. “¿Es tímido?”, le preguntó Maju, provocando la reacción irónica de la entrevistada: “No tiene vergüenza, aunque no le gustan las cámaras”, respondió, antes de revelar algunas cuestiones íntimas de su relación.
“¿Hay pareja abierta?”, preguntó la periodista Tatiana Schapiro. “Sí, hay una pareja súper abierta. Pero la verdad lo que mejor nos funcionó es no convivir. Y no estar todo el día llamándonos y preguntando ‘¿qué estás haciendo?¿Con quién estás? ¿a donde fuiste? ¿A qué hora llegaste?’ Eso nunca sucedió en la pareja”, reconoció la entrevistada. Y consultada por Paloma Bokser sobre cómo llegó a esta instancia, contó que fue un arreglo común. “Ya desde el principio lo planeamos, lo pactamos, cuando empecé a decir ‘estoy medio enamoradita de este’ , mejor no convivir”, explicó, y se refirió as sus relaciones anteriores. “Yo conviví toda la vida, todos mis novios me traían el cepillo de dientes y ahí se quedaban. No los iba a echar”, admitió.
A continuación Nequi Galotti le preguntó cómo resultaba el arreglo sobre las vacaciones, donde la convivencia es inevitable. “Re bien, porque sabés que es provisorio, que es un mes y hay cosas que dejás pasar. Aparte tenemos gustos muy diferentes”, aseguró y volvió a mencionar los comienzos del arreglo: “Es muy importante tener una conversación y que la tomen con paz”, aconsejó la actual conductora radial.
Tamara contó que el acuerdo no se rompió ni siquiera cuando esperaron sus hijos, y consideraron la posibilidad de la convivencia. “Preferimos no vivir juntos, vivir cerca por una cuestión de que los bebés iban a ser muy chiquitos, si teníamos que juntarnos por los niños, pero después cuando los niños crecieron, cada uno a su casa”, señaló, y ensayó una explicación para secreto de su éxito. “Ayuda que no soy muy celosa, él tampoco, y cuando te pasan cosas tan terribles en la vida, priorizás otras cosas y las estupideces como a qué hora llegó o con quién estuvo, ya no te importan tanto”.
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