Entre las series más vistas de Netflix de esta semana figura El abogado del Lincoln, un drama legal muy entretenido. Su protagonista es Mickey Haller y lo encarna Manuel García Rulfo, un actor mexicano que accede a su primer protagónico. Su rostro hasta ahora no era muy conocido por el gran público, pero en la serie y en el rol de su primera esposa sí aparece una cara familiar: Neve Campbell.
En los 90, la morocha era una de las estrellas más rutilantes del planeta Hollywood, heroína indiscutida de la saga Scream y protagonista junto a Denise Richards de una de las escenas más eróticas del cine de aquellos años (en Criaturas salvajes). Sobrepasada por el éxito, a comienzos de este siglo Neve decidió alejarse de la pantalla grande para dedicarse al teatro, pero volvió y el éxito otra vez la acompaña. No sorprende: si tu carrera comenzó peleando contra un oso no hay manera de no sentir que de ahí en más nada podrá vencerte.
Campbell es otra de las artistas que triunfa en la meca del cine pero nació en Canadá, aunque en su caso también podría haber nacido en Europa. Marnie, su mamá, era oriunda Ámsterdam, y su papá, Gerry, de Escocia. El matrimonio cruzó el Atlántico cuando a él le surgió la oportunidad de dar clases de teatro. Cuando Neve cumplió dos años, el matrimonio se separó.
Desde chica el mundo de los escenarios le resultó propio. Sus abuelos maternos dirigían una empresa de teatro en los Países Bajos y los paternos eran actores. Pero la nieta decidió que lo suyo no era ser actriz sino bailarina. Lo supo a los seis años cuando su mamá la llevó a ver Cascanueces, de Tchaikovski. A los nueve años empezó a estudiar en el National Ballet School of Canada, una de las mejores escuelas de danza del mundo. La formación era exigente y los maestros a veces podían ser verdaderos tiranos.
Hasta los 14 años Neve practicó ballet todo el día, todos los días. Su corazón estaba más contento cada vez que bailaba, pero la exigencia era enorme. Su cuerpo comenzó a decir basta. Tuvo lesiones en la cadera y los pies, calambres en las piernas, bursitis. Empezó a perder mechones de cabello. Le diagnosticaron alopecia areata, un trastorno tiene que ver con situaciones de estrés. Recuperó el cabello con acupuntura y bajó su estrés bajándose de la danza.
Un año después el Canon Theatre de Toronto convocaba bailarinas para El fantasma de la Ópera. Neve se presentó y quedó. Decidida a seguir en el mundo del espectáculo realizó distintos trabajos. Aceptó posar en traje de baño para una marca. Creyó que era para un catálogo, pero viajando por una autopista de Toronto se vio gigante y en bikini en un cartel publicitario.
Su primera prueba para actuar en televisión fue un fracaso. No porque le faltara talento sino porque la consideraron “demasiado pálida” para ser parte de Baywatch. Estaba decidida a hacerse un lugar, fue así que con 17 años la convocaron para una película en la que tenía una escena con un oso. Aunque parecía peligroso, confió en el proyecto y aceptó.
“Debía interpretar a un personaje con una gran conexión con los animales y había una escena en la que un oso me perseguía”, explicó en The Kelly Clarkson Show. Y siguió: “Trajeron un oso al set y me dieron una gran botella de gaseosa para darle de comer. Después de alimentarlo, me pidieron que moje mi mano en miel y salga corriendo. ‘Cuando llegues al árbol de allí, sacá la mano y alimentá al oso’, me señalaron”.
Neve hizo lo que le indicaron, pero el animal la agarró de una pierna y comenzó a arrastrarla. En el set gritaban de pánico pero nadie atinaba a rescatarla. Hasta que el cuidador del oso logró que el animal la soltara. La joven no sufrió ninguna lesión pero aprendió que se debía cuidar sola, “porque nos piden que hagamos cosas estúpidas”. Eso sí, mujer de códigos jamás reveló en qué filmación pasó lo que pasó.
La entrada al éxito se la dio la serie Party of five pero la coronación le llegó con Scream. La película no solo rompió récords de recaudaciones, también modificó el género del terror porque analiza los clichés para romperlos. Además el filme reconfiguró la imagen de los personajes femeninos. Con Neve en el rol de Sidney Prescot, las mujeres dejaron de ser víctimas que huyen para plantarse frente a sus perseguidores. Esta nueva heroína impactó tanto en los espectadores que “la gente se acerca y me dice: ‘Sidney Prescott me cambió la vida. Me hizo sentir más segura de mí misma. Me hizo ser menos víctima. Me hizo pasar a la acción’”.
Si bien había elogios también críticas. A los 22 años Campbell soportó escuchar que era “una de las muchachas más agradables que te puedes encontrar en esta vida, pero que no sería capaz de actuar bien ni para salir de una bolsa de papel con una linterna”.
Lo que resulta increíble es que la heroína de Scream 1, 2, 3 y 4, la actriz que cambió el género del terror y que durante años la mayoría de guiones que recibió fue para protagonizar películas de terror, no permitía que en su casa se vieran películas de ese género porque “me dan mucho miedo”.
Para esa época Campbell trabajaba entre 15 y 16 horas por día porque además de películas seguía actuando en Party of five. No pudo estar en Apuesta final con Edward Norton y Matt Damon porque filmaba Scream 2, ni participar de Armageddon porque grababa la serie. En sus contratos Neve ponía una cláusula que indicaba que no haría desnudos. Ni falta le hacía salir sin ropa para ser sensual. En 1998 protagonizó Criaturas salvajes con Denise Richards. En una escena -atentos spoiler- la rubia y la morocha se besan en una pileta ante la mirada de Matt Dillon. La letal química de las actrices convirtió a la erótica escena en un ícono del cine noventero.
En el auge de su carrera, Neve vivió situaciones insólitas. Cierta vez se encontraba en el baño de un restaurante y una mujer le pasó un papel y una birome por debajo de la puerta pidiéndole un autógrafo. Le contestó que sí, que se lo daría, pero que primero la dejara orinar tranquila. En 2017 la convocaron para filmar con Dwayne Johnson, Rescate en las alturas. El actor era fan de la saga Scream y al conocerla tuvo que hacer un serio esfuerzo en ocultar su fanatismo. La Roca disimuló su emoción preguntándole: “¿Cómo se llama esa película que hiciste? ¿Yell? ¡Oh, no, Scream!”.
La fama, si se la sabe usar, también tiene sus beneficios, y Neve los aprovechó con fines nobles. En 1989 a su hermano Damian le diagnosticaron síndrome de Tourette, y la actriz usó toda su popularidad para visibilizar el trastorno, participó en conferencias y recaudó fondos. También ayudó a concientizar sobre la epilepsia ya que su prima y su mejor amiga sufren esa enfermedad. Como si fuera poco, durante un tiempo trabajó como voluntaria en un orfanato de Sudáfrica.
Campbell siguió filmando, pero en 2003 decidió dar un volantazo. Para muchos era la “muerte de su carrera”, pero ella lo sintió como “la resurrección de su vida”. “La fama me llegó en la veintena y me golpeó tan fuerte y tan rápido que me sentí un poco abrumada. Fue maravilloso, obvio, y estoy muy agradecida por todo lo que viví, pero llegó un momento en el que todo lo que me ofrecían eran películas de terror y comedias románticas malas. Cosas que no quería hacer y que no me interesaban. Así que empecé a sentirme muy infeliz y aburrida y decidí dar un cambio de rumbo total: irme a vivir a Londres”, contó en Vanity Fair.
Abandonó Los Ángeles y el planeta Hollywood para dedicarse al teatro en Inglaterra. “Necesitaba un minuto. Fue un largo minuto. Fue un buen minuto”, consideró. Sin embargo, no se alejó del todo. Realizó participaciones en 12 series, entre ellas Mad Men y House of Cards. Formó parte de algunas películas como La compañía, donde encarnó a una bailarina.
Su vida amorosa incluye dos divorcios y un romance poco conocido con el coprotagonista de Scream, Matthew Lillard. En el año 1998 se divorció de su primer marido, Jeff Colt, después de tres años juntos. En 2007 se casó en Malibú con el actor británico John Light. Pero parece que Neve no siente la comezón del séptimo año sino del tercero, porque como con su primer esposo, luego de tres años se separó.
Tiempo después se enamoró de otro actor, J. J. Feild. Caspian, su primer hijo, nació en agosto de 2012. En 2018 anunció la llegada de Raynor. “Felicidad infinita... Lo hemos querido guardar en secreto hasta ahora, pero tanto JJ como yo necesitábamos esperar a que se hiciera oficial. Adoptamos un bebé hace cinco meses, un niño maravilloso que se llama Raynor y del que todos estamos locamente enamorados”, contó en sus redes.
Dentro de poco se estrena Scream 5, donde Neve (con Sidney) vuelve a ser el centro de la historia. En una entrevista de ELLE USA reconoció que no fue fácil llegar al acuerdo económico. Explicó que cuando era joven le decían que no podía pedir dinero: “Me pregunto si hubiera sido un hombre trabajando en la quinta película de esta franquicia, si hubiera sido la misma conversación en mi negociación. Al final lo conseguimos, pero siento que habría sido diferente si yo fuera un hombre. Sinceramente lo siento”.
Segura de lo que es, Neve sabe tomarse la vida con humor. Así reconoce: “Tengo los pies más feos del mundo. Pero incluso si no bailara, seguirían siendo feos. ¡Mis dedos son demasiado grandes!”. Suele ir a las convenciones de fans de Scream donde cobra 50 dólares por foto, pero si es con Skeet Ulrich (el actor que en el filme interpretaba al novio de Sidney, Billy Loomis), costará 130.
Hace poco le preguntaron si no extraña la gran fama. Su respuesta fue cortita y contundente: “Me pregunto quién era esa persona a la que adulaban. Ya tuve ese tipo de atención, no la necesito otra vez”.
SEGUIR LEYENDO