En los 90, la actriz Jennie Garth cobró fama mundial por su papel en la serie adolescente Beverly Hills 90210. El suceso se extendió por aquella década, precisamente: el primer capítulo se emitió en 1990 y el final, en mayo de 2000. Se trató de una apuesta, ya que sus protagonistas era actores muy jóvenes que con éxitos previos, sino que más bien estaban dando sus primeros pasos. A casi todos les sirvió para mostrarse como grandes promesas, pero no muchos aprovecharon la oportunidad para seguir en la más alto, ganando terreno. Más bien, todo lo contrario.
Varios pagaron el precio de la popularidad inconmensurable. Y sobre todo su falta, cuando la serie terminó. Aquí podría ubicarse Jason Priestley (Brandon en la ficción), una de las grandes estrellas de Beverly Hills 90210. Otros enfrentaron delicadas situaciones personales. Shannen Doherty (Brenda) conmueve con su lucha contra el cáncer. Los integrantes del elenco -que regresaron en 2019- todavía lamentan la pérdida de Luke Perry (Dylan): murió en 2019 por un derrame cerebral.
Y está el caso de Jennie Garth (Kelly), quien también atravesó situaciones límites.
Jennie nació en el estado de Illinols siendo la menor de siete hermanos en una familia ensamblada: sus padres (Carolyn y John Garth) ya tenían hijos de relaciones anteriores. En alguna oportunidad la actriz contó que pasó una infancia sin sobresaltos y que disfrutó de tener hermanos más grandes, ya que era la consentida de la familia. A los 13 años se daría un cambio de vida que terminaría fomentando su carrera artística: los Garth años se mudaron a Phoenix, en el estado de Arizona, por razones laborales.
Allí, Jennie empezó a tomar clases de danzas y modelaje. A la par, comenzó a participar de distintos concursos televisivos. Eso le sirvió para que fuera vista por un cazatalentos que le propuso mudarse a Los Ángeles, augurándole mayores oportunidades en aquel destino. Sin pensarlo dos veces la joven lo hizo, acompañada de su mamá, quien nunca descuidaría sus pasos en aquel medio desconocido para cualquier integrante de la familia.
Sin ir más lejos, su madre impuso una condición: que no abandonara el estudio. Así fue como finalizó su secundaria en un colegio de la nueva ciudad. Luego sí Jennie concurrió a cuanta audición la invitaron, o se enteraba. Finalmente, y luego de mucho esfuerzo, consiguió su premio cuando la convocaron para sumarse a la serie A New Life, en 1989. Estuvo en seis capítulos.
Ese año también participó de un episodio de Growing Pains y tuvo su estreno en cine cuando la llamaron para Just Perfect. Con este breve recorrido saltó a lo más alto al ser llamada por la producción de Beverly Hills 90210, poniéndose en la piel de Kelly Taylor. Durante esos 10 años estuvo en la cresta de la ola, siendo una de las figuras más buscadas. Sin embargo, como todo en la vida -y en la industria televisiva-, llegó su fin. Al concluir la novela, Jennie no logró adaptarse rápidamente, como le pasó a gran parte de los actores y las actrices de aquel elenco.
En 2012 sacó un libro con sus memorias, en cuyas páginas habló de aquel calvario. “En unas semanas pasamos de ser solo un elenco genérico de actores de cualquier drama en ser parte del prime time, a ser superestrellas. No creo que ninguno de nosotros estuviera preparado para el estrellato, que se nos impuso de esa manera”, argumentó. “Además, siempre me sentía juzgada por mi apariencia física por el entorno tóxico. Dimos muchos mensajes contradictorios a los niños. Siempre buscábamos la aprobación y ese me volvió competitiva con otras mujeres”.
Pese a todo, Garth tuvo la posibilidad de seguir en los primeros planos siendo parte de Lo que me gusta de ti, una serie de la que fue parte en sus cuatro temporadas. En el medio también llegó su rol destacado en el filme The Last Cowboys (2003). Más acá en el tiempo se la pudo ver en realitys de formatos familiares. En 2007 fue parte de Bailando con las estrellas, y en 2019 participó de la versión estadounidense de MasterChef Celebrity.
Jennie, de 50 años, está casada desde 2015 con Dave Abrams. Y tiene tres hijas de relaciones anteriores: Bella (25), Lola (20) y Fiona (16). Hace poco contó que es feliz por la familia que logró forjar y por el cariño que le brindan sus fanáticos. Dijo que todo es alegría, más allá de los problemas de salud: desde hace tres años enfrenta una enfermedad de la que decidió hablar a corazón abierto para que su propia historia les sirva a otros.
En una entrevista con Insider, Garth contó que al cumplir 47 años empezó a sentir muchos dolores en las articulaciones y los pies. Empezó a notar que las manos se le estaban poniendo rígidas. Su médico de confianza que le realizó una batería de estudios. Luego de eso, el diagnóstico: osteoartritis.
“Pensé que era demasiado joven para tener artritis, porque cuando escuchás la palabra, la asocias a gente de la tercera edad que no puede moverse, que no puede vivir de manera activa”, remarcó la actriz. Al mismo tiempo, sostuvo que luego de que asimiló la noticia se propuso no abandonar su vida cotidiana, tratando de mantenerse positiva.
“No pensás en vos misma como si te ralentizaras o algo te impidiera hacer todas las cosas que haces cada día. Cuando sabes a qué te enfrentas físicamente, siempre hay una solución, y yo no dejo que nada me ponga límites”, resaltó la actriz, quien explicó además que se hizo aficionada al golf, un deporte que la ayudó mucho en su enfermedad.
Desde entonces Jennie Garth suele recurrir a sus redes sociales para dejar mensajes positivos, que aporten una mirada optimista para quienes enfrentan su misma dolencia. Allí, muestra cómo transita la enfermedad. Con cada posteo intenta remarcar cuál es su elección de vida, apoyándose en sus seres queridos. Al fin de cuenta, cuando las luces de la fama se apagan -o empiezan a oscurecerse-, es lo único que importa.
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