1. Nació el 12 de octubre de 1980. Creció en Arequito, un pueblo de 7500 habitantes del sur santafesino.
2. Empezó a hablar antes que a caminar. La mamadera la dejó cuando ya era grande, a los 8 años.
3. Cantaba desde chiquita pero si le preguntaban que quería ser, respondía odontóloga.
4. También le gustaba la idea de ser actriz. Actuaba frente a un espejo y hasta lloraba con lágrimas falsas. Más grande solía poner un disco de cualquier músico y cantaba mirándose al espejo.
5. En quinto grado, si tenían hora libre, sus compañeros le pedían que imitara a Palito Ortega y ella, parada arriba de un banco, lo hacía. Le gustaba hacer la vertical contra el armario. En séptimo grado la eligieron abanderada y la mejor compañera.
6. En el secundario, con la anuencia de sus compañeros, tiró una bombita de mal olor. Les pusieron amonestaciones a todos.
7. En 1994 los Pastorutti vivieron su peor momento económico. El trabajo de Omar como mecánico había disminuido. Con las facturas impagas les cortaron el servicio del teléfono, el agua y la casa estuvo a punto de ser rematada.
8. Su mamá, Griselda, intentó volver a dar clases de danza, pero no pudo. Una vecina la contrató para ayudar con la limpieza de la casa y la crianza de los chicos. Para aportar lo suyo en la economía familiar, Sole y su hermana, Natalia, comenzaron a vender publicidad para el diario local.
9. La primera canción folclórica que aprendió fue “Apurate José”, de Teresa Parodi.
10. De chica, a la hora de la siesta, se iba sola al auto de su papá a escuchar folclore en el portacasete. En la casa no había grabador.
11. Los domingos, luego de almorzar los tallarines de su abuela, hacían guitarreadas en la casa, con los amigos y la familia.
12. La primera vez que se subió a un escenario fue a los ocho años, en el club 9 de Julio de Arequito. Fue en una peña para recaudar fondos para la escuela de guitarra a la que ella y su hermana asistían.
13. Cantó “Apurate José” y el público, hasta ese momento inexpresivo, la ovacionó. Su papá notó que cuando su hija cantaba, la gente reaccionaba de un modo diferente.
14. Empezaron a recorrer festivales. Como a veces no tenían plata ni para la nafta pedían autos prestados o que los llevaran. En los festivales no les pagaban. Eso fue así hasta que cumplió 13 años.
15. A los 14 años ya le empezaron a pagar. Su nombre era cada vez más conocido en los festivales. Luis Landriscina y Gerardo López, que integraba Los Fronterizos, les aconsejaron presentarse en Cosquín.
16. En 1995, César Isella organizaba una peña paralela al festival de Cosquín. Luego de escucharla, el artista decidió invitarla a su presentación. No pudo actuar porque tenía 15 años y en ese momento estaba prohibida la inclusión de menores en espectáculos públicos.
17. Se presentó en la edición de Cosquín de 1996. Ariel Ramírez la invitó a cantar un tema en el cierre del festival, pero el público le pidió cinco bises. Los cantó. Al terminar, dos compañías grabadoras la contrataron.
18. Cuando volvió a Arequito la pasearon en la autobomba y se armó una especie de fiesta popular. Con el tiempo le erigieron un monolito.
19. Pensó que su éxito sería “algo pasajero, de dos o tres meses a lo sumo, y con la llegada del invierno se terminaba todo”. Se equivocó. En los dos años siguientes realizó 300 presentaciones. Solo entre enero y febrero de 1996 lideró 60 actuaciones; en varios casos, hasta cumplió con dos por día. Con su banda recorrió más de 200 mil kilómetros.
20. Poncho al viento, el primer álbum de Soledad, recibió la certificación de diamante por vender más de 900.000 copias. La discográfica le había dicho que si no vendían cinco mil discos le rescindían el contrato. Su papá compró todos los discos en una tienda de Buenos Aires para garantizar su distribución en los festivales del Interior, donde su hija ya era sensación.
21. Al principio subía al escenario vestida con jeans, remeras y un chaleco. Después empezó a usar la bombacha gaucha. Su papá pasó por un negocio donde venían ropa militar y le gustó cómo se veía la Bandera Argentina. La incorporaron al atuendo.
22. El poncho solía utilizarlo solo como abrigo, después comenzó a ponérselo sobre el hombro. En un recital en Gálvez vio a un hombre revoleando su campera cuando ella cantaba. Soledad se dio vuelta, tomó su poncho colgado del micrófono y también comenzó a revolearlo. La gente enloqueció y lo incorporó a sus presentaciones.
23. Cuando terminaba el recital solía quedarse varias horas firmando autógrafos y sacándose fotos con toda la gente que se lo pedía. No dejaba de hablar con nadie. Con el tiempo abandonó esta costumbre porque le indicaron que debía cuidar su garganta.
24. Cierta vez, entre presentación y presentación, cansadísima, dormía la siesta en un hotel. En eso escuchó el ruido de pisadas en el techo. Era gente que estaba viendo cómo entrar al hotel para saludarla.
25. Su primer trabajo cobrado fue el 4 de noviembre de 1995 en la Fiesta de la Flor en Escobar. Cantó y gustó tanto que al bajar del escenario un hombre se acercó, le dijo: “Tomá”, y le entregó 150 pesos. En ese tiempo, en su familia grababan casetes caseros con su música que luego vendían a un peso.
26. En ocho años recibió 900 mil cartas de sus seguidores. Las guardaba en un galpón junto a las prendas que le regalaban en los shows.
27. Mucho tiempo contestó las cartas que le escribían sus seguidores “a mano”, porque “las computadoras me parecen frías”, y con “horrores de ortografía”.
28. Si pudiera le daría una segunda vida a Atahualpa Yupanqui, Sandro y Rocío Durcal.
29. No le gusta mucho cocinar salvo alguna torta o milanesas. Inventó unos bizcochitos con la masa de la torta frita pero que cocina al horno.
30. Aunque por las giras dejó sus estudios en cuarto año compartió con sus compañeros el viaje de egresados a Bariloche. En plena “solemanía”, cada vez que salía sus compañeros la rodeaban para que no pudieran sacarle fotos que le arruinaran el viaje. Con el tiempo terminaría el secundario y se pondría a estudiar Historia.
31. Su comida favorita es el pollo a la crema con papas noissettes, los lomitos que preparan en Arequito y los tallarines de los domingos que amasaba su abuela.
32. Uno de los músicos a los que admiraba era el santiagueño Sixto Palavecino. A los 84 años el artista le dedicó un poema: La iluminada.
33. Amante de los perros, tuvo más de 40. En su casa de Arequito había 14. El primero que recuerda se llamaba Gareca, como el jugador. Su favorita era Micaela, una pekinesa.
34. Cuando Micaela falleció, ella no estaba. La enterraron en el fondo de la casa. Al saberlo, la Sole escarbó la tierra hasta encontrarla y con un cepillo de dientes le limpió todos los huesitos. Los quería armar para tenerlos en su repisa, pero se echó atrás porque le pareció “algo morboso”.
35. En el 2006 festejaba los 10 años de su carrera cuando Maradona subió al escenario y ella le cantó “Brindis”. Ante la presencia del 10 modificó la letra pensada por Afo Verde. “Cada vez que yo tocaba, él trataba de venir a verme. En mi debut en Buenos Aires, vino y bailé un chamamé. En 2006 me llamó Claudia Villafañe y me dijo que venía a verme con Diego. Yo pedí dos ubicaciones buenas porque no quería que lo jodan. Terminó todo el show arriba del escenario. Después tuvo unas palabras muy lindas para mi hermana y para mí: ‘“Sole, Nati, son argentinas...’. Nos regaló una de esas noches que nunca vamos a olvidar. Era muy generoso en ese sentido”.
36. Aprendió a manejar a los 14 años. Tuvo dos accidentes que todavía recuerda. A los 17 años, a la salida del boliche se ofreció a llevar a los compañeros a sus casas. Se subieron 10 al auto, empezó a andar fuerte y terminó chocando contra un árbol. Otra vez decidió enseñarle a manejar a unos chicos del pueblo que no tenían auto: los “alumnos” coordinaron mal y terminaron contra una tranquera. El auto era de Natalia, y Sole se hizo cargo del costo por el arreglo.
37. Solo tuvo un novio que luego se convirtió en su esposo y papá de sus hijas: Jeremías Audoglio, un muchacho nacido y criado en Arequito.
38. Se casaron en el 2007. La ceremonia fue en la iglesia de Arequito y tres mil personas siguieron la ceremonia a través de dos pantallas ubicadas afuera del templo. A la fiesta asistieron 760 invitados.
39. Le daba miedo dormir sola. En Arequito compartía el cuarto con su hermana, y en el departamento de Buenos Aires, pese a que había lugar de sobra, también dormía con Natalia.
40. En la maratón de shows récord en el Gran Rex de 1998, Aníbal Pachano la asesoró para su vestuario y escenografía. “Al principio el poncho y los pantalones de gaucho tenían que ver con la comodidad. Era la única ropa que tenía, como un uniforme. Entonces, para mí era más fácil venir a Buenos Aires a hacer prensa. De verdad que no tenía ropa ni para todos los días… Con mis primeros Gran Rex, que los hizo Pachano, empezamos con la pestaña postiza, el pelo. Me ponía un corset que me levantaba todo”.
41. Defiende sus encuentros, cada vez que la convocaron, con los presidentes Menem, De la Rúa y Kirchner. “Me llamaron para algo que yo consideré importante y fui, porque aparte son presidentes que votó la gente, y a veces no queremos hacernos cargo de eso”.
42. Debutó como actriz en Rinconcito de Luz y como conductora en El llamado final, un programa de entretenimientos y juegos por Canal 13.
43. Al mudarse de Arequito a Buenos Aires lo que más lamentaba era no dormir la siesta, que los trámites llevaban horas y que quedaba rara si saludaba a la gente por la calle.
44. El fanatismo por la Sole era tal que cierta vez una vecina de Arequito atendió el llamado de un desconocido. Era un joven que le explicó que había buscado un número de alguien del pueblo al azar para pedirle que le mandara una ramita y un puñado de tierra de la casa de los Pastorutti.
45. Asegura que cuando no está en el escenario es difícil reconocerla, y cuenta una anécdota al respecto. Veraneaba con su familia en Pinamar cuando decidió ir a un boliche. Se puso a bailar con un porteño que le preguntó a qué se dedicaba. Ella decidió improvisar y le contestó que era actriz y que había trabajado en la película La edad del sol. Y el muchacho le dice extasiado: “¡No me digas que conociste a la Sole!”.
46. Durante años se habló de una supuesta pelea con Mercedes Sosa. Cansadas de los rumores, ambas grabaron el tema “Agua, fuego, tierra y viento” para el álbum Cantora (2009). También compartieron escenarios y comidas en las casas de cada una.
47. Su marido contó que la Sole se levanta a las 6:45 y va al galpón donde está el camión de gira. Generalmente da una mano en mantenimiento y distintos quehaceres con los choferes. Si tiene algo de ropa blanca, la lava a mano, y el resto en lavarropas. Después, cocina, y si están de vacaciones, lleva a sus hijas, Antonia y Regina, a la colonia. En ese caso, Soledad aprovecha y también va a natación.
48. De chica era fóbica a la saliva. “Yo no tomaba mate, no tomaba del vaso de otra persona. Era muy asquerosa. Mi hermana podía hacer lo que quería conmigo pasándose su dedo por la boca y levantándolo, yo podía arrodillarme ante ella con tal de que no me toque. Me hacía hacer lo que quería, era como su poder. Ya lo cambié, imaginate que con toda la gente que saludo y teniendo hijos, ya lo superé”, contó en AM.
49. Su primer beso fue traumático. “Fue con un borracho en una doma. Era un hombre que se me acercó y yo corrí la cara y me lo terminó dando en el costado, pero otro día fui a hacer los mandados y lo veo al tipo hablando con mi viejo. Yo tenía 15 y él era bastante más grande y por el alcohol se lo veía mal. Me dio un beso sin que yo quisiera, fue feo. ¡Imaginate, asquerosa como era y me pasa eso!”.
50. “Mi marido siempre me dice: ‘No sé para qué te voy a decir que no, si de todas maneras lo vas a hacer’. Cuando siento algo es como cuando aparece una canción. Cuando estoy componiendo aparece un cosquilleo. Es como cuando uno se enamora, como la canción de Serrat, que dice: ‘De vez en cuando la vida nos besa en la boca’. Es sentir eso”. (Infobae).
51. “Yo creo que hoy sería un orgullo para mí lograr que mis canciones lleguen a muchos países, no solamente a Argentina. Buscamos que siempre tenga una raíz y que tenga presente mi historia, pero que también tengan actualidad. Lo más difícil para los que hacemos música de raíz es poder conectar aquel pasado que es parte de nuestra historia y que nos representa, con este presente. Y bueno, ahí vamos. Ahí estoy intentándolo”. (Infobae).
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