A principios de mayo Guillermina Valdés mantuvo un íntimo mano a mano con Teleshow, donde recorrió todas las aristas de su vida y realizó algunas confesiones sobre su vida familiar. Pocos días después irrumpió la noticia de su separación de Marcelo Tinelli, tras nueve años de amor. En este sentido, fuentes cercanas le aseguraron a este medio que tomaron la decisión en buenos términos y priorizaron el bienestar de su relación como padres de Lorenzo, de ocho años. En retrospectiva al anuncio de la ruptura, las últimas declaraciones de la empresaria durante la entrevista manifiestan cómo vivieron el último año como pareja.
En diálogo con el periodista Sebastián Soldano, Guillermina no evadió ningún tema. Cabe aclarar que la charla tuvo lugar diez días atrás, y la pregunta sobre el terreno amoroso fue uno de los momentos reflexivos de la charla. Teniendo en cuenta que durante el 2021 integró el jurado de La Academia de ShowMatch, a la hora de responder puso en la balanza el tiempo compartido tanto en el plano laboral como personal. “Fue un año muy especial porque él estuvo con muchas cosas, estuvo con el fútbol, con la vuelta después de la pandemia en su programa, pero para él fue especial en el buen sentido, porque se dio cuenta de un montón de cosas, de lo que quería y de lo que no quería”, afirmó con seriedad.
Sobre el presente y los planes de un regreso televisivo diferente al del formato anterior, Valdes reflexionó: “Está trabajando mucho en todo lo que es lo artístico, en cuestiones que se está reconcectando de lo que es no tanto su personaje como conductor, sino el entretenimiento con su productora, con los contenidos y está muy contento con eso; lo veo muy entusiasmado, definiendo su lugar”. En este sentido, hizo referencia a los desafíos que asumió Marcelo el año pasado, y celebró que comience a priorizar su sentir con respecto al futuro.
“Para él fue estar en el fútbol, estar en esto, estar con muchas cosas, y este año ya está como diciendo: ‘Bueno, a ver, yo quiero esto, quiero poner energía acá, el trabajo acá’. Así que veo que le hizo muy bien el año pasado, sobre todo para entender dónde quiere estar hoy”, destacó. También habló a fondo sobre la dinámica de sus conversaciones después de la cuarentena: “Charlamos mucho durante todo este tiempo porque estamos muy atentos a lo que nos pasa, nos súper respetamos en lo que pensamos sobre el otro. Lo planteamos siempre desde este lugar: ‘Yo veo esto, me parece esto, pero vos fijate...’, nunca tratanto de que el otro haga lo que uno siente que debería hacer”.
“Fue un año de mucha transformación. Aprendió, y eso está bueno siempre, porque cuando se aprende jamás hay saldo negativo”, completó. Cabe recordar que Guillermina reconoció que atravesaron una breve separación durante la pandemia de coronavirus, y luego habían decidido apostar nuevamente al amor. Sin embargo, algunos meses más tarde eligieron seguir caminos separados. Sobre su vida sentimental, la empresaria había destacado que las experiencias le dejaron una lección concreta: “Los años me enseñaron a no depositar tanto en el otro. Me torra esa cosa de la demanda y no me sentiría cómoda teniendo que pedirle a mi pareja que hiciera algo o fuese algo para estar bien; como así también, buscando en el otro eso que me falta porque sería perder el tiempo y no hacerme cargo de lo que debo trabajar conmigo misma”.
Decidida a cultivar la “autosanación”, en la charla explicó que trató de hacer algunos cambios a nivel personal. Frente a tantas miradas, confesó que algunas veces sintió que debía dar pruebas de su capacidades. “Ya no. Hoy solo las rindo ante los empleados de mi empresa, para que a todos nos vaya bien, comprometida con lo que elijo y, básicamente, conmigo misma”, señaló. “Soy ambiciosa, sí, pero de la transformación; de la posibilidad de crear, de generar otra calidad a las cosas, a mi hoy, a mi gente, a mi trabajo, porque esta es mi historia y todo lo que llegó en cada instancia fue para aprender”, relató.
“Siempre hay una nueva Guillermina. ¿Cómo es la de hoy? Más presente. Más conectada. Más receptiva. Con más dudas que certezas sobre quién soy, para qué vine, a dónde voy y en dónde quiero estar. Y está bueno estar llena de preguntas”, sentenció. Incluso recordó un momento doloroso de su existencia, que hasta ese entonces no había hecho público. “Tendría 27 o 28 años cuando hablando con mi abuela, me dijo: ´Eras tan celosa que no podíamos alzar a tu hermanito´. ‘Hermana, abuela... Yo tengo una hermana (Lucía)’, le respondí. ´Ah... ¡¿No sabías...?!´, reaccionó. Se le había escapado y así me enteré”, contó. “Facundo era bebito, vivió cuatro meses y falleció de muerte súbita al lado mío, cuando yo tenía dos años”, reveló conmovida.
“Mamá no habla del tema y la respeto. Mi ciela, mi alma, mi sol... Debe haber sufrido tanto”, expresó. “Nunca nadie habló de eso y jamás hubo una foto, nada. Fue a esa edad que lo empecé a nombrar y dije: ‘¡Ay, ahí estaba el que yo sentía!’. Porque yo lo sentía. Yo sentía que había un varón, una energía, algo... No tenía memoria pero una situación así de traumática quedó tapadita...”, reconoció quebrada. “Yo creo que cuando uno va viviendo la vida y la muerte, y se percibe esa línea tan finita, porque es finita... Yo dije: ´Ay, ¿por qué yo me quedé y él se fue?´. Eso implicó para mí una enorme responsabilidad. Entonces, me miro a los 20, y digo: ‘¡Qué desvitalizada estaba..! ¡¿Por qué tan pocas ganas de elegir, de hacer cosas?!’. Pero eso lo veo hoy. Si me preguntás por aquel entonces: ‘Che, Guille, ¿a los 20 eras infeliz?’. Y... Yo a los 20 te decía que estaba muy bien”, rememoró sobre el crecimiento que experimentó.
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