“Ver a mi hijo con su hermano fue hermosísimo. Y ahora que lo digo me doy cuenta: no es mi hijo abrazando a su hermano, son mis hijos. Un hijo tenía en brazos al otro. La verdad es que es un premio. Esta es la concreción de un milagro. Es un premio al no bajar los brazos. Yo nunca tuve pruritos a la hora de contar las vicisitudes médicas que me tocó atravesar. Al revés. Sentí que era casi una obligación, porque era la manera de alentar a la gente que está pasando por la misma situación para que sepa que es posible”, dijo feliz Martín Liberman a Teleshow, apenas unas horas después del nacimiento de su bebé, Milo, el lunes por la tarde.
El periodista, que ya era papá de Blas de doce años fruto de su relación con Marcela Greco y acaba de serlo nuevamente con la bailarina Ana Laura López tuvo que atravesar un duro y largo camino para cumplir su sueño de formar una familia.
“No todo fue tan fácil como me imaginaba. Fui ilusa, pensaba que por ser joven y sana iba a lograrlo en la primera oportunidad, siempre tan confiada. Pero fueron tres procedimientos, tres intentos hasta que la tercera fue la vencida”, dijo hace unos meses tras confirmar públicamente su embarazo, la flamante mamá de Milo en diálogo con Teleshow.
Más de una década antes, el periodista ya había hecho casi una decena de tratamientos con su ex esposa para poder tener a Blas. “Este éxito llega después de haber hecho tres tratamientos de fertilidad in vitro. Es una historia de lucha, no fue soplar y hacer botellas. Tuvimos que hacerlos porque yo tengo azoospermia. Mi hijo Blas nació después de siete tratamientos. Estoy acostumbrado a luchas, postergaciones y tengo mucha paciencia. Mi experiencia fue muy útil para sobrellevar todo lo que estábamos viviendo”, dijo él.
Así, todos los meses ella tenía que darse inyecciones que él mismo le aplicaba para estimular sus ovarios. “Después se realiza una aspiración y en laboratorio esos óvulos son fertilizados por espermatozoides. De ahí se forman los embriones. Como Anita tenía miedo, yo la acompañé siempre, fue un acto de amor teniendo en cuenta que ella pone el cuerpo”, recordó Liberman y ella sumó: “En el proceso le perdí el miedo a las agujas, fue un gran avance. Y creo que no fue tanto el desgaste físico, como el emocional, el manejo de la ansiedad, la espera, la ilusión y desilusión que uno atraviesa durante todo ese viaje. Encima con Martín no le dijimos nunca nada a nadie sobre lo que habíamos empezado a hacer, ¡fue todo top secret! Por momentos sentía que iba a explotar, pero siempre pensábamos que el premio era grande. ¡Y sí que lo es!”.
Y un día esa recompensa llegó. Sabiendo que su pareja estaba embarazada pero aún sin poder contarlo porque era todo muy reciente, se refirió al tema en Los 8 escalones del millón cuando un participante llamado Walter, contó que si ganaba el millón de pesos destinaría el premio a solventar una fertilización in vitro para poder convertirse en papá con su mujer. “En ese momento yo sabía que Anita estaba embarazada y me dio pena que yo pudiera ser padre de Blas por tener las posibilidades económicas, mientras que otros no. Hay una Ley de Fertilidad, pero se hacen los zonzos y nadie cumple con la ley. La gente recurre a centros privados y se endeuda. Pero es injusto que puedas ser papá porque tenés plata y sino no puedas. Traer un hijo al mundo es un acto de amor y solo lo puede lograr el que tiene dinero. Me sentí cercano a su historia y después nos seguimos escribiendo por Instagram. Yo lo quiero ayudar”.
Tras confirmar la feliz noticia, la bailarina brindó un mensaje de esperanza para las parejas que pasaban por situaciones similares: “Les aconsejo que no bajen nunca los brazos, todo sucede cuando tiene que suceder. A todas las chicas y mujeres les recomiendo que busquen información y pídanle a sus ginecólogos hablar sobre el congelamiento de óvulos y las opciones que tienen con sus parejas para tener familia. No se dan una idea lo que avanzó la medicina y absolutamente todas las personas pueden llegar a cumplir este sueño”.
En diálogo con Carmen Barbieri, él también había hablado de la búsqueda de su primer hijo: “Todas las luchas son valientes, destacables y valiosas porque lo que estás buscando es traer un hijo al mundo. Para tener a Blas fue mucho más duro porque fue con el séptimo tratamiento. Con Anita, para lograr este embarazo, tuvimos que hacer tres tratamientos. Hubo dos intentos frustrados y el tercero fue fructífero”.
Además, explicó que el médico congeló sus espermatozoides, lo cual es bueno: “Pero de movida te inhabilita a quedar embarazados en condiciones normales, como la mayoría de la gente. Te lleva para el lado del tratamiento, que también puede salir mal o no tener el resultado esperado”.
“Yo creo que todo es por algo en la vida. Y a mí me tocó ser padre de esta manera y yo lo celebro que haya sido de esta manera. Alguno podrá decir: ‘¿Está loco este pibe? El sufrimiento que tuvo’, pero para mí fue todo crecimiento, para mi fue hacerme mejor persona, aprender a dar inyecciones, contener a las madres de mis hijos”, dijo.
SEGUIR LEYENDO: