Con sus 86 años, una memoria prodigiosa y palabras que llegan al corazón, Luis Landriscina, considerado “el prócer del humor argentino” emocionó este domingo en su visita a La Peña de Morfi.
Amigo entrañable del conductor, Jey Mammon, que lo conoció gracias a Antonio Tarragó Ros, recordó a su admirado doctor René Favaloro y señaló que “es uno de los hombres que le hace falta a este país”. Expresó que necesitamos trabajar en nuestra identidad como país y le consultaron sobre un punto en común con el reconocido especialista médico en cardiología.
“Me duele la patria porque no se la nombra. Entonces, hay muchos jóvenes que saben que tienen país porque miran el DNI, pero no tienen patria. No se les explica lo que costó hacer esta patria y quiénes la hicieron. Nos estamos olvidando de nuestros próceres. No los nombramos y no sentimos las canciones patrias para homenajearlos”, dijo con sinceridad.
Sobre qué se puede hacer, resaltó que “hay una cosa que conseguimos que es que se enseñe folclore en las escuelas públicas del país. Hacia el 2024, estaría en todas las provincias”. Marcó que en las escuelas rurales se hace patria desde siempre y en un recitado que acompañó una interpretación con su gran amigo Tarragó Ros sentenció: “a un hombre con voluntad, nunca le falta trabajo”.
Después de una charla intimista de varios minutos con Jey Mammon, como no podía ser de otra manera, Landriscina interpretó a “Eleuterio, un correntino de ley”, junto a Tarragó Ros. Durante su aparición en La Peña de Morfi no fueron pocos los usuarios que se preguntaron a través de las redes sociales qué le pasó al artista en la voz.
En 2016 el mismo lo contó: “En 2013 me operaron de un quiste en la garganta y me aplicaron ácido hialurónico para las cuerdas. Estoy aprendiendo a administrar el aire. Me pone mal la disfonía, una ironía de alguien que vivió hablando. Asumo la edad que tengo. Trato de hacer lo que me dice el médico”, explicó.
Diás atrás, Luis Landriscina ya había analizado el presente del país enfocando la mirada en la crisis económica y el desempleo. Expresó así su preocupación por las “generaciones que no saben lo que es el trabajo” y criticó la falta de oportunidades laborales.
En una charla con Radio Mitre, el artista rememoró viejas épocas y remarcó el cambio de costumbres. En ese contexto, fue consultado sobre “si todavía existe la Argentina del sacrificio y el laburo”, a lo cual respondió: “En un gran sector argentino, hay tres generaciones que no saben lo que es el trabajo. No trabajó el abuelo, ni el padre, ni el hijo. Eso es un problema”.
“Y esto de acostumbrar a la gente a no trabajar, ¿es parte de la política nuestra?”, le preguntaron. “Mirá, mientras a la gente le demos planes y no la posibilidad de un trabajo, la cosa va a seguir así”, consideró Landriscina. Y continuó: “Creo que tampoco se le habló a la gente de la dignidad en el trabajo, ni se insiste en eso. Y hay gente que tiene dignidad y con vergüenza debe aceptar un plan porque no encuentra trabajo tampoco”.
En esa línea, agregó que “no es lo mismo tener apetito que hambre”. “El hambre es otra cosa. Hay que tener respeto y misericordia por la gente que no tiene los recursos y tratar de que no ocurra en un país en el que producimos alimentos para más de 400 millones de personas y somos nada más que 40″, sostuvo.
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