“Los tacos no se cuelgan nunca”, sentenció Anamá Ferreira a Teleshow y las zapatillas... tampoco. Hace nada mas que cinco meses la ex modelo cambió su forma de entrenar y se prepara para en septiembre viajar a Sevilla a competir en la categoría Fit Model de un impórtante concurso de musculación, al igual que lo hizo el año pasado su colega Ingrid Grudke. Consciente de que cuerpo y cabeza van de la mano, quiere alentar a otras mujeres a “moverse”.
Todo comenzó con la pandemia. Anamá que desde muy joven trabajó de modelo y tuvo un físico “privilegiado” como ella lo define ya que nunca tuvo que hacer dietas extremas ni entrenamientos para mantener su talla, en el 2020 cambió su cuerpo: “Comí exageradamente, me salió una panza que dije ‘¿y esto?’, la ropa me empezó a apretar, no me sentía cómoda”.
Lo primero que hizo en el 2020 cuando comenzaron a habilitarse las salidas fueron caminatas “para salir de la locura del infierno”, como recuerda el confinamiento. Junto con su amiga se encontraban a la mañana y paso va, paso viene, llegaron a hacer 12 kilómetros diarios. Fue entonces que decidió ir por más y llamó a Analía Galeano, la misma preparadora física que tiene la jurado suplente de Los ochos escalones del millón y fue a verla a Mar del Plata: “Le dije que quería entrenar”.
“Siempre tuve el mismo físico, pasaban las temporadas y mantenía el talle. De chica me hacían bullying por flaca. Yo no entrenaba, cuando me iba a Brasil comía un poco más y al llegar retomaba el ritmo de comida que tenía y estaba”, dijo Anamá y recordó que solo cuando quedó embarazada de su hija Taina de 28 años, le costó recuperar su talle para trabajar nuevamente: “Comí todo lo que no había comido en mi vida, medialunas, dos platos de fideos con tuco, de todo y engordé mas de 25 kilos, y me costó mucho bajarlo, un año. En ese momento hice gimnasia pero no era constante”.
Más allá de “ponerse en forma” post pandemia, hoy se siente mejor también mentalmente: “Hablé con Analía y empecé a entrenar, necesitaba cuidarme y también no comer lo que estaba comiendo, uno se va tomando unos drinks, me fui a lo de mi amiga Mónica Gonzaga, no tenemos nada que hacer mirando el mar y comés y tomás”. Entrenar y competir es la forma en al que se materializa su decisión de “cambiar de vida” y “la cabeza”: “Me lancé y empecé”.
Anamá fue a ver a su profesora a Mar del Plata pero luego ésta le comenzó a pasar rutinas que sigue desde el gimnasio al que asiste en Buenos Aires. Así, entrena de lunes a sábados unas dos horas diarias -aparatos, entre 30 y 50 minutos de cinta y stretching-: “Me levanto, me visto con el equipo para entrenar, desayuno y voy al gimnasio, los porteros del barrio se meten en mi vida y me dicen ‘pará un poco’”.
Nada de maquillaje, ni ropa transparente, ni poses, ella va al gimnasio a entrenar. Saluda, se pone los auriculares y arranca su rutina, lo que confunde a veces a quienes comparten el espacio con ella, y contó una anécdota: “El otro día uno me dijo ‘qué fuerte entrenas, pensé que eras mas simpática, porque porque no hablas’”. Y es que ella se concentra en lo suyo.
“Tengo la suerte de que mi cuerpo responde”, dijo pero la gimnasia no va sola, sino de la mano con la alimentación: “Me puse en órbita, estuve 40 días sin harina, sin alcohol y sin café bajé cuatro kilos bien, sin estar muerta de hambre”. Al ser consultada sobre si no le costó, dijo que no: “Soy como un soldadito y disciplinada, siempre lo fui. Sufrí la primera semana con el café, que es mi bebida favorita y me di cuenta que todo es harina, estamos sumergidos en un saco de harina”. Ahora, va alternando la dieta de Cormillot con la de su entrenadora.
Anamá empezó a entrenar en enero y nota cambios en su cuerpo: “Es increíble porque tengo músculos, me siento fuerte, se nota como cambié y estoy trabajando para competir de verdad. Tengo mas energía, siempre trabajé mucho y tengo una potencia muy grande pero cambié el estilo de vida, ahora reservé todas las mañanas para mí, para entrenar, trato de no marcar ningún compromiso a la mañana”.
“Cuando empezás notás un cambio en el cuerpo que es importante y quiero que las mujeres no se depriman, que no piensen que no pueden lograrlo, hay mujeres de varias edades que me preguntan cómo hago, y es con disciplina, ganas de salir, cuando entreno no pienso en nada. Y para la gente de 50 para arriba es importante favorecer huesos, estar ágil, es fundamental para una tercera edad mas brillante. El mundo cambió, pegó una vuelta que si no te das cuenta del cambio quedas atrás, la gente se dio cuenta de la finitud de la vida, lo encaras de otra manera”, dijo desde un rol evangelizador.
Para ella poder encontrar el equilibrio entre la actividad física y la alimentación es una forma de estar mejor, evitar remedios y también verse bien frente al espejo: “Estoy conforme con lo que veo, estoy feliz de mirarme y decir ‘wow tengo tantos años -no quiso develar su edad- y quién me para, nadie’, me puedo poner una bikini, un short lo que sea. Miro lo que estoy logrando yo, lo mas importante es la belleza que para mi viene de adentro y tiene que ver con cómo te sentís adentro, una mujer puede ser hermosa y tener una cara impresiónate pero si no está feliz y conforme no le sirve de nada. Es importante que te mires y digas ‘wow’ tenes que estar desnuda y mirarte de costado, de frente, porque la única que puede decir ‘soy una diosa’ sos vos”.
En septiembre viajará a Sevilla para competir en la catergoría Fit Model del concurso Arnold Sports Festival Europe 2022.. ¿Qué pasará? No importa, lo importante es todo lo que está logrando: “Voy a divertirme partiendo de esa premisa y todo lo que venga estará bueno. Hay que poner las metas. Va a ser llegar ahí que te pinten ponerte la malla, el vestido, ya con eso estoy chocha y ya soy campeona”. Dijo además que llevará en alto en la bandera argentina.
“Hay que hacer unas poses con tacos, yo soy la reina de los tacos”, dijo divertida y en alusión a la frase “colgar los botines”, agregó: “Los tacos no se cuelgan nunca. Estoy entrenado y quiero que esto sea un incentivo para la gente que piensa que no puede lograrlo, esta es una competencia conmigo misma”.
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