Los 8 escalones es sin dudas uno de los programas más exitosos del prime time de El Trece. El formato de preguntas y respuestas con la gran conducción de Guido Kaczka, sumado a la impactante suma de un millón de pesos que se entrega dos veces por día, fueron los elementos que lo hicieron atractivo para el público, Pero también las historias de vida de los participantes, que conmueven no solo a los televidentes sino también a los jurados, que a veces terminan involucrándose con ellos.
Así le sucedió hace poco a Martín Liberman, que suele oficiar como jurado en la categoría de Deportes y que contó cómo le ofreció trabajo a uno de los concursantes. “Resulta que necesitábamos un pintor para el cuarto del bebé. Estábamos en pleno 8 escalones. Martín haciendo preguntas en el jurado, participante Leo”, introdujo el periodista en sus stories de Instagram. Y continuó: “´Leo, ¿a qué te dedicás?´, le dice Guido. Cuando dijo pintor, yo ya le puse los ojos a Leo y dije: ´Cuando termine el programa me le tiro a la yugular´. Terminó el programa y él estuvo a punto de ganar, se quedó en el último escalón”.
En tanto y mientras mostraba al participante a su lado, relató el final feliz de la historia. “Acá está Leo terminando su obra, crack total. Súper recomendable. Después les voy a dejar acá el teléfono. Gran tipo, y además una pinturita, haciendo honor a su trabajo. Ocurrencia de mi mujer la rayita gris”, comentó sobre la pared recién terminada. Y le preguntó: “¿Fue difícil?”. “No, una papa”, respondió el ex participante. “Para Leo pintar es como para nosotros hacer preguntas”, concluyó divertido el conductor. Pero hizo una aclaración final: “Esto está pago, pero se lo merece. Y que lo contraten porque es un buen tipo, viene en familia, con el papá y el hermano”.
Liberman se encuentra en un gran momento personal, a la espera de su primer hijo junto a su pareja Ana Laura López -ya tiene a Blas, de 12 años y fruto de un matrimonio anterior-. Ambos se conocieron en la pista de Bailando por un sueño (El Trece), en donde conformaron una de las parejas participantes. Volvieron a encontrarse tiempo después y se casaron en octubre de 2019. Luego, decidieron ir por más y comenzaron en la búsqueda de ser padres. Pero no fue sencillo.
Liberman contó que esta dificultad se debe a un trastorno hereditario del que debió operarse hace catorce años y que impedía que los espermatozoides sanos fecundaran los óvulos. “Por suerte encontraron millones de espermatozoides y los congelaron todos. Pero de movida te inhabilita a quedar embarazados en condiciones normales, como la mayoría de la gente. Te lleva para el lado del tratamiento, que también puede salir mal o no tener el resultado esperado”, detalló tiempo atrás el periodista a Carmen Barbieri, en Mañanísima (Ciudad Magazine). “Cuando yo quería ser padre, me encontré en un restaurant circunstancialmente con Marcela Tinayre, que fue madre a los 50. Y le dije: ‘Marcela, tengo esta dificultad’. Y ella me dijo: ‘Andá a ver este doctor’. Y ahí empezó nuestro camino”, recordó.
Finalmente y luego de tres tratamientos, pudieron lograr el embarazo que ya lleva 37 semanas. El bebé se llamará Milo. Con una mezcla de felicidad y ansiedad, la pareja va mostrando la evolución de la dulce espera en sus redes sociales, para compartirlo con sus seguidores. En este sentido, días atrás Ana publicó una curiosa Instagram Story -que Martín luego replicó en su cuenta- en la que se los ve llevando adelante un particular ritual alrededor de la panza de la futura mamá.
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