Miguel Ángel Muñoz, conductor junto a Lali Espósito de los Premios Platino 2022: “Me gustaría que trabajemos juntos en Argentina”

A horas de la gala que se celebrará en Madrid, el presentador habla de su vínculo con la actriz y de su entrañable 100 días con la Tata, candidata a mejor documental

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Entrevista a Miguel Ángel Muñoz presentador de los Premios Platino

“Tengo que reconocer que estoy doblemente nervioso, por presentar la gala y por estar nominado”, le confiesa Miguel Ángel Muñoz en exclusiva Teleshow y no tiene intenciones de ocultarlo. El actor español de 38 años, toda una celebridad en su país, estará junto a Lali Espósito en la conducción de la IX entrega de los Premios Platino, la gran fiesta del cine y el audiovisual Iberoamericano que se realizará esta noche a las 22 horas de Madrid, y al mismo tiempo es uno de los nominados al mejor documental por 100 días con la Tata. Y se entiende que Miguel sienta ese cosquilleo tan especial aunque no sea un novato en esto del entretenimiento. Porque lo que estará mostrando ante los ojos de Iberoamérica es una historia surgida en lo más profundo de su corazón en la que quiso dejar testimonio de la mujer más importante de su vida. Y que no se parece en nada a todo lo que hizo, pero que de alguna manera intangible está presente.

Miguel Debutó en la pantalla grande a los 12 con un papel en El palomo cojo y saltó a la fama en 2002 con la serie Un paso adelante, y entre aquel estreno y este presente se probó con éxito en diferentes facetas. Como cantante recibió discos de platino, como cocinero triunfó en la primera edición española de Masterchef Celebrity, como bailarín se lución en la versión de Bailando por un sueño, solo para contar algunos de sus hitos. Pocos tan importantes como este, cuando aguarda repetir con 100 días con la Tata el premio al mejor documental que ya alzó en los Premios Forqué.

La Tata es Luisa Cantero, la hermana de su bisabuela, que cuidó del niño Miguel Ángel cuando sus padres salían a trabajar. Al ir y al regresar de la escuela, vigilando sus travesuras de infancia o siempre dispuesta para lo que hiciera falta, allí estaba la Tata. Y cuando el paso del tiempo hizo su trabajo tan cruel, el actor sintió el afán de contar su relación en un proyecto que mutó hasta volverse un documental emotivo y empático, celebrado por el público y la crítica y que esta noche buscará colgarse otra medalla.

Tráiler de 100 días con la Tata

—¿Qué te pone más nervioso, presentar la gala o el momento de la nominación?

—Yo creo que la nominación, porque es algo que no está en el guion, y pase lo pase no queda otra que continuar con la gala. Pero hemos hecho muy buenas migas Lali y yo, y estamos deseando que empiece, que llegue y que pase.

—¿Cómo se fue dando esa química con Lali?

Ha pasado una semana y parece que nos conociéramos ya de toda la vida. Hemos conectado muy bien, es una mujer estupenda, muy trabajadora, es un talento excepcional. Nos conocíamos de vernos en diferentes trabajos, pero no en persona. Pero nos caímos bien y al día de hoy podemos decir que vamos a ser amigos.

—¿En qué momento tu relación con Luisa toma forma de documental y se convierte en 100 días con la Tata?

—El proyecto nace de una forma distinta a la que la conocieron. Yo tenía una necesidad personal de hacer una película con mi Tata, tener filmada el mejor retrato de nuestra relación, para que cuando yo tenga familia poder mostrarle quién es esa mujer a la que yo quiero tanto. Hace ya doce años me di cuenta que la Tata no iba a ser eterna y a partir de ahí empecé con esto y hace seis me puse a rodar, pero como un proyecto personal. Cuando estaba en la sala de montaje de Los Ángeles, me di cuenta que lo que transmitía nuestra relación era lo suficientemente importante como para compartirlo con el público. Y ahí me puse a trabajar en un guion que en un principio iba a ser de ficción y cuando lo tenía todo para rodar lo que había escrito, vino la pandemia, que nos cambió la vida a todos, y cambió nuestra relación también.

Tráiler 100 días con la Tata

—Pasaron juntos la etapa más cerrada de la cuarentena.

—Sí, me confiné con ella más de cien días en su casita de 35 metros cuadrados y me di cuenta que lo que había escrito se me había quedado obsoleto. Y la única manera de contar nuestra historia completa, incluyendo esa parte de la pandemia, tenía que ser en forma de documental. Pero la historia no va de la pandemia, va de la necesidad que tenía mi personaje de pasar el mayor tiempo de calidad posible con la persona más importante de su vida, sabiendo que algún día desgraciadamente no estaremos juntos.

—Antes de ser documental, tu historia con la Tata se volvió viral en redes y una vez estrenado tuvo una recepción extraordinaria en el público y la crítica. ¿Te sorprendió el alcance de una historia tan personal?

—Es increíble todo lo que ha pasado con 100 días con la Tata, sobre todo porque nace de una necesidad personal y no tenía pensado mostrarlo al público. Que mi Tata se hacha hecho viral, que una historia pequeñita contada como documental se estrene en 140 salas, en toda España, que haya estado 10 semanas en cartel, que pronto esté en una plataforma para seguir viajando a lo largo y ancho del planeta, todavía no me lo creo. Encima el premio Forqué al mejor documental, nominado en el Platino entre 23 países, no lo alcanzo a comprender. Sí que estoy orgulloso, muy feliz, y poder compartirlo con ella, camino a sus 98 años, es lo que lo hace mucho mas importante.

—Has hecho de todo en tu carrera, solo te falta venir a trabajar a Argentina. ¿Qué referencias tenés de nuestro país?

—Admiro muchísimo el talento argentino en todos los sentidos, no solamente en la interpretación, también en el deporte. Yo soy muy deportista y soy fan de la afición argentina. Tuve la oportunidad de ir a su país dos veces a ver la final de la Copa Davis en Mar del Plata y realicé un seminario terapéutico en Buenos Aires y pasé más de dos semanas. Tengo muchas ganas de ir allí a trabajar. La primera vez va a ser ir a ver a mi compañera Lali a algún concierto, que está triunfando muchísimo, y la siguiente que trabajemos juntos allá.

—¿Te invitó a los shows en el Luna Park?

—Me invitó, pero no puedo ir. Pero sé que va a hacer más, así que espero que nos veamos por allá también.

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