Protegido por las arboledas y amparado por el zigzagueante camino de las carreteras, asoma, imponente y ostentoso, el estadio Wanda Metropolitano. La casa que el Atlético Madrid estrenó en 2017, cuando dejó el histórico Vicente Calderón que los albergó durante medio siglo para construir uno de los estadios más modernos del Viejo Continente, y que no minó la pasión de sus fanáticos. “Hoy vamos a la casa del actual campeón de la Liga”, apunta al pasar y sin que nadie se lo pregunte, José Luis, el conductor del transfer que lleva a los periodistas entre los que se encuentra Infobae. Infla el pecho y se siente doblemente anfitrión, aplicándole una dosis extra a una hospitalidad que se traslada al resto de los madrileños.
Pero al menos hoy José Luis vivirá una jornada distendida, porque en el soleado e impiadoso mediodía en la capital española no juega el Aleti. El Wanda se vistió de gala para albergar el partido de “Las estrellas vs los embajadores de la Liga”, un clásico de los Premios Platino, cuya novena entrega se realizará el próximo domingo en la noche española. Es el comienzo oficial de las actividades de un fin de semana en el que la capital española latirá al ritmo de la premiación del cine y audiovisual iberoamericano y el puntapié inicial tuvo lugar por primera vez en el campo de juego del impactante estadio colchonero, como se conoce al club que dirige el Cholo Simeone.
Se trata de un encuentro mixto, informal y solidario a favor de los refugiados ucranianos y en colaboración con la Cruz Roja , que por primera vez se realizó en el campo de juego del Atlético de Madrid, uno de los patrocinantes del evento. Y en un escenario de ensueño, rodeada de figuras de todos los ámbitos, la China Suárez se robó todas las miradas y fue la gran estrella de la jornada. Por su carisma y su belleza, claro, dos atributos bien conocidos a ambos lados del Atlántico. Pero también por un espíritu competitivo y el buen entendimiento que tuvo con sus colegas en un ámbito extraño para ella, lejos de las tablas y sobre el verdísimo césped del Wanda.
La actriz arrancó en el banco de suplentes pero desde que empezó a rodar la pelota se vio que no venía a pasar el rato y se acopló de inmediato a sus compañeros, un equipo integrado entre otros por el argentino Franco Masini, la colombiana Carolina Gaitán y el español Marc Clotet, mientras que desde afuera contaban con el aliento de los Casa de Papel Enrique Arce (Arturo) y Darko Peric (Helsinki). Pero ni el Profesor, ni Tokio ni Berlín hubieran bastado para hacer frente a un rival formado por jugadores históricos como Javier Saviola, Fernando Hierro, Gaizka Mendieta y Fernando Morientes, verdaderas leyendas de la Liga Española de Fútbol.
Se jugaron dos tiempos de 25 minutos y el reloj marcaba 13 cuando la China ingresó al partido y de entrada nomás demostró que no estaba ahí solo para pasar el rato ni para cumplir compromisos. Con la camiseta número seis, se paró en el sector derecho del ataque y en la primera jugada desbordó a su marcador pero no llegó a tirar el centro. Luego mostró todo su fastidio cuando la pelota se le escapó por el lateral y hacia el final de la etapa tuvo la gran posibilidad de marcar un gol. El árbitro marcó un penal dudoso para las Estrellas, apoyado por la tecnología aún más dudosa del VAR. La China agarró la pelota con decisión y pateó con tanta firmeza que el arquero no pudo retener, la pelota dio en el palo y su compañero Miguel Lago pudo anotar el descuento.
El resultado marcaba 6 a 2 para los Embajadores, pero a esa altura todo era una anécdota. Lo que todos esperaban era el descanso, que llegó en el momento justo. Es que el sol no dio tregua en el campo de juego y artistas y futbolistas corrieron en busca de algo fresco y de una sombra que nunca iban a conseguir. Ya listos para las segunda mitad, las dos figuras del encuentro dialogaron animadamente a un costado, quizás tramando alguna estrategia de ataque. Es que China Suárez-Conejo Saviola fue la dupla ofensiva del equipo de pechera verde, en un segundo tiempo donde actores y futbolistas se mezclaron y el partido fue mucho más parejo.
Allí se vio lo mejor de su actuación y tuvo una oportunidad muy clara de gol, cuando encaró con decisión el arco rival y su remate fue atajado por Eduardo Rosa, actor de La Casa de las Flores, que fue la gran figura del partido. La China vivió todo el partido con mucha intensidad y dio todo lo que pudo y más. Gritó con fuerza los goles propios, se fastidió cuando la pedía y no se la pasaban, lamentó cada gol rival y no se achicó cuando tuvo que disputar una pelota con Mendieta, gladiador de mil batallas. Vivió el partido a mil hasta que pidió el cambio, sabiendo que tenía que guardar energías para la otra mitad de su trabajo.
Al pie de la tribuna Fondo Sur, donde suele ubicarse el público más caliente del Aleti, se realizó la zona mixta donde la China fue la más requerida entre las estrellas. Con lentes oscuros, los botines en la mano y una sonrisa que solo se le fue cuando le nombraron a Mauro Icardi, la actriz respondió preguntas de los colegas de todo el continente. “Al principio estaba nerviosa porque son muy profesionales”, admitió la ex Casi ángeles que se permitió bromear con la actuación de su equipo: “Parecíamos minions corriendo atrás de la pelota y ellos hacían ‘tic tic tic’ y gol”. Pero fundamentalmente, se mostró contenta de compartir un rato con colegas y sobre todo por una causa solidaria.
También expresó su alegría por entregar un premio en la gala del próximo domingo: “Soy fan de los Platino y espero que sigan por muchos años más”, anheló y contó su alegría por reencontrarse con su amiga Lali Espósito, que será la presentadora de la gran fiesta del domingo, aunque no quiso revelar ni sus planes privados ni lo que ocurrirá durante la premiación.
Con los botines en la mano, la camiseta arremangada y un semblante entre el cansancio y la satisfacción, la China siguió su recorrida por la zona mixta. Gambeteando las preguntas que no quería contestar. Encarando hacia aquellas que veía cómodas. Y acelerando cuando vio que todo había terminado. Como había hecho instantes atrás en el césped del Wanda, cuando con su simpatía y su actitud se robó los flashes de la prensa iberoamericana.
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