Qué fue de la vida de Martín Pepa, el ex Gran Hermano que compró 15 kilos de lechuga

El joven habló con Teleshow y recordó el divertido episodio que lo catapultó a la fama. Además contó cómo vivió un nuevo encierro durante la pandemia y cuál es su actual profesión

Martín Pepa (Foto: @martinpepaok)

Diciembre de 2010, por la pantalla de Telefe se emite un reality clásico ya en todo el mundo: Gran Hermano. A nivel local, la sexta edición. 24 participantes conviviendo 24 horas, los 7 días de la semana, aislados de todo y de todos, con un presupuesto acotado para subsistir y con pocas actividades para hacer correr las horas. Se incorporan retos para hacerlo más dinámico, una prueba semanal que divide o multiplica el dinero destinado a las compras. Y qué comience el juego.

La nómina se empieza a achicar, quedan 20 participantes y el disponible para comprar víveres reducido al mínimo, se perdió la prueba y se viene una semana difícil. La voz en off, el Gran Hermano, llama a Martín Pepa al confesionario para detallar el pedido al supermercado. El joven deja de jugar al pool y encara la tarea. Risueño, comienza a elaborar el listado sabiendo que sus elecciones traerán conflictos: solo 4 kilos de lomo, tres paquetes de galletitas, nada de cigarrillos, casi nulos productos para el desayuno y 15 kilos de lechuga. Un rato después, llega el pedido, bolsas sueltas y una caja enorme llena de hojas verdes. Sorpresa, discusiones y la pregunta: ¿qué hacemos con tanta lechuga? Y con ese interrogante, la respuesta que aún hoy, doce años después, le recuerdan cada vez que lo reconocen por la calle: ¡una tortilla de lechuga!

Martín Pepa compra 15 kilos de lechuga en su paso por Gran Hermano 2011

Su paso por el reality quedará en la historia por la compra más insólita pero también, por haber contado que en sus años viviendo en el campo, el joven oriundo de La Pampa había tenido intimidad con una oveja. Todas estrategias pensadas antes de entrar al programa, cuando un amigo le avisó que se abría el casting y que tal vez, era su chance para ingresar en el medio que tanto le atraía desde chico. Mal no le fue: si bien el gran ganador fue Christian U -quién salió y volvió a entrar a la casa fortalecido-, luego de 140 días de aislamiento ininterrumpidos, Pepa quedó en cuarto lugar y se llevó un Fiat Uno 0 km con el que pudo reemplazar su viejo Fiat Duna, dos años de gira por todo el país haciendo presencias en boliches y el camino allanado para comenzar a desarrollar su propia carrera.

Martín Pepa compró 15 kilos de lechuga en su paso por Gran Hermano 2011 y esa acción lo volvió inolvidable

Ya fuera de la casa, comenzó a trabajar como productor para señales como Telefe, Disney, Nickelodeon; y hasta se probó en la conducción del ciclo Sumá miles de pesos, un programa de juegos telefónicos por la pantalla de El Trece. En paralelo, junto a su hermano Mariano, montó Grow Up, una agencia de comunicación integral para políticos y empresas, que además está enfocada al universo gaming. “Soy un fanático, le dedico muchas horas de mi vida a hablar con productores, a ver canales de afuera, miro programas, siempre quiero ver cosas nuevas y obviamente miro mucho Twitch porque es nuestro foco. Ojalá que la tele se acerque más al gaming que es una forma de acercarse a los jóvenes”, comenta Pepa en diálogo con Teleshow.

Más de una década después, el ex hermanito, afirma tener el mejor recuerdo de su paso por el programa y no haberse arrepentido nunca de entrar a la casa más famosa: “Yo me arrepiento de lo que no hago”. Del reality, además, se llevó un amigo para toda la vida. “Lo mejor que me dio el programa es mi relación con Martín Anchorena, que es otro participante que es piloto. De hecho, el otro día estuvimos piloteando y creo que en breve voy a hacer el curso. Estoy en esa movida, aprendiendo un poco porque me gusta”, promete entusiasmado.

De Gran Hermano se llevó dos cosas fundamentales: recuerdos y una amistad con el piloto Martín Anchorena, quien le está contagiando las ganas de pilotear aviones

“Me llevo recuerdos y personas, tuve dos novias también de Gran Hermano”, dice en referencia a su ex compañera, Jésica Hereñú con quien tuvo un coqueteo puertas adentro y una relación posterior, estable, de dos años y medio; y con Nadia Terazzolo, la primera expulsada de GH 2015. “Luego tuve una novia rusa, que ya es una ex también, la verdad que las tres fueron unas genias”, jura el joven que está por cumplir 35 años.

Cero traumas aclara que le dejó la casa y el encierro, a comparación de otros participantes como Tamara Paganini que relató, hace algunas semanas, el calvario que vivió durante estos años. “El paso por la casa, pero sobre todo la salida fue alucinante, yo lo disfruté muchísimo. Por momentos se hacía medio raro porque por un lado perdías la privacidad pero si te gusta el durazno, bancate la pelusa. Ni te metas a un programa así. Lo que sí no te imaginás es el nivel de la exposición, de repente tenían que cortar una calle porque salías vos, o la gente pagaba para ir a verte y sacarse una foto con una cámara digital”, repasa del post encierro y cuenta que los fines de semana se subía a un avión y recorría el país haciendo boliches y eventos.

Martí­n Pepa y Jésica Hereñú: después de la casa y el encierro formalizaron su relación

“Yo la pasé muy bien, he tenido momentos complicados como todo el mundo porque tu familia no está preparada para que de la nada aparezca alguien hablando mal de vos y no poder contestar, pero con el correr del tiempo el balance es positivo. No me quedo a ver la destrucción de la experiencia sino más bien la construcción, no me puedo quejar, nunca reniego y si lo puedo capitalizar, lo hago”, afirma quien durante sus viajes se tomaba días extras y se dedicaba a recorrer cada una de las provincias que visitaba.

De las denuncias sobre maltratos, acoso y propuestas indecentes que otros participantes afirman haber sufrido por parte de miembros de la producción, Martín Pepa dice no estar enterado. “Creo que son temas delicados, desde mi lado no vi nada de ese estilo, tanto en la edición que me tocó como mientras estuve trabajando en en canal. Cualquier persona que trabaja en medios sabe que eso existe, los productores no son personas ajenas a la gente, el que es malo no importa de qué trabaje, puede ser taxista, remisero o productor de televisión”, asegura y deja en claro su postura sobre este tipo de declaraciones públicas: “No me gusta meterme en estos temas porque hay una verdadera lucha de las mujeres que es sumamente importante y hay que tratarla con muchísimo respeto desde todo punto de vista. Ya sea como hombres, tratando de construir con mis amigos y el entorno para que nos vayamos deconstruyendo hasta, como pasa muchas veces, acusar o tirar algo al aire sin tener pruebas, algo con la que tampoco estoy de acuerdo”.

Fanático de los programas de televisión, Martín confiesa no haber visto El Hotel de los famosos: “Vi solo lo que suben a Twitter, porque es donde me informo, pero sé que de números no anduvo tan mal y se entiende que hay una falta de realities. Claramente vamos en ese camino, si mirás la tele de afuera, queda poco espacio para los programas de otro tipo. Necesitamos programas de entretenimientos porque la gente necesita desconectar un rato”. Eso sí, él ya no querría ser participante activo de ninguno de ellos. “Ya no entraría, sí me gustaría estar desde otro lado, tal vez panelista en un debate, haciendo algo digital o produciendo, pero no me metería a menos que tenga que ver con gaming o algo más relacionado con mi nicho”, aclara.

Martín Pepa asegura que aún lo reconocen en la calle y le piden fotos (Fotos: gentileza Martín Pepa)

Experto en encierros, dice que la experiencia de la pandemia le fue más fácil que al resto de las personas. “Creo que en algún punto hay una conexión, salvando las distancias. La gente ahora vivió lo que es estar encerrado en un lugar por mucho tiempo y lo que eso genera. Si hoy mirás un poco la sociedad, la pandemia no nos hizo mejores, nos golpeó muy fuerte y la gente anda, hablando mal y pronto, con la mecha más corta, más violenta y pasan cosas que antes no pasaban: todos muy alterados, ves peleas en la calle. En vez de construir paciencia, al contrario”, analiza y asegura que esos son procesos típicos del aislamiento.

“Es lo que te pasa cuando estás mucho tiempo encerrado, las emociones son más fuertes, de repente lo que contenías lo tuviste que contener mucho más y cuando explotás, lo hacés el triple. En ese sentido fue para mí más sencillo quedarme encerrado. Ya lo viví: sabía que al principio iba a ser un viaje de turismo, qué copado, estoy en casa, pero que cuando pasara el mes y medio, el proceso sociológico es parecido: se te acabó la chispa de estar encerrado, querés salir y no podés”.

Martín Pepa se coronó en cuarto lugar en el reality

Si bien la vida lo llevó a colocarse del otro lado de las cámaras, el paso de los años no lo borró del recuerdo del público, que tampoco olvida su descomunal compra de lechugas y aún lo identifican por ese episodio. “Me lo siguen diciendo, si me encuentro con alguien en la calle o en un boliche me saludan, me piden una foto, se ríen y me lo recuerdan. Era más fuerte ser famoso antes que hoy, cuando no había redes. De hecho, adentro de la casa, sólo teníamos una cuenta en Twitter que era unidireccional”, recuerda y comenta que su hermano supo capitalizar que su apellido haya quedado ligado a esa verdura: “Mi hermano Gastón, que es ingeniero agrónomo, tiene una plantación de lechuga hidropónica en La Pampa. Así que como lechuga de primera”.

Para finalizar, Pepa deja un divertido pedido a futuro: “Cuando me muera, que alguien le ponga una lechuga a mi cajón”.

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