Desde que Carolina Pampita Ardohain los deschavó al comienzo de El Hotel de los Famosos, Sabrina Carballo y Maximiliano Chanchi Estévez revivieron su historia de amor retro. A pesar de que estuvieron juntos cuatro años, pocos recordaban esta historia que al parecer revive como si el tiempo se hubiera detenido. La actriz y el futbolista siempre dejaron en claro que el cariño estaba intacto, mientras iban saliendo a la luz mentiras y traiciones, asignaturas pendientes y arrepentimientos, hasta que a raíz de un juego en el certamen, fueron escogidos para celebrar su boda.
Y finalmente llegó el día. En medio del desafío de huéspedes y la dinámica propia del reality, la celebración contó con todos los condimentos que requería la ocasión. Por caso, la visita del diseñador Claudio Cosano y el asesor de imagen Fabián Medina Flores para colaborar en los looks que hasta entonces estaban a cargo de Matilda Blanco. Una sesión de maquillaje para la novia, que lució un Cosano legítimo, mientas que el ex futbolista optó por un elegante smoking, que lo hizo sentir por un rato James Bond.
Los invitados fueron llegando al jardín donde todo estaba dispuesto para la ocasión. Una orquesta de cuerdas ejecutaba una melodía romántica, con una inmensa luna llena como testigo y una decoración de adornos florales y luces. Gabriel Oliveri, gerente del hotel, hizo las veces de maestro de ceremonia, y la marcha nupcial marcó el ingreso de la novia, del brazo de su padrino, Rodrigo Noya.
Por un instante, los novios se mostraron nerviosos y tentados, sin entender del todo lo que estaba pasando. Pero a medida que avanzaba la ceremonia, con todos los detalles que tiene que tener un casamiento, fueron tomándoselo más en serio. Y los sentimientos fueron aflorando y se manifestaron en las lágrimas, que una vez que se hicieron presentes no se fueron más.
“Esto tendría que haber sido hace 15 años, ellos tenían un proyecto de familia, de hijos, de mascotas y de una vida en común”, introdujo Oliveri y relató una charla ocasional entre los pretendientes, en el que se habían manifestado mutuamente que el amor que sentían permanecía intacto. “Ella dejó entrever que se equivocó 15 años atrás porque sentía que no estaba preparada para el amor”, agregó, mientras la actriz escuchaba con una risa nerviosa.
“Recuperar el amor es un milagro y ojalá se puedan unir en cuerpo y alma en esta ceremonia. Invito al novio a besar a la novia”, prosiguió Oliveri, y el beso se produjo ante la ovación de todos los participantes. Siguieron los anillos, y el primero fue el Chanchi, que contó lo que sentía en medio de una profunda emoción: “La vida nos da una posibilidad de revivir lo que no fue. Sos una mujer increíble, estuve super enamorado de vos. Gracias por regalarme este momento que hoy se hace realidad”, y se fundieron en un abrazo.
Cuando llegó su turno, y completamente conmovida, Sabrina dijo lo suyo. “Fuiste sos y serás una de las personas más importantes de mi vida. Fuiste mi gran amor, conocí a esa persona que era mi extensión, que nos entendíamos con mirarnos. Soy una agradecida de la vida, de haberte conocido, haber estado con vos”, enumeró la actriz, como preludio al momento más emotivo de la jornada.
“También te pido perdón si te lastimé”, soltó la actriz y su flamante esposo rompió en llanto. Se abrazaron, y como último guiño, la cámara tomó un tatuaje en el brazo de Sabrina con la frase “Creer en el amor” escrita en inglés. “Que esta noche sea el comienzo de una gran fiesta y por ahí un gran reencuentro”, cerró Oliveri dando inicio al vals y poniendo fin a la compostura.
Los invitaron comieron asado, bebieron vino y bailaron al ritmo de clásicos de todos los tiempos. Se descontrolaron con el carnaval carioca y degustaron la mesa de dulces. Hubo ramo de flores que terminó en manos de Silvina Luna, quien festejó con un pico con Martín Salwe abriendo quizás una nueva historia de amor dentro del hotel. Y también hubo noche de bodas, pero para saber lo que pasó, habrá que esperar al próximo capítulo.
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