“Me voy a hacer un tratamiento y voy a disfrutar”, dijo María Valenzuela antes de tomar un avión don destino a Ushuaia, en donde la espera su amigo y odontólogo Marcelo Carta, quien le realizará un nuevo tratamiento para arreglar la mala praxis que recibió hace tres años para colocarse implantes dentales. “Él podría haber venido acá, pero para hacerlo prefiere que yo esté allá, que me saque el estrés de esta ciudad, porque tengo que estar tranquila para poder asimilar bien todo lo que me ponga. Me voy a hacer de todo: ya me tiene preparado masaje, peluquería, pedicuría. Todo el recauchutaje que no no me puedo hacer acá”, continuó sobre lo que hará durante sus días en el sur.
Luego, habló de lo que sufrió con el tratamiento anterior, por el cual no pudo comer y llegó a pesar 35 kilos. “La pasé muy mal estos tres años y no podía hacer nada porque estaba la pandemia, no había ningún odontólogo que atendiera, así que estuve encerrada comiendo papilla, angustiándome, masticando cada pedacito de pollo 15 minutos hasta que me podía el hartazgo, la angustia, y largaba la comida. No quería saber nada más”, relató. “Unos meses después de hacerme el tratamiento mojé una medialuna, mordí y sentí un crack y se me quebró acá”, dijo señalando una muela. Y agregó que se comunicó por WhatsApp durante tres años con el odontólogo que le hizo el tratamiento, hasta que el profesional se negó a darle los datos de su aseguradora, provocando el enojo de la actriz.
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Durante estos tres años, María debió ser internada en reiteradas ocasiones. “Llegué a pesar 35 kilos cuando decidí escracharlo. Yo estaba sensible y todo me afectaba”, contó en una nota en Socios del espectáculo, por El Trece y reprodujo algunos de los descalificativos que recibía a través de las redes sociales: “Que era un monstruo, que era una calavera, que estaba espantosa”.
“¿Tuviste el apoyo que esperabas?”, le preguntó el cronista del ciclo que conducen Rodrigo Lussich y Adrián Pallares por El Trece, y la actriz fue categórica en su respuesta: “No, de la gente que yo esperaba, de mis colegas, no. Tengo más de 50 años de profesión... colegas que yo esperaba un llamado, un mensaje por Instagram, nothing (nada). Hubo algunos que sí, pero los que yo más pensaba, nadie. Y compañeras de las últimas cosas he hecho, nada... Con los dedos de las manos”.
Y recordó la frase con la que su hijo menor la describe: “Mamá no le pone el pecho a las balas, mamá le pone el pecho al tren bala”. “Estoy acostumbrada a eso, es mi esencia. Mi vida no ha sido fácil, pero hay que seguir adelante”, concluyó María Valenzuela.
Días atrás, antes de su viaje al sur, la actriz había contado que también deberá realizarse una cirugía en la que se quitará los implantes mamarios. “Tengo bultos, está todo encapsulado, mal. Me voy a sacar las prótesis y me voy a quedar con lo que tenga”, había contado y agregado que por ese entonces no podía realizar determinados movimientos, producto del dolor que tenía.
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