Suena inverosímil afirmar que una película de terror es capaz de predecir una pandemia. Sin embargo, El último zombi, del director Martín Basterretche, puede jactarse un poco de eso. Porque, sin quererlo, su guion está lleno de palabras que hoy nos resultan habituales, como cuarentena, contagios y epidemiólogos, pero que en febrero de 2020, cuando terminó de rodarse el film, no lo eran tanto. Tras un exitoso paso por festivales internacionales, la película llegó el jueves a los cines de Argentina para que los fanáticos del terror (y los no tanto) puedan disfrutar de una historia de zombis distinta a las que estamos acostumbrados.
La película presenta a Nicolás Finnigan (Matías Desiderio), un científico especialista en genética que sale en busca de un prestigioso médico desaparecido (Tony Lestingi) y de quien se sospecha se encuentra experimentando con humanos. La investigación lo lleva a un balneario ficticio de la costa donde se cree fue visto por última vez. El lugar, Santa Sofía del Mar, es famoso por su spa, y al parecer la esposa del médico desaparecido contrajo una enfermedad allí, que la terminó convirtiendo en una especie de zombi. Finnigan, en su afán de llegar a la verdad, decide trasladarse a este balneario apartado y alojarse en una vieja hostería que esconde muchos secretos.
El paralelismo con la pandemia se da a partir de esta “infección zombi” que arrasa con la ciudad y que obliga a los turistas a permanecer encerrados en cuarentena. “Ya estaba en el aire el tema del coronavirus cuando estábamos filmando y se dispuso la cuarentena ocho días después de que terminamos el rodaje. Si eso hubiera ocurrido durante la filmación, habría sido una catástrofe desde el punto de vista de producción”, cuenta Martín Basterretche en diálogo con Infobae.
“Nuestra historia ya traía muchos de los temas de la pandemia. Hay infectólogos, sospechas de virus, contagios masivos. Creo que ahora se le pueda dar una lectura más que nosotros no habíamos pensado en esos términos”, explica el director que con El último zombi, coescrita con Melina Cherro y filmada íntegramente en La Plata, cierra la trilogía de Santa Sofía del Mar, la ciudad ficticia en la que también transcurren Punto ciego y Devoto, la invasión silenciosa.
Con respecto a los zombis de la película, Basterretche los diferencia de los típicos hollywoodenses que se muestran “más fuertes y veloces que los humanos, que muerden y se alimentan de carne viva”. “Nosotros quisimos corrernos de eso y decidimos volver al género clásico, que trata al zombi en el sentido original, es decir, en el vudú centroamericano. Son no muertos, almas sin pena que vagan con una especie de tristeza hasta que logran encontrar su destino final”, describe el director sobre las estrellas de su largometraje.
Sobre la actualidad del cine de terror en Argentina, Basterretche asegura que “está en auge”. “Somos muchos los que nos dedicamos a este género y hoy estamos contentos. No creo que existan prejuicios, sino que hay distancia. Nos cuesta hacernos ver y que nos encuentren. Es un género de nicho en el buen sentido de la palabra. Tiene la particularidad de ser más pequeño, pero a la vez es mucho más decidido”, explica.
Clara Kovacic es la referente del cine de terror en Argentina. Por eso no sorprende que Basterretche la haya convocado para protagonizar su película. “Para mí fue como una profecía. Mientras filmábamos era muy loco ver como el mundo se venía abajo de la misma manera que en el guion de la película”, cuenta la scream queen argentina a Infobae sobre las similitudes del filme con la pandemia. Una scream queen, o “reina del grito”, es una actriz fuertemente relacionada con el cine de terror.
Kovacic, que describe la película como de “terror cósmico”, dice que no es una “típica de zombis que comen carne humana”. “Estos seres quieren contagiar, quieren el fin del mundo. Esto es mucho más parecido a El príncipe de las tinieblas, de John Carpenter, que es como el devenir del fin del mundo, y no tanto una historia de zombis que comen tripas porque no es cine gore, no hay sangre en la película”.
Su personaje (Pato) tiene la cuota de humor necesaria para distender el clima denso que ofrece la película. “Me encantó interpretarla. Es caricaturesco, una mezcla de comedia y locura que realmente no puede tolerar el fin del mundo y sufre un brote psicótico. Es una típica hippie falsa espiritualista que cuando le pasa algo malo se quiebra en pedazos”, explica la actriz de ascendencia croata.
La carrera de Clara dio un giro enorme a fines de 2021 cuando Netflix estrenó Don’t look up, la película de Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep en la que la artista argentina tuvo una participación. “Me dio una visibilidad que agradezco un montón. Es obviamente un logro importante para tener en el CV tanto afuera como en Argentina. Por más que siempre voy a hacer cine independiente porque me encanta, también me gusta trascender y poder hacer algo un poco más comercial”, cuenta. Gracias a su papel en la película de Adam McKay, le surgieron nuevos proyectos que la tienen muy ocupada hoy, entre ellos las series Robo mundial de Star+ y Días de gallos de HBO.
El último zombi, que también cuenta con las actuaciones de Alexia Moyano, Adriana Ferrer, Sofía Kali, Maia Francia, Luis Longhi, Francisco González Gil y Federico Aimetta, se puede ver en los cines de la cadena Hoyts (Abasto, Unicenter y Quilmes), en Showcase (Haedo y Norte) y en el Gaumont.
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