En la noche del miércoles en Los 8 escalones del millón, Matías Hernández se ganó el premio que cada programa otorga el ciclo conducido por Guido Kaczka. Al principio, el hombre había llamado la atención de todos al contar que trabaja como vendedor ambulante de sahumerios en la Línea 184, y hasta se animó a recitar su speech de todos los días. Además, reveló que está por recibirse de profesor de historia, que usaría la plata para poder mudarse del hotel en el que vive y también para ayudar a su hija en sus estudios en la Universidad Nacional del Arte.
A la hora de competir, Matías fue contundente. Habiendo ingresado con el 90 por ciento de las respuestas correctos, hizo un recorrido casi perfecto con un solo error y completó seis luces verdes en la final. Al hacerse del millón de pesos, aceptó la invitación de Guido para volver en el jueves, en la edición vespertina del programa, donde tuvo un desempeño aún mejor.
Matías fue sorteando los escalones sin cometer errores. Promediando el recorrido, fue consultado por Guido acerca de qué haría en caso de volver a ganar el millón. “Me voy a tunear un poco, me voy a hacer la dentadura”, adelantó el vendedor que también prometió un asado para sus ocasionales compañeros de la 184 para lo que no pensaba dejar nadie afuera. “Con los conductores, los delegados, los inspectores”, enumeró. “Pensé que entraba entre los conductores”, protestó Guido, pero el participante no se hizo el desentendido: “Podés venir, estás invitado”, señaló, y advirtió que aunque no ganara el segundo premio, lo iba a hacer igual en señal de agradecimiento.
Matías llegó a la final con Ana, y la competencia fue muy pareja. Con ocho preguntas realizadas, aventajaba a su competidora por 7 luces verdes a 6, cuando llegó la pregunta final. La encargada de formularla fue la actriz y cantante Josefina Scaglione, protagonista de Drácula. El musical, que indagó en el tema comedias musicales: “¿Cuál de estas obras estrenadas en Broadway es la más taquillera de la historia?”, preguntó la actriz. Los dos coincidieron en marcar la opción A, correspondiente a El Rey León. Y era la correcta.
Matías volvió a vivir la película de horas atrás: la música épica, el papel picado y el cheque gigante, ahora con un importe de 2 millones. Después de festejar con los otros participantes y con el jurado, recibió la invitación de rigor de Guido. “Esta noche, está la segunda edición, sería por los tres millones...”, inició el conductor, pero Matías no lo dejó terminar. “No me voy a quedar, hasta acá llegué. No soy demasiado ambicioso y con esto es más que suficiente. Yo sé que no se abandona un éxito, lo aprendí de Carmen”, agregó haciendo reír al jurado que no terminaba de entender su decisión.
Tanto el conductor como el periodista Martín Liberman le insistieron, argumentando que le veían pasta para seguir por varios programas. Pero Matías se mantuvo en su postura. “Que Ana tenga la posibilidad, tengo la cabeza explotada. Ya está, me fui”, sentenció. Y se despidió con su sello. “Vuelvo al anonimato, aunque casi, porque en el bondi me conocen todos”. Por cuarta vez en lo que va del ciclo, un participante decidió retirarse y no defender el premio. Entonces, Guido aplicó lo que suele hacer en estos casos y es preguntarle a la finalista. Y Ana no lo dudó un segundo. “Me dio la oportunidad y se lo agradezco un montón, es un fenómeno”, respondió emocionada por el gesto y la posibilidad de tener revancha en el programa de esta noche.
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