Cada puerta que se abre en Bienvenidos a bordo es un ingreso directo a lo desconocido. El concurso más reconocible es el de los “parecidos”, que a esta altura ya son un clásico, que abarca desde semejanzas muy logradas a algunas demasiado rebuscadas, pero igualmente desopilante. Y ahora la producción decidió sumar otra categoría para invitar a los participantes que se acerquen al programa. Se trata de “Pelazo”, que interpela los looks de grandes y chicos que consideren que tienen algo para ofrecer. Y en el programa del miércoles, una joven dejó perplejos a la conductora Laurita Fernández y a todos los que la acompañaban en el programa de El Trece.
Detrás de la puerta, asomaba la extensa cabellera de Johana que cautivó de inmediato a la conductora. Pidió permiso para tomar uno de los mechones para mostrar un adelanto de lo que iba a ver el público. Hasta que se abrió la puerta y la participante, de espaldas a la cámara dejaba ver su cabellera tan larga que casi tocaba el piso. “¿Hace cuánto no te cortás el pelo?”, preguntó Laurita y la respuesta fue contundente. “Hace 19 años”.
La bailarina tuvo que repetirlo tres veces para creerlo. Sí, 19 años, ni uno más ni uno menos, mientras la cámara hacía un primer plano para demostrar que los últimos mechones llegaban a los tobillos. La curiosidad se apoderó de Laurita que no sabía por donde empezar a hacerle preguntas: “¿Cuánto tardás en bañarte?”, empezó. “Media hora, cuarenta minutos solo lavándome el pelo”, respondió, y la conductora imaginó que no sería una buena compañera para ir de viaje: “No podés ir a la costa con ella, no te rinde el termo”, bromeó.
Johana fue respondiendo cada pregunta de la conductora, que ondulaba con su cabellera como niña con juguete nuevo. Así el shampoo y la crema enjuague no le duraba más de 15 días y que tenía que reponerlo. También que en reiteradas oportunidades le ofrecieron comprarle el pelo para hacer extensiones, pero ella no aceptó. Mientras tanto, igual de impactados estaban Hernán Drago y Adabel Guerrero, quienes tampoco podían creer lo que veían sus ojos.
Luego de un rato de permanecer de espaldas a la cámara, Laurita la invitó a darse vuelta para verle finalmente la cara. Pero el tiempo de las preguntas no había terminado. Laurita quería saber más cosas, por ejemplo, qué era lo más molesto de tener el pelo tan largo. “Tenerlo suelto. Cuando subo la escalera a veces me lo piso”, reveló. Y fue más allá: “También al agacharme me toca el piso”, agregó, y flexionó las rodillas para demostrarlo.
“¿Me ayudás con el taco?”, siguió bromeando la conductora, para invitarla una vez más a agacharse. Y efectivamente, su cabello volvió a tocar el piso. Pero como se sabe, el tiempo es tirano en televisión y era momento de continuar con la rutina del programa. “Sos muy linda y es increíble tu pelo”, la elogió Laurita con tono de circunstancia, antes de tomarla de la mano y pedirle que la acompañe para recibir al siguiente participante. “Mi pelo es una porquería al lado del de ella”, lamentó la ex Bailando por un sueño antes de emprender el camino hacia la puerta: “Es como la embajadora de la puerta del pelazo”, agregó la bailarina, entre los aplausos de todo el estudio.
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