Litto Nebbia adelanta su debut en Lollapalooza: “Fue una sorpresa que me invitaran, me verá otra clase de público”

En entrevista con Teleshow, habla de sus últimos trabajos y de lo que le provocó que Alberto Fernández citara una de sus canciones en un discurso: “Los políticos están tan ocupados con la política que no escuchan música, lo cual me parece que es un error”, dice el rosarino

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Litto Nebbia toca este sábado en Lollapalooza Argentina (Fotos: Gentileza Lollapalooza Argentina)
Litto Nebbia toca este sábado en Lollapalooza Argentina (Fotos: Gentileza Lollapalooza Argentina)

Una tradición no escrita de Lollapalooza Argentina es que suele engalanar su grilla con algún nombre dorado del rock argentino. Alguna vez tocó León Gieco, otra vez fue Fito Páez. Y para este 2022, llegará el turno de Litto Nebbia, uno de los indiscutibles fundadores de esta cultura.

“Estoy muy contento porque es la primera vez que toco ahí y fue una sorpresa que me hayan invitado. Me gusta porque dentro de mi extensa carrera he tocado y toco por todos lados, así que esto suma un brochecito más al estar en un lugar en donde seguramente me va a ver otra clase de público”, le cuenta Nebbia a Teleshow.

Para este sábado -toca a las 17 en el escenario Samsung- preparó un formato en quinteto: Tomás y Nica Corley -del grupo Los Reyes del Falsete- en batería y guitarra / bajo, respectivamente; Ariel Minimal, de Pez, en “guitarras solistas” y voz; y el flautista y tecladista Leopoldo Deza. “Y yo voy alternando según los temas, como siempre, un poco con piano y un poco con guitarra y siempre cantando”, apunta el fundador de Los Gatos.

Vengo acostumbrado a que gran parte de la música que yo escribí, justamente, de adolescente, al día de hoy se ha ido traspasando de mano en mano por generaciones. Creo que se debe, antes que nada, a que muchas de las primeras canciones que escribimos -como ‘El rey lloró', ‘La balsa’, ‘Ayer nomás’, ‘Viento dile a la lluvia’- han quedado como clásicos dorados en el recuerdo y en el afecto de mucha gente, y eso permite que el paso del tiempo haga que siempre estén revitalizadas. Son canciones que han quedado marcadas como otras de Almendra y de Manal. Pero también estoy acostumbrado a que se sume gente nueva por esta extensa carrera que tengo y porque soy un tipo muy movedizo: estoy todo el tiempo grabando cosas nuevas. Eso hace que, de golpe, tenga una partecita de público que a lo mejor son tipos que me conocieron hace cinco discos atrás. Y yo tengo más de 100 álbumes”, dice el músico rosarino de 73 años.

—¿Pensás en el público a la hora de armar el repertorio, en donde sea que toques?

—Mi gran preocupación es poder armar un repertorio que tenga poder de síntesis para lo que es mi manera de tocar, de cantar y de cómo voy escribiendo la música. No me gusta quedar enganchado en “el kiosco”, que lo solucionás cantando las 10 canciones más famosas que tengas. Siempre pienso en el tiempo que voy a estar tocando para poder armar un show en donde tengas una suerte de recorrido de muchas canciones, algunas muy conocidas y otras que no las escuchaste en tu vida. Quiero que se note eso porque es una característica de la música que hago, de cómo yo toco y lo he mantenido a través del tiempo. Hoy en día hay música a rolete por todos lados, pero la mayoría de esa música, instrumentalmente, suena bastante parecida. Lo digo sin subestimar a nadie, pero lo que yo hago no tiene nada que ver con cierto tipo de shows que hay, que a veces veo que sale alguien y dice: “Bueno, vamos a hacer una que sepamos todos”. A lo mejor acá nadie sabe ninguna de las que voy a tocar (se ríe). No lo hago en contra de nadie ni de desprecio, ni nada. Es mi manera.

"No me gusta quedar enganchado en 'el kiosco', que lo solucionás cantando las diez canciones más famosas que tengas", dice Litto Nebbia sobre su show
"No me gusta quedar enganchado en 'el kiosco', que lo solucionás cantando las diez canciones más famosas que tengas", dice Litto Nebbia sobre su show

—¿Cómo te tomás los motes de prócer o fundador que parecen perseguirte?

—Trato de tomármelo con calma. Cualquier elogio que venga a lo que vos hacés, hace bien, porque todos tenemos nuestra vanidad. El músico, el artista, necesita reconocimiento por lo suyo, pero yo me lo tomo con calma porque a veces aparecen tipos totalmente fanáticos y a mí me da mucho pudor. Justamente por mi carácter: yo soy muy tímido... Aunque después hablo como un loro, soy muy tímido. Creo que esos motes, en algunos casos, es por gente que realmente te tiene cariño por algo. Y yo digo: “¿Por qué será el cariño?”. Creo que tiene que ver con las canciones, que tienen ese milagro: vos hacés un tema que dura dos minutos y medio y a veces tiene el don de gustar, de que un montón gente de distintas generaciones se sienta identificada, porque vos, sin querer, representás o estás diciendo algo que alguna vez en la vida les pasó o les va a pasar. En mis letras, yo narro mucho sobre la evocación, no por extrañar el pasado, sino porque creo que el pasado es el causante del presente que uno vive. En estas cosas en las que describo mi hogar, mi tierra, mis sueños, mis cosas, es donde está el origen de por qué uno se para así frente a la vida. Y cuando alguien lo pesca, le llega mucho y lo aprecia.

—El año pasado se publicó un libro en el que se recopilan casi 300 letras tuyas. ¿Cómo lo hiciste, teniendo en cuenta la gran cantidad de canciones que escribiste?

—Tengo escritas cerca de 1300 canciones, entonces decidí elegir una alta porción de canciones para que se refleje la evolución cronológica de cómo yo he ido escribiendo. No quise armar un libro con “lo mejor que hice en mi vida”, porque no hay “lo mejor”: acá hay lo que ha ido pasando. Comienza con dos letritas que he escrito a los 12, 13 años, que son dos garabatitos. Y en total son 268 letras: las últimas fueron escritas ahora, en el 2021. Me interesó que quien lo vaya leyendo y que no necesariamente conozca todas mis canciones, se vaya dando cuenta, por el ambiente que tiene cada una de las letras, de las épocas por las que voy pasando.

—Recién hablabas del carácter evocativo de tu música. ¿Con qué te encontraste al repasar tus propios textos?

—Un autor tiene muchas obsesiones: yo escribo mucho sobre la libertad, la lealtad, sobre reafirmarse con la identidad con la que uno nace. Lo que va cambiando el entorno y la manera en que yo la narro según la edad que tengo. Una cosa es una canción mía sobre la libertad como “Viento dile a la lluvia”, que la hice cuando estaba por cumplir 20 años, donde ahí tomé como idea esa metáfora en la que el pájaro le pide a la lluvia que pare porque sino no se puede ir volando libremente con su compañera. Y otra cosa es cuando escribo, a mis 40 años, “Yo no permito”. Pero estoy hablando siempre de lo mismo: de la necesidad de libertad, de plenitud en la vida.

—También editaste el disco Nunca encontraré una casa como la que hay en mí. ¿Sos vos el bebé que se ve en la portada?

¿Sabés quién es la que está en la tapa? Es la hija de mi hija. Yo no uso la palabra “nieta”, ni “nuera” ni “suegro”, me parece que son palabras duras. La hija de mi hija acaba de cumplir tres años, pero la foto es de cuanto tenía dos meses. Es muy hermosa. Se la sacó una amiga de mi hija y cuando la vi, con esa expresión, se la pedí porque en algún lado la iba a usar. Y sí, tiene mi mirada. Pero claro, en ningún lado está aclarado en forma directa que es la hija de mi hija Miranda. Encima nació el 3 de abril, el día que nació Marlon Brando, cosa que me encanta porque yo que soy un loco por el cine.

"En mis canciones estoy hablando siempre de lo mismo: de la necesidad de libertad, de plenitud en la vida", cuenta Litto Nebbia
"En mis canciones estoy hablando siempre de lo mismo: de la necesidad de libertad, de plenitud en la vida", cuenta Litto Nebbia

—La frase “Nunca encontraré una casa como la que hay en mí” puede encontrar varios sentidos, especialmente en la época de pandemia y confinamiento que venimos atravesando. ¿A vos qué te significa?

—Es una frase que se me ocurrió en el año 1970, tratando de revalorizar esto de que uno tiene que conocerse y que todo lo que uno va a hacer, debería estar relacionado con todo lo que uno tiene de sentimiento guardado. Esa para mí es la construcción del conocimiento y de tirar para afuera todo el cariño, todo lo que uno tenga, todo lo que uno va a hacer. En ese momento se me ocurrió un título como si fuera para una película. Valga decir: nunca voy a sentirme tan resguardado, tan bien, tan protegido, como aquí dentro de mi corazón. Hice la canción pero no la grabé nunca. Cuando llegó el momento de este disco, que salió a fines del año pasado, con temas prácticamente nuevos, del 2020 y el 2021, me acordé de la canción y aproveché para grabarla.

—Por tu vida pasaste por muchas cosas: una infancia austera, hacer rock en una época de resistencia, el exilio... ¿Alguna vez te imaginaste que un presidente argentino citaría una canción tuya en un discurso?

—(Se ríe) No, es algo raro. La vez pasada hablábamos de eso con Moris y él me dijo: “Che, es la primera vez que hay un presidente al que le gusta Litto Nebbia y Moris... ¡Qué bueno! (vuelve a reírse). Con la adolescencia que tuve no solo yo, sino todo el mundo en este país, la resistencia que tuvo la música esta, lo que le pasaba a los jóvenes y todo eso... ¿qué vas a pensar en eso? ¡Imposible! Pero bueno, los tiempos van cambiando y de pronto se dan este tipo de cosas que, por cierto, son de una gran satisfacción para uno. Apareció alguien (por Alberto Fernández) que está bien aproximado generacionalmente a uno y que conoce mucho de los comienzos de nuestra música, porque toca la viola y es fanático. Por cholulismo o por lo que sea, yo estuve con otros políticos y no tienen ni un disco. No mío, ¡de nadie! Están tan ocupados con la política que no escuchan música, lo cual me parece que es un error. Yo creo que todo el mundo debería escuchar música, sea de la profesión que sea. La música es algo que te horada, que te limpia, que te eleva el alma. Es una cosa digna para desarrollarse espiritualmente. Y a veces yo me sorprendo en la vida cuando algunas pocas veces he encontrado gente que no escucha música. Qué raro que no escuchen música, ¿no? Gente que nunca se ha educado el oído para poder refinar un poco su gusto y lo que escuchan de música son cosas feas, comerciales de estas que abundan que les enchufan y les venden. Hay tanto arte hermoso en el mundo para disfrutar, para sentirse bien, que es una pena no escuchar bien.

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