La 1-5/18 va llegando a su fin y las historias empiezan a cerrarse en la ficción de Polka que se emite en las noches de El Trece. A falta de 7 capítulos, uno de los personajes principales tuvo un desenlace trágico, que sorprendió a los televidentes y al público virtual. Los buenos no suelen morir, y XX Xse convierten en héroes. Y algo de esto es lo que pasó con Bruno Medina, el personaje que construyó Gonzalo Heredia en la tira ambientada en un barrio popular.
Los hechos sucedieron en la parroquia del barrio La Peñaloza, donde el cura Lorenzo, interpretado por Esteban Lamothe se apresta para celebrar al unión de Sebastián (Luciano Cáceres) y Rita (Lali González). Lo que no saben, es que anda merodeando la zona Lautaro (Nico García Hume), que tiene unos cuantos motivos para arruinarlo todo. Por un lado, ve como la que fue su esposa está a punto de casarse con otro hombre, un médico y padre adoptivo de Matías, el hijo que tuvieron juntos y que él la obligó a vender. Y al mismo tiempo, ve cómo su red de tráfico de droga en el barrio empieza a resquebrajarse, gracias a una serie de datos descubiertos por el propio cura.
Lautaro se acerca a la parroquia con un arma dispuesto a hacer justicia por mano propia, pero en la mira los objetivos se vuelven difusos. No sabe a qué blanco atacar primero, si al que se propone destruir su negocio o al que está dispuesto a darle a Rita el amor que él no supo. Aguarda a que los recién casados y los invitados se retiren y se dispone a interceptar al cura en su habitación.
En simultáneo, a Bruno y a su novia, Gina (Ángela Leiva), con la que espera su primer hijo, se los ve más enamorados que nunca caminando por el barrio del que solo se habla del casamiento. “Pensar que los próximos podríamos ser nosotros”, le dice él como al pasar, para luego hacerle la propuesta formal: “¿Querés casarte conmigo?”. La cantante responde con evasivas, lo acusa de antiguo, le dice que solo piensa en estar con él toda la vida. Pero no hay dudas de que algo la moviliza. Y que el sí es cuestión de minutos.
El destino los lleva a la iglesia ya vacía, donde Gina acepta la propuesta formal y romántica, con rodillas aunque sin anillos. “No te tenía tan romántico”, ironiza. Lo que ellos no saben, es que en una sala contigua, Lautaro apunta al padre Juan con una pistola. Lo notan cuando los gritos lo hacen evidente y llegan a oídos de Bruno, que se dispone a interceder. Al llegar a la habitación, se trenza en un forcejeo con Lautaro hasta que se escucha un disparo que le impacta en la zona del abdomen.
Rogelio, el puntero interpretado por Yayo Guridi lleva la noticia al salón donde Lali y Sebastián festejaban su reciente unión. El médico se acerca al cuerpo de Bruno que yace moribundo en la calle y detrás suyo van llegando sus afectos. Su ex pareja Lola (Agustina Cherri), su hermano Tulio (Gregorio Barrios), todo el barrio hermanado por el dolor y aferrado a la esperanza de que ocurra un milagro. Pero Sebastián sabe que la muerte es inevitable. “Cuidala”, le susurra Bruno a su hermano, en referencia a Gina, que llora desconsoladamente viendo como se muere su gran amor y el padre del hijo que lleva en su vientre. Los avances del siguiente capítulo permiten aventurar que la vida está dispuesta a darle una nueva oportunidad.
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