“Pasaba más tiempo los domingos con Gerardo que con mi familia”. Esa frase podría sonar como queja, pero lejos de esa connotación, Patricio Muzzio está más que agradecido de haber podido trabajar los últimos cinco años al lado de Gerardo Rozín. Es que el conductor de La Peña de Morfi no lo había elegido como humorista al azar: se había “enloquecido” al escuchar sus imitaciones en Radio La Red y no dudó en convocarlo. “Me dijo: ´Yo tenía miedo de llamarte porque no creía que querías venir a La Peña´. Y yo lo escuchaba y le decía: ´¿Me llamás vos y te voy a decir que no?´”, cuenta todavía sorprendido Pato a Teleshow.
Como a tantos otros colegas, a Muzzio lo golpeó muy fuerte la muerte del productor. Este 2022 iba a ser el sexto año a su lado en el emblemático programa de Telefe. Pero en las últimas semanas, el cuadro de salud de Rozín cambió los planes y el que se iba a poner el frente era Iván De Pineda, junto a Jésica Cirio. Incluso ya habían hecho una prueba, pero siempre estaba la esperanza de que Gerardo volviera a ocupar su lugar. Por el momento, no se sabe que pasará con el ciclo -más allá de que el próximo domingo habrá un programa especial en homenaje a él -, pero de algo sí está muy seguro el humorista: “Va a ser muy duro hacer La Peña este año, sobre todo yo que hago humor. Se lo va a extrañar horrores. Por ahora estoy por respeto a él”, comenta compungido.
Es que Gerardo no fue una persona más que se cruzó en su camino. “Un animal de la tele”, lo define. “Lo veías que te estaba hablando a vos para hacer un chiste, pero a la vez estaba con la cucaracha pensando en lo que va a venir, acomodando el programa. Tenía esa cabeza de estar con vos pero a la vez en varios lugares”, describe con admiración. Pero además, destaca la calidad de los productos que hacía. “Me enseñó que podemos hacer tele sin gritar y pelear. Me llamó la atención que todos los artistas cuando iban, decían que iban porque querían y no por obligación. Sin importar si la prueba de sonido la hacían a las 10 am y tocaban a las 15. Y eso que tocaron grosos. Nunca nadie se enojó”.
—¿Cuál es el consejo más importante que te dio?
—Me lo dio en una situación muy difícil. Vos pensás que por ahí en la tele vale todo y no importa si alguien se muere, o pasa algo feo, vos tenés que seguir igual. Y me quedó algo muy importante, sobre todo de una persona que no importaba lo que tenga, laburó hasta el último día de La Peña. Cuando en marzo de 2019 se muere mi viejo un sábado, yo viajo a Rosario y el domingo estaba La Peña. Entonces él me llamó y me dijo: “Mirá, Pato, al carajo con eso de que el show tiene que continuar, vos volvé cuando tengas fuerza y lo necesites, la tele es un mundo, pero no es el mundo real”. Me llamó la atención que en el peor momento mío, él me diga esas palabras. Fue muy compasivo conmigo, siempre me respetó muchísimo.
—Encima a los pocos días de la muerte de tu padre, fuiste papá por primera vez...
—Sí, mi viejo se muere el 23 de marzo de 2019 y mi hijo nace el 3 de abril. En 10 días pasé del infierno al cielo y en el medio laburando, tratando de hacer reír a la gente, que es muy difícil cuando estás transitando un duelo. Y él me ayudó mucho, al igual que todos mis compañeros de La Peña.
Le es inevitable recordarlo con la voz un poco quebrada, pero aún así las anécdotas felices salen a la luz. “Yo sabía que cualquier chiste que le haga de Central, él se ponía como loco. Me encantaba porque él sabía que yo lo estaba jodiendo, pero a la vez se calentaba. Si lo chicaneaba con Central, esté haciendo lo que esté haciendo, él pisaba el palito y venía el debate futbolero. Era muy pasional, pero teníamos tanta confianza que nos matábamos de risa. Si estaba comiendo una medialuna, la dejaba para contestarme”, rememora.
—¿Qué es lo que más vas a extrañar a nivel personal?
—Los mensajes que nos dábamos el último tiempo. A través de Eugenia (Quibel, su última pareja), le mandaba mensajes motivacionales con distintos personajes, como para darle ánimo, y él me respondía con mucho cariño. El último lunes me estaban escuchando a través de la radio, justo fuimos a una tanda y le mandé un audio imitando a Bilardo y Eugenia me dijo: “Gracias nene, le volviste a sacar una sonrisa”. Ese fue el último contacto vía mensaje.
—¿Recordás la última vez que lo viste personalmente?
—Fue en la última Peña, en el brindis me dijo que arrancábamos con todo este año.
—Este viernes debutás con tu espectáculo “2 son multitud”, en el Paseo La Plaza, junto a Pato Benegas ¿Gerardo te había alentado con este proyecto?
—Ésta va a ser la tercera temporada y él me vino a ver con Eugenia, me dio una devolución y me dijo que le gustaba. Era muy generoso, y cuando le comenté el año pasado, me dijo que le dé para adelante. Me decía que siga jugando con los personajes, y que no me case con ninguno si a la gente no le gusta. Siempre me daba consejos y me ayudaba a promocionar la obra. Era de esas personas que nacieron para eso, para estar en los medios y enseñarnos.
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