Con muchas reuniones previas al debut del lunes 14 de marzo, María Belén Ludueña se hizo un espacio para visitar los estudios de Infobae, y agradeció la oportunidad de encontrarse por primera vez aquí. La convocatoria está relacionada con el nuevo noticiero que conducirá junto a Guillermo Andino todos los mediodías en la pantalla de América.
Se la ve entusiasmada, remarcando a cada segundo el gran trabajo previo de producción que se está haciendo, y en especial, la decisión que tomó con su compañero de que rija la empatía como motor en el noticiero: “Vamos a ponernos en el lugar del otro. Las noticias son malas, pero vamos a darlas en un tono para que no sean tan malas. Y por supuesto, informar con imparcialidad y generar un gran equipo”, asegura Ludueña.
En una charla distendida con Teleshow, la periodista analizará la actualidad de la Argentina, a la que ve “muy triste” y con “mucha angustia”. Pero además, repasa los inicios de su romance con Jorge Macri y la reacción de su familia: “Cuando mi papá supo que yo era una mujer feliz al lado de él, ya está. No tuvo prejuicios”, cuenta.
—Cuando le llegó la propuesta de conducir América Noticias, ¿qué fue lo primero que se le vino a la cabeza?
—En realidad, era la propuesta que yo quería. Tenía ganas de seguir vinculada al formato de noticias, lo que había hecho hasta acá también era un programa informativo. Y creo que el público está pidiendo noticias. Durante la pandemia justo arrancaba un programa nuevo y la gente estaba interesada por lo que estaba pasando. Tenía ganas de seguir en este formato, de seguir informando, y cuando me dijeron que Guillermo Andino iba a ser mi compañero me puse muy contenta. Creo que voy a poder aportar mi frescura y toda la experiencia, y nutrirme además de toda la experiencia de Guillermo. Ya venimos hace rato juntándonos para conocernos.
—¿Mucho ensayo?
—Todavía no hemos ensayado nada, pero sí estamos viendo los tiempos: sabemos que va a ser algo muy dinámico. Nos venimos juntando con la producción para ver desde qué lugar queremos encarar el tema de contar las noticias, porque recién decíamos: tal vez ya no hay primicias. Lo que a nosotros nos va a diferenciar es cómo contamos la noticia. Y queremos lograr un noticiero imparcial pero también que esté regido por lo que somos, por lo que nos representa: los sentimientos. O sea, si la noticia nos conmueve, nos vamos a conmover. Y también ponernos mucho en el lugar del ciudadano, del que nos está mirando.
—¿Cómo fue su inicio en los medios?
—Arranqué muy chica. A los 19 años me habían elegido Reina Nacional del Mar; yo soy marplatense. Me acuerdo que durante todo ese año hacía notas a las distintas reinas cada vez que iba o visitaba un lugar. Era como una especie de corresponsal. Después me convocó El Garage TV, que llamaban a distintas reinas del país, para conducir el programa desde su lugar, como las embajadoras. Los productores me preguntaron si yo había pensado hacer televisión porque tenía mucha pasta, y les dije que me sentía muy cómoda haciéndolo. Terminó el reinado y se me acercó un empresario marplatense de medios, de Canal 2, y me ofrece trabajar en su canal de televisión. Yo ingenua dije que sí, tenía 19 años, estaba cursando segundo año de Derecho, y me dijo que quería que sea la cara de las noticias del mediodía. Imaginate que era mucho más chica, más atrevida, y también tengo que decir que me ayudaron mucho mis compañeros porque era nueva, era una especie de outsider que llegaba al noticiero. Esa fue mi mejor escuela. Estuve cinco años trabajando para Canal 2 dando las noticias locales. Después me recibí de abogada y se me presenta una entrevista para trabajar en un juzgado, y ese mismo día tenía un casting en un canal de aire en Mar del Plata. En los dos lugares me fue bien y yo decidí asumir el compromiso en el canal, había quedado como conductora del próximo magazine informativo: Mardel directo. A partir de ese momento me di cuenta de que mi destino tenía que ver con la comunicación.
—¿Qué diferencia hay entre esa María Belén y la actual?
—Recuerdo siempre una María Belén con la misma esencia. Creo que siempre fui yo. O sea, me dediqué a ser Belén. A los lugares que iba le ponía siempre mi impronta, mi frescura. Creo que eso está intacto. Siempre fui yo. Estar en un noticiero y tener la responsabilidad de informar a una ciudad era un desafío, pero yo siempre me relajé. Nada puede fallar siendo uno mismo. Entonces, seguir ese camino que creo que es tal vez mí marca distintiva: vos me ves y ya sabés cómo soy. Soy lo que ves.
—¿Ser una misma no le trajo algunos problemas?
—He tenido un camino bien recorrido donde tuve, por ahí, algunos inconvenientes o donde me he quedado sin trabajo y tuve que definir para dónde iba o qué hacía. Y en Mar del Plata yo sabía que había llegado a un límite, es decir, ya estaba en el canal de aire de la ciudad y quería seguir creciendo. Y esa búsqueda de lo que realmente quería me llevó un tiempo. Estuve como un año ejerciendo la abogacía: era una deuda conmigo, pero no me sentí identificada ahí (risas). Yo sabía que mi camino eran los medios. Incluso la gente que me tenía muy vinculada a la tele en Mar del Plata me preguntaba, cuando estaba en los juzgados laborales: “Belén ¿qué hacés acá? Vos tenés que ir a trabajar a la tele”. Y a partir de ese momento dije: ”Me voy a dedicar a lo que tanto quiero”. Y ahí es cuando arranqué una búsqueda que me trajo hasta Buenos Aires. Vine a Buenos Aires con 30 años, habiendo vivido con mis viejos hasta esa edad.
—Nombró a sus padres. ¿Cómo viven ellos su presente?
—Muy pero muy muy contentos porque les encanta seguir mis pasos, mi camino. Son los que van a leer esta entrevista y me van a llamar y me van a preguntar: “¿Cómo te fue con Mariana?”, porque mi mamá es tremenda. Pero la verdad es que ellos me siguen con mucho cariño, porque saben que me he esforzado para estar donde estoy. Y también súper orgullosos, porque realmente hice lo que quise. O sea me esforcé, dejé mi lugar, mi zona de confort, me vine a Buenos Aires, busqué mis oportunidades, y hoy estoy acá, a días de debutar en un noticiero al mediodía. La cara de las noticias del mediodía de América. Claro, a veces yo miro la película para atrás y me sorprendo. Yo también estoy orgullosa de todo lo que hice, de todo lo que logré.
—Se encuentra en pareja con Jorge Macri. ¿Cómo es ser la novia de un político?
—Yo le quito el rol de político, pero ser la novia de Jorge me trajo la mayor felicidad en mi vida. Es un hombre que me dio mucho equilibrio, mucha templanza. Hasta ahora la relación que mayor felicidad y satisfacción me trajo. Estoy muy enamorada de Jorge. Por supuesto que al principio existían esos prejuicios: es político. Una vez que conocí a Jorge y su vocación de cerca, lo buena persona que es, me enamoré profundamente y me da muchísimo placer acompañarlo. Jorge es una persona a la que le da mucha felicidad verme crecer, cosa que no es tan fácil de que pase en las relaciones. Nos acompañamos. Lo admiro muchísimo. Creo que para mí el amor viene de la mano de la admiración. Y yo a Jorge lo admiro, lo admiro como persona, lo admiro como político después de acompañarlo y vivirlo de cerca. Lo admiro mucho en su rol de padre. También en su rol de amigo, de hermano. Jorge para mí, bueno, es un tipazo.
—¿Dónde se conocieron? ¿cómo la conquistó?
—Creo que todo es parte del destino, porque él fue de invitado a Canal 26, a La lupa, donde yo trabajaba con Paulino Rodríguez. A mí me pareció muy simpático, me había caído muy bien. Y rara vez yo pedía fotos con la gente, pero le pedí que nos saquemos una. Bueno, nos sacamos la foto, qué sé yo... Fue una cosa como que nos caímos bien los dos, como que algo pasó. Me acuerdo la fecha exacta porque subí la foto: 8 de agosto del 2017. Y un día me escribió, me dijo que me quería conocer. En ese momento yo no estaba como para conocer a alguien, pero me había parecido muy respetuoso. Lo primero que averigüé es: “¿Está solo?”. Porque hacía siete años que ya estaba divorciado. Entonces fue como una tranquilidad. Pero pobre hombre, estuve como...
—¿Lo hizo esperar mucho?
—Me tomé mi tiempo hasta que en un momento me dije: “Che, ¿cómo no le voy a dar una oportunidad a este hombre que hace un año me escribe?”. Y además, no sé, buscaba fechas como Navidad, Año Nuevo...
—¿Buscaba excusas?
—Excusas como para escribirme. Y un día me acuerdo que me dice: “¿Todavía no tenés ganas de ir a almorzar?”. Y le dije que sí. Y te juro que el día que conocí a ese hombre, que me senté a comer, dije: ”Listo, me quedo acá”. Fue muy importante para mí. Me conquistó y después fue fluyendo. No me imagino una vida sin Jorge.
—¿Cómo es la convivencia entre un político y una periodista?
—Nos complementamos muy bien. Empezamos a convivir en pandemia. ¿Viste que la pandemia a algunas parejas las separó? Bueno, a nosotros nos unió. El día que Alberto Fernández estaba anunciando que nos teníamos que encerrar, Jorge me llamó, vivía a 20 cuadras de mi casa, y me dijo: “Me parece que vas a tener que venir acá, no vas a estar sola”. La convivencia con Jorge fue muy fácil de entrada. Imaginate que él hacía tiempo que no convivía con nadie. Y yo también: tenía mi departamento, pero había convivido con mi familia hasta los 30. Y pobre hombre, tuvo que bancarse mi etapa de madrugar, porque yo me levantaba 4.30 de la mañana. Pero fue muy respetuoso de eso. Siempre nos priorizamos. Yo lo acompaño mucho en su carrera y me encanta, y a él le gusta también estar conmigo, apoyarme en mis proyectos, darme consejos. Si me pasa algo, lo primero que hago es pedirle un consejo a Jorge.
—¿Cómo reaccionó su familia cuando les dijo que estaba saliendo con Jorge Macri?
—Bueno, en realidad mi mamá siempre fue fanática de Jorge... Entonces ya era como que teníamos allanado el camino. Esto que vos decís de Jorge político fue al principio. Pero ellos se relacionan con Jorge persona, el Jorge que me hace feliz, el Jorge que nos recibe a todos en su casa y hace pastas para agasajar a mi familia. El que está siempre primero cuando me pasa algo. Me acuerdo una charla suya con mi papá donde le dijo que él venía muy serio conmigo. Hay que ser valiente como para enfrentarse a un padre y decirle eso.
—¿Cómo se llama su papá?
—Carlos, pero le dicen Michu.
—¿Y qué dijo Michu?
—Y a Michu le encantó que le dijera eso. Me acuerdo que estábamos los tres comiendo. Habíamos ido a una parrillita y le dijo: “Mirá, la verdad es que estoy enamorado de Belén”. Entonces, a partir de ahí, sabía que mi vida con él iba a ser esto que me está pasando ahora: feliz. Cuando mi papá supo que yo era una mujer feliz al lado de él, ya está. Creo que no tuvo prejuicios.
—¿Cómo ve al país hoy?
—Bueno, veo una Argentina muy triste. Veo mucha angustia. Hay un 75 % de chicos pobres en el Conurbano. Y veo los problemas de siempre: inseguridad, inflación, narcotráfico. Los que ya conocemos todos. Y también lo que veo es que hay una ruptura de la cultura del trabajo. Veo que hay mucha gente que no tiene trabajo. Y también algo que se percibe en este último tiempo es que la familia sale a laburar, salen a trabajar el hombre y la mujer, y no llegan a fin de mes. Entonces veo una Argentina muy compleja. Sí, muy triste.
—¿Cómo ve al gobierno de Alberto Fernández hasta el fin de su mandato?
—Veo a este Gobierno lamentablemente con tensiones internas. Tensiones que las hacen visibles. Yo siento que se pelean. La gente lo que quiere es que el político le resuelva los problemas. Y me parece que pierden el foco. Se pelean entre ellos: te puedo mencionar lo que pasa con Aníbal Fernández y Sergio Berni, o esto de la renuncia de Máximo Kirchner al bloque del Frente de Todos por el acuerdo (con el FMI). La agenda de la gente pasa por otro lado. Veo que se tienen que ordenar, por lo menos, para que estos dos años estemos todos; todos queremos que al país le vaya bien. Creo que ellos también tienen que hacer lo suyo y dejar las diferencias de lado.
—¿En qué rol le gustaría ver a su futuro esposo?
—Te voy a contestar como política, cosa que vengo adquiriendo cuando lo veo a Jorge, lo escucho mucho, y él dice que no es momento de hablar de candidaturas, y que los que van a terminar definiendo los lugares van a ser las personas y el tiempo. Él va a estar donde la gente quiera que esté.
—Aprendió rápido.
—(Risas) Y bueno, sí. Me parece, hablando de todo, que Juntos por el Cambio tiene muchas personas, muchas figuras relevantes y los que vamos a terminar definiendo somos nosotros. La agenda la maneja el ciudadano.
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