“Jugate (Conmigo) y Gasoleros están todo el tiempo, recién vengo de pasear a mi perra y una señora que estaba con su perro también me dijo ‘yo a vos te conozco’”. No importa cuánto tiempo pase, (ya van 30 y 24 años) los mencionados programas son parte de la cultura popular y sus personajes siguen siendo tan cercanos para sus espectadores como en aquella época. Música y actriz, Pamela Rodríguez (parte del staff de Cris Morena y Sandra en la ficción costumbrista) habló con Teleshow sobre su recuerdo de los ciclos, y de su presente como artista y coach musical de niños.
Con la televisión o sin ella como aliada, siempre pudo vivir de su gran pasión, la música, desde diferentes aristas: fue corista de Pappo, sacó dos discos como solista, fue la voz de las versiones bossa de los temas de los Stones para Spotify, da clases y gira con Caras Extarñas, la banda de La 25. “Si me llaman para actuar, estoy”, dijo aunque la pantalla no es algo que le quite el sueño: “Debería ser un papel que me divierta o con el que pueda pasar un buen mensaje, no haría cualquier cosa por ser actriz, aunque es algo que está siempre latente”.
Mucho antes de Jugate, la cantante ya había hecho publicidades y había participado de ciclos como La gente del 2000, entre otros. “Empecé medio de casualidad. Había un fotógrafo en mi edificio que era amigo de mis padres y me sacó fotos y las llevó a una agencia, me llamaron para un casting y quedé”, dijo sobre sus comienzos en el medio tal vez no tan buscados de manera consciente, aunque sí ya había algo dentro suyo que marcaría su futuro (actual presente): “Yo ya cantaba frente al espejo, bailaba y actuaba obras de teatro que escribía”.
Como coach vocal da clases a niños y adolescentes y aunque está orgullosa de su camino, no les recomienda trabajar desde tan chicos: “Yo no conocí otra cosa, está bueno pero es un tema. A mis alumnos les digo que traten de preservar su intimidad, su crecimiento como niños, lo intocable que es la infancia. Que bailen, que canten, en mis clases les enseño canto, piano, guitarra y me adapto a lo que cada niño tiene, algunos ya son adultos y fueron al conservatorio al terminar su escuela. Me da satisfacción saber que las familias confían en mí. Hace 16 años que lo hago”.
Por eso para ella es importante sacarse de la cabeza el “de grande quiero ser...”: “Muchos focalizan en los castings, yo los bajo, lo importante es que encuentren su voz que es única. Trabajar en esto además es un sacrificio, no es solo diversión”, dijo quien supo manejar la exposición aunque por momentos no fue fácil, como cuando de adolescente formó parte de la primera camada del staff de Jugate Conmigo.
Junto con Romina Yan, Carla Méndez, Carolina Rauch, Moira Gough, Agustina Saubide, María Susini, Gisela Rietti, Mariana Perrella, Andy Botana, Octavio Borro, Gaspar Teverovsky, Hernán Caire, Erig Grimberg, Corage Ávalos y Sebastián Beica, integró el plantel de Jugate Conmigo, uno de los programas más populares entre los adolescentes en los inicios de los ‘90. Ella entonces ocupaba un lugar en el que miles de adolescentes querían estar. “Fue muy fuerte y siempre fui un torbellino, era de esos programas masivos, no había internet, todo el mundo miraba tele y era lo que había y era estar en el ojo del huracán, en un momento donde formás identidad (ingresó a sus 15), es complejo”, dijo y recordó que se dormía en el banco del colegio durante las clases de química debido al cansando por trabajar y estudiar.
Luego, el elenco completo formó la novela Quereme, por el mismo canal: “Yo estaba de novia, quería vivir el barrio, mis amigas, y renuncié, dije que no quería trabajar mas. Estaba harta de la exposición y me bajé. Estar ahí lo viví como una fantasía hecha realidad, después me di cuenta que la vida no era eso”.
A la mencionada, le siguieron otras ficciones como Mi familia es un dibujo o Amigovios, hasta que llegó la propuesta en 1998 para interpretar a Sandra en Gasoleros, la primera tira costumbrista de Polka, que ella definió como “lo más superior”: “Me mostraba como actriz y como cantante, me dejaban fluir y ser yo, podía trabajar a mi manera el personaje, que era una chica rockera, fue como el primer personaje Rolling de la tele”. Lo que más destaca es que podía “expresarse” a través de aquella joven que hacía de hija de Silvia Montanari.
“Sandra”, le abrió muchas puertas, sobre todo en materia musical: “Gracias a estar ahí pude grabar un disco con producción de Daniel Grinbank en Nueva York, Desencuentros, después el segundo lo grabé en la Argentina, Me quedo en Buenos Aires. Son las cosas que te daba estar en ese lugar”. Luego se fue a vivir a España por tres años, por lo que dejar de estar en pantalla no fue algo que le haya costado. “El día después estuvo buenísimo, era lo que quería, empecé a tocar, toqué con Pappo en el disco Buscando un amor y cuando volví de Madrid me puse a dar clases y a estudiar piano clásico en el conservatorio, hoy tengo una vida menos expuesta y me gusta”.
Pamela integra Caras extrañas, con los músicos que formaban La 25, volvió hace unas semanas de tocar en el Baradero Rock y este sábado estarán en La fiesta de la Estepa en Las Heras, Santa Cruz y el domingo en Comodoro Rivadavia, Chubut, en El Multiespacio. Hasta hace un tiempo le estuvo poniendo de manera anónima su voz a las versiones bossa de Spotify de Los Rolling Stones: “Es muy bizarro, hay muchos temas con mi voz y nadie lo sabe”.
Sobre su paso por la banda de Pappo, recordó: “Fue muy buena experiencia, fue una época en la que él no consumía, y cada músico, plomo o musicalizador que íbamos de gira si alguno tomaba cerveza era despedido, había cuidado y una anécdota es que cuando subí al colectivo él me presentó y dijo ‘Pamela viene a la gira, cuidémosla’. Con él conectaba a través de la música. Le gustaba como tocaba y me decía que le hacia acordar a Celeste Carballo”.
Soltera y sin hijos, es muy pegada a su sobrina Charo de cuatro años que cada vez que va a visitarla hace música con ella, en su tiempo libre practica natación y siempre ligada al arte, su mayor “orgullo” hoy son sus alumnos: “Los niños se sueltan un montón y lo noto y eso son las clases, la música no deja de ser una conexión, a veces hablando la gente no se entiende y la música ayuda, muchos se expresan así”.
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